15 años después...
Era una soleada mañana de verano, el despertador sonó de nuevo y Jessica se despertó suavemente apagándolo una vez lo tuvo en la mano. Buscó con su mano a su esposa y, para su decepción, no estaba de nuevo. Suspiró con tristeza. A pesar de las ausencias, su vida con ella había sido muy buena. Después de que nacieron los gemelos, Young Min y Kwang Min, Yuri accedió a llevar un embarazo adelante y tuvieron otra hermosa hija, Sung Ri, quien ahora contaba con 10 años. No había muchos cambios en su relación. Seguían disfrutando momentos hermosos con sus hijos, Jessica manejando su pequeña oficina virtual desde casa, Yuri como jefa de emergencias y aun hacían el amor tan apasionadamente como al principio. Su rostro, al igual que el de Yuri había madurado con los años. Aun así ambas seguían siendo muy atractivas, pero ahora Yuri lucía el pelo corto con ciertas líneas plateadas que comenzaron prematuramente a aparecer en su cabello desde hace no mucho tiempo. Pensó en cubrirlas con tinte para el cabello, pero justo cuando Jessica estaba a punto de aplicar la primera capa en él, Young Min se acercó a ellas:
- ¿Qué hacen mamás? – preguntó deteniéndolas
- Vamos a engañar al tiempo, hijo – le respondió Yuri
- ¿Puedo hacer una sugerencia? Como hombre, claro – preguntó muy seriamente recostándose en el marco de la puerta del baño de huéspedes. Ambas sonrieron ampliamente y Yuri reprimió una pequeña carcajada
- Adelante cariño – contestó la rubia
- Pienso que deberías dejártelo así, mamá. Esas canas te dan sabiduría, te ves más interesante y respetable. Nadie en esa emergencia se atreverá a cuestionar tu autoridad si ven en esas canas el reflejo de tu experiencia – las esposas abrieron los ojos como platos ante la sugerencia de su hijo mayor, sobre todo porque era quien se pintaba el pelo de todos colores cada vez que se le daba la gana. Verde, rosa, azul y ahora rubio formaban parte de su repertorio
- Tienes razón hijo. Gracias
- De nada – dijo regresando por donde había venido. Decidió que aunque las canas aumentaran no se las cubriría.
Su vida parecía perfecta, lo único malo de vivir con un médico es que casi nunca pasan tiempo en casa, lo que significaba que se había acostumbrado al hecho de que a veces Yuri no durmiese con ella, aunque eso no le gustaba en absoluto. La extrañaba demasiado. Hace un par de años que dejó de tener guardias en la noche para poder pasar más tiempo con ella y lo apreciaba, pero su mujer a veces era una fanática de su profesión. Estaba a cargo de una investigación experimental y había pasado las últimas semanas entrando temprano y saliendo tarde del hospital. Sintió que unos brazos la rodeaban en un abrazo cálido por la espalda justo unos momentos después de quedarse dormida esperándola
- Lo siento amor, prometo que te lo compensaré. Lo prometo mi vida
- Está bien amor. Solo duérmete conmigo – le respondió Jessica medio dormida
- Te amo – dijo dándole un beso en los labios
- Yo también te amo amor mío – y habían vuelto a quedarse dormidas de nuevo sin apenas haberse visto en todo el día.
Terminó de levantarse y observó las fotos que tenía en la mesita de dormir. Una foto reciente de Yuri y ella con sus hijos, una de sus cuatro hijos cuando estaban más pequeños. Yuyeon con la edad que ahora tenían los gemelos, ellos con 10 años y su consentida con 5 años. Su hija mayor estaba en segundo año de arquitectura en la universidad y vivía en el campus. Ella y Ki Young habían sido muy amigos durante toda su vida y se hicieron novios en la secundaria. No podía creer que tanto tiempo había pasado si le parecía que ayer la acunada en sus brazos para dormirla y ahora era una réplica exacta de Yuri. Eran idénticas. La echaba mucho de menos. Sus hijos eran la luz de sus ojos. Iguales, pero tan distintos. Young Min era un dibujante y pintor talentoso y Kwang Min, estudiante serio y responsable. Y luego estaba la menor, Sung Ri. Era muy activa, parte de la rutina de Jessica era llevarla de lecciones de violín a entreno de soccer y luego a clases de manualidades, idiomas o de alguna cosa que le interesara. Se había vuelto muy apegada a ella. Y luego había una tercera foto de ella y su esposa el día de su boda. Debajo de ese retrato había una pequeña nota. La tomó y leyó rápidamente. Sonrió. Volvió a leerla: "Mi amor, sé que muchas veces has ido a dormir y te despiertas de la misma manera: sola, sin mí. Yo también extraño a mi mujer, en vez de estar encerrada en un laboratorio me encantaría pasar tirada en el sofá solo disfrutando de la suavidad de su cabello y la dulzura de su ser. Esto ya casi termina amor. Kwon Yuri, tu esposa, te promete pasar más tiempo en casa tanto que un día te vas a hartar de ella. Es broma cariño, espero que eso nunca pase porque quiero hacerme vieja contigo. Te amo Señora Kwon"
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{YulSic} Roxanne
FanficYuri es una solitaria doctora quien va en busca de afecto por las calles de Los Angeles. ¿Encontrará lo que busca?