Capítulo Ocho

831 35 4
                                    

Pasó una semana en menos de lo que pensaba y Jessica había sido trasladada de la UCI a una habitación privada. Había ido a visitarla sin falta a primera hora antes de empezar con mis obligaciones y llegaba nuevamente para comer con ella en el almuerzo y en la cena. Todavía tenía que seguir en el hospital para un control de su función hepática y para cumplir antibióticos. No le había hecho mucha gracia tener que tomar solo líquidos durante los pasados días, porque según ella “se moría del hambre”. He tenido que convencerla para que se tomara la sopa insípida y los jugos de fruta sin azúcar que le llevaban en cada comida. Pero ahora comenzaba la dieta blanda y sin reparo, termino casi de un bocado con el arroz con leche y el puré de guisantes que le llevaron. Me hizo mucha gracia.
- Cariño, todavía tengo hambre – me dijo con cara de perrito regañado
- Ya, pero tu cuerpo tiene que volver a acostumbrarse cariño. No puedes comerte un filete así no más
- Pero tengo más hambre… - volvió a decir suplicante. Me dio mucha pena, pero no podía hacer nada. Gracias al cielo las pruebas de función hepática estaban dentro de lo normal, al igual que el colesterol y los triglicéridos por lo que me sentía feliz, sin embargo, no podíamos correr riesgos con la salud de su hígado
- Ya sabes, enfermo que come, no se muere, como decía mi abuela – se río suavemente para luego hacer una mueca de dolor y se llevó la mano al estómago, al parecer la herida aún le dolía - ¿Cariño, te duele mucho? – dije acercándome a ella pero sin poner sus manos en su abdomen
- Un poco amor, pienso que es lo normal. No es muy exagerado, puedo soportarlo
- Veo que el apósito está limpio. ¿Qué ha dicho hoy el residente que te cura? – me había asegurado de enviar a un residente cuando no podía llegar yo misma a curarla
- Que está bien, no sangra ni nada. Dijo que me quita los puntos en unos días
- Qué bueno
- Oye amor, dime el nombre del cirujano que me operó. Quiero agradecerle
- Ya mi vida, él está feliz con saber que estas bien. Se lo diré yo – dije mintiéndole. No quería que supiese que yo la había operado. Llegué incluso a amenazar a los residentes con castigo de dos noches seguidas si me enteraba que le había dicho a Jessica que tuve su vida en mis manos. Nadie cuestionó mis motivos. Ser la jefe tiene sus ventajas
- No entiendo porque no pueden decírmelo. Gracias a él estoy viva y contigo. Tengo mucho que agradecerle – ante esta respuesta, mi corazón estuvo a punto de ablandarse, pero no cedí
- Se lo diré yo cariño. No insistas más – dije tomando sus manos entre las mías
- Bueno, no insistiré. Yul…
- Dime…
- ¿Qué va a pasar conmigo ahora?
- Bueno, pues tenemos que vigilar la función del hígado, ver cómo va tu herida, cumplir el ciclo de antibióticos
- No amor, con lo demás… con mi vida. Imagino que Gary piensa que estoy muerta…
- No te preocupes por eso. Tú vendrás a casa conmigo y no saldrás de ahí
- Yuri…
- No voy a dejar que vuelvas a hacer eso que hacías. Yo voy a cuidarte de ahora en adelante. Dime que también quieres estar conmigo…
- ¿Estás segura Yuri? No quiero meterte en más líos. Todo esto lo estas pagando tú y no tengo como…
- Jess… - dije interrumpiéndola y besándole el dorso de ambas manos entre las mías – Se me fue el mundo cuando pensaba que iba a perderte – Jessica apretó su mano contra la mía – Mientras estabas sedada te prometí algo que pienso cumplir
- ¿Qué es cariño?
- Es algo que he venido sintiendo, pero que tenía miedo de decírtelo, pero ya no más…
- Yuri, dime ya. Estoy preocupada…
- Solo quiero decirte que… te amo Jessica
- Yuri, yo… yo no soy una mujer para ti. Tú te mereces a alguien mejor, alguna mujer con elegancia y clase, quizás otra doctora o algo parecido
- Jess… en todos estos días, la idea de perderte me enloquecía. No sé qué hubiese pasado si… - mis ojos comenzaron a aguarse, no lo pude evitar – si… te hubiese perdido. La sola idea basta para hacerme sufrir
- Yul… - dijo apretando mis manos
- No me digas que no me mereces porque yo siento que no te merezco, pero te necesito. Te amo Jessica, ven a vivir conmigo – se me quedó mirando por unos segundos para luego lanzarse a mi cuello y abrazarme fuertemente
- El dolor de esta herida es mínimo comparado con no estar contigo. Yo también te amo Yul y si quiero ir a vivir contigo, aunque vas a vivir a base de sándwiches de por vida
- No me importa – dije apretándole suavemente contra mí – no me importa. Me los comeré todos, cariño – la separe suavemente para verla a los ojos - Te amo – le dije acariciando su bello rostro
- Yo también te amo Yuri – me dijo antes de conectar nuestros labios. Había pasado una eternidad desde la última vez que los probé. Me supieron tan deliciosos como la primera vez.

{YulSic} RoxanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora