Capítulo Quince

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Casi cuatro años han pasado desde que Sica entró a la universidad, se decidió por arquitectura y, aunque ha sido muy ajetreado y cansado, hemos podido manejar la presión de la carrera con nuestro matrimonio. Nuestra dinámica ha cambiado un poco, a veces soy yo la que viene más temprano a casa y soy la encargada de preparar la cena, lavar nuestra ropa y los platos, además de otros quehaceres de la casa. Últimamente mi mujer ha estado muy atareada por sus trabajos finales de graduación, solo unas cuantas semanas y un estricto comité la separan de su título de Arquitecta. Estoy dándole los toques finales a nuestra cena, una sencilla pasta con salsa de carne y hongos, que está por demás decir que es lo único que no se me quema, cuando mi mujer llegó casi derribando la puerta de la casa

- Amor, ¿Estas en casa? – gritó como esperando que no estuviera

- Aquí en la cocina mi vida

- Mi amor, lo siento tanto, vine tarde de nuevo – dijo tirando sus apuntes y su bolso en el sofá de la sala y poniéndose un mandil de cocinera – Sé que has hecho la cena todos los días de esta semana y lo lamento mucho, amor – dijo arreglándose el pelo para cocinar

- Mi amor...

- Ahora veo que puedo hacerte de comer cariño

- Mi cielo...

- No desesperes, será algo fácil, sé que vienes cansada y no es justo para ti

- ¡Sica!

- ¿Si amor? – dijo volteando a verme en dirección a la mesa, abriendo los ojos desmesuradamente cuando vio los platos servidos con la pasta y una sencilla ensalada

- Ya está lista la cena amor

- Lo siento amor – dijo tapándose el rostro con ambas manos. Me acerqué a ella y la abracé fuertemente y ella rodeó mi cintura con sus brazos


- No lo sientas preciosa, sino puedes hacerlo tú, lo haré yo

- Pero es que últimamente todo lo haces tú

- Porque estas estudiando, haciendo maquetas, proyectos virtuales, planos... yo sé lo que es la presión del último año. No tienes que pedir disculpas y menos a mí. Soy tu esposa y estoy para ayudarte. Ya llegará el tiempo en que no comamos mi horrenda comida – se rio suavemente

- No es tan mala

- Eres muy amable amor, pero estoy consciente de que la cocina no es lo mío

- ¿Qué hiciste de cenar?

- ¿Qué es lo único que me sale bien?

- Amor, tienes que aprender a cocinar otra cosa que no sea pasta – nos separamos levemente y tomé su rostro con mis manos, había soltado un par de lágrimas y las limpié con mis dedos – Dentro de poco esto cambiará amor, lo prometo. Estamos a muy poco de que aprueben el proyecto de tesis

- Lo sé amor – la besé tiernamente en los labios - ¿Tienes tanta hambre como para comerte mi pasta? – sonrió ampliamente

- Claro amor – dijo antes de besarme de nuevo en los labios y tomando mi mano para sentarnos a comer. Al terminar de comer, tomé la mano de Sica y la senté en mi regazo, dándole pequeños besos en los labios

- Mi amor, he estado pensando en algo

- ¿Qué sucede amor?

- Estos años de matrimonio han sido maravillosos

{YulSic} RoxanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora