Marinette estaba en el balcón de su apartamento ordenando algunas cosas mientras tarareaba una canción. Al terminar, bajó a la cocina y tomó un bote de helado junto a una cuchara. Volvió a subir y se sentó al aire libre. Estaba quedándose dormida hasta que su sueño se vio interrumpido con un jovial y alegre grito.
— ¡Hola! — la azabache saltó en su lugar. Abrió los ojos y ahí estaba él, colgando de cabeza en frente de ella.
— Chat Noir, ¿qué haces aquí?
— Lo que hago todos los días, Pinky, ¡tratar de conquistar el mundo! — respondió él.
— Sí, ya, supongamos que lo tomé en serio.
— ¿Vamos a dar una vuelta?
— Nop.
— ¿A un restaurante? Me sale gratis.
— ¡No!
— ¿A un parque? Amo los parques, vamos a ese que tiene colinas. Me gusta rodar por ahí. Ya vamos Mari ¿sí~? — rodó los ojos y suspiró.
— Pasa. ¡No rompas ni toques nada!
— Oh, claro. — dijo mientras dejaba un chocolate mordido en el escritorio. — Delecioso. — habló con la boca llena. Marinette lo fulminó con la mirada y bajó las escaleras.
— Bien, toma. — Chat extendió sus brazos mientras sonreía como niño pequeño. Ella colocó una manta encima y tomó una canasta — ¿Te gusta la fruta?
— Prrrr supuesto, mi Lady.
— No me digas "Mi Lady".
— Bien, bien, no te enojes. ¿Me preparas un sándwich?
— ¿Qué ? No, hácelo tú.
— P-pero...
— ¿Pero qué?
— Y-yo no sé pr-preparar un san-sándwich.
— ¡¿Qué?! Chat, ¡es colocar jamón y queso en un pan!
— A mi no me gusta así. — rodó los ojos y suspiró rendida.
— Bien, ¿cómo quieres el sándwich?
— ¡Chat, ya déjalo!
— ¡Este es el mejor día de mi vida!! Auch. ¡Amo la piña! — el supermercado estaba vacío. Al ver entrar a Chat Noir todos salieron corriendo. Para Marinette no era problema que no hubiera cajera, ya que ella sabía como sacar la cuenta y ese tipo de cosas.
— ¡Chat Noir, ven aquí!
— ¿Por qué?
— ¿Acaso no viste toda la gente que se fue sólo porque estabas aquí? Podrían llamar a la policía y...
— Tú eres policía.
— Pero no tengo mi placa aquí. Apuremos y... ¡Aaah! ¡Bajame! ¡Bajame! — Chat la levantó por la cintura y la sentó en la baranda del carro. — ¿Qué crees que haces, gato tonto?
— Divertirme un poco. Sujetate.
— ¡No! ¡Bajame de aquí! Soy muy chiquita. No toco el suelo, ¡no toco el suelo!
— Relájate ¿sí? — ella asintió mientras respiraba agitadamente. — Bien, vamos por bebidas, pan, papitas, más comida, más bebida, más comida y...
— No quiero engordar.
— ¡Pero si no engordas!
— Eso es una total... — comenzó a pensar, en verdad no mentía. Era de esas persona que come y come y no engorda. —-Verdad.
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Romance Asesino [En edición]
Fiksi PenggemarMarinette Dupain Cheng, una brillante policia en busca de Chat Noir y su grupo de criminales: Los "Akumatizados". Asesinos si la situación lo ameritaba, y simples civiles a la luz del día. Buscados, pero jamás encontrados. Trajes a la medida y masca...