Después de un pequeño brunch y agradecer entre copas y sonrisas a todos nuestros amigos, Jessica y yo corrimos a cambiarnos para nuestros tres fantásticos días de luna de miel. Poco valieron los ruegos de mi esposa para saber la ubicación exacta de nuestro primer viaje como pareja casada. No iba a saberlo hasta que estuviéramos ahí. La ayudé a quitarse el hermoso vestido de encaje color perla, mientras me mordía los labios al ver como sus hombros quedaban desnudos al deshacerme de la prenda. Los acaricié y besé tiernamente, ella lanzó un pequeño quejido de placer dándome la señal para atacar su cuello por la espalda y apretarla fuertemente
- Oh, Yul...
- Mi vida, tengo abstinencia de ti... déjame saciarla – le dije suavemente al oído antes de que ella me ayudara a quitarme mi vestido, casi rompiéndolo en mil pedazos. La senté en el borde la de cama, me arrodillé frente a ella y metí mi cabeza entre sus piernas. Fue delicioso volver a saborear su esencia, mi boca se deleitó en sus pliegues y en la suave superficie de su femineidad con glotonería. Sus gemidos hicieron que todo pensamiento escapara de mi mente y no supe nada más de mí hasta que su garganta liberó el orgasmo que mi lengua había estado esperando desde hace dos días. Me incorporé muy despacio, estaba sonrojada y con los ojos cerrados, la empujé suavemente contra el colchón y la tomé entre mis brazos. Su respiración era jadeante, siempre es excitante escucharla
- Cariño...
- Dime mi amor
- Creo que todos pudieron escucharme – ambas sonreímos, la música estaba a todo volumen y dejamos a los restantes invitados bailando como macacos en mi patio. No. Ese grito de placer fue solo para mis oídos
- Mi vida, la música está muy alta. No creo que te hayan escuchado
- Espero que no porque me daría mucha vergüenza bajar – contestó volviendo a sonrojarse y hundiéndose en mi cuello. Debo confesar que me hizo mucha gracia, se ve encantadora cuando se sonroja. Después de un momento, su mirada se unió con la mía y compartimos un apasionado beso. De esos que solo he tenido con ella
- Te amo – le dije separándome levemente y susurrando muy cerca de su boca
- Yo también mi amor
- Tenemos que irnos ya o el avión se irá sin nosotras – exclamé volviendo a la realidad y levantándome de la cama. Habíamos arreglado nuestro equipaje desde hace unos días. Ella se sentó en la cama viendo como me vestía
- Yul, ¿Puedo saber ahora dónde vamos?
- Mi amor, no insistas. Va a ser una sorpresa – se cruzó de brazos aparentando un falso enojo
- Viendo los boletos del avión creo que me voy a dar cuenta
- ¿Quién dijo que te lo iba a dar? – le contesté pícaramente
- ¡Yul! ¿Y en el aeropuerto crees que no me voy a enterar?
- Ya tengo cubierto eso – respondí regodeándome y recibiendo un almohadazo en la espalda que me cortó el aliento. Me volteé, encontrándola frente a mí y robándome un beso mientras colgaba sus brazos de mi cuello. Yo tenía mi pantalón ya puesto, pero ella aún estaba desnuda. Acaricié su espalda y su suave piel una vez más al tiempo que nos besábamos – Vístete mi amor, no tenemos mucho tiempo. Si te quedas así desnuda no vamos a salir nunca
- Está bien... - dijo resignada empezando a arreglarse. Intercambiamos miradas de felicidad y sonrisas mientras nos vestíamos. Cuando al fin estuvimos listas, bajamos nuestras maletas y llamamos a un taxi. Íbamos a dejar mi coche con Taeyeon y Fany. Mi mejor amiga, al ver que nos marchábamos, corrió hacia nosotros y nos regaló un fuerte abrazo a ambas. Yo estaba con los ojos medio llorosos y Fany también, aunque ninguna de las dos dijo nada
- Que se diviertan, ámense mucho y mucha fuerza para las dos
- Gracias Fany – respondió Jessica
- Gracias por todo Looser. Tu idea de separarnos no fue tan mala después de todo – dije tomando la mano de mi esposa y besándola en el dorso, para luego abrazar de nuevo a mi amiga – Gracias por ser mi familia
- De nada. Ya váyanse, que aquí nadie se ha dado cuenta de que no están – dijo separándose de mí y señalando a la gente que se divertía como loca
- Es mucho mejor así – respondí con una sonrisa, escuchando el claxon del taxi que acababa de llegar – Nos vamos, te encargo mi cueva
- Ya sabes que está bien cuidada, ya váyanse
- Hasta luego – dijimos a coro con Jessica y nos subimos en el taxi con maletas y todo.
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{YulSic} Roxanne
FanfictionYuri es una solitaria doctora quien va en busca de afecto por las calles de Los Angeles. ¿Encontrará lo que busca?