Capítulo Dos

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    La apreté muy fuerte contra mi cuerpo. De repente, la ropa comenzó a estorbarme y me separé de ella para quitarme mi incómoda blusa hasta quedar solo con el top que uso después de cada guardia. Ella iba a hacer lo mismo con su blusa, cuando le detuve suavemente las manos

- No, me gusta hacerlo. Me excita hacerlo

- Me encantará que lo hagas, amor – me respondió Roxanne levantando sus brazos y dejando que mis manos se deshicieran de su blusa. La vista de sus pechos sobresaltó mis sentidos, no eran muy grandes, a lo sumo una copa B, pero me parecieron perfectos y no pude hacer más que reaccionar y tomarlos con mis manos acariciándolos tiernamente. Gimió, escucharla gemir me encantó. Hace tanto que no escuchaba a una mujer gemir por mi causa. Yoona y yo teníamos buen sexo, pero nuestra relación se amargó cuando su tan ansiada oportunidad para irse a Europa llegó hace seis meses. No debo de pensar más en Yoona, con lo simpática y mona que es ya debe de tener a alguna francesa comiendo de su mano. La escuché gemir con mucha más fuerza. No me pareció enningún momento que estuviese actuando. Tal vez en verdad yo le gusto – Más fuerte – me dijo muy guturalmente, es una de esas peticiones a las que no te puedes negar. La masajeé con mucha más fuerza mientras ella se sostenía de mi cuello. 

    Nuestras miradas volvieron a cruzarse y en un instante nos estábamos besando de nuevo.Sus labios eran tan limpios y suaves, su lengua sabor a yerbabuena amenazaba con hacerme perder el sentido. Inmediatamente sentí como sus manos desabrochaban mi pantalón y bajaban lentamente la bragueta. Me sentí como nunca.La ayudé a bajarme la prenda y seguidamente ella metió sus manos en mis pantaletas masajeando mi centro descaradamente. Ahogué un gemido. Dejó de besarme y acercó sus labios a mi oreja izquierda – Estas casi inundada aquí. Sí que te gusta esto, ¿verdad amor? No debería decirte esto, pero tú también me encantas. Eres muy atractiva. Eres mi tipo de mujer - ¿Estaba oyendo bien? Me separé de ella para mirarla a la cara, seguía masajeándome con un marcado sonrojo en su rostro – ¿Estás sorprendida? Si, puedo ser lo que tú quieras, pero yo prefiero a las chicas y debo decirte que mi debilidad son las morenas atléticas como tú – no articulé palabra porque inmediatamente comencé a moverme en su mano. - Se mordió los labios e introdujo un dedo dentro de mí. Entreabrí mi boca dejando escapar el gemido que había reprimido hace algunos momentos - ¿Quieres más? 

- Si... - le dije muy suavemente. Me quitó el sostén y atacó sin piedad mi cuello con su boca, para luego usar sus dos manos para acariciar mis senos. Lo hizo muy fuertemente, pero en ese momento no podía pensar en que pudiese dejar alguna marca. Carajo, esto se siente demasiado bien. Bajó lentamente dejando un camino de besos hacia mi vientre. Con sus dientes tomó mis bragas y las bajó ayudándose con sus manos. Yo me mordía los labios y trataba de aferrarme de lo que fuera para no caerme de bruces, no encontré más que el yeso frío de la pared de mi habitación. Tuve que hacer un gran esfuerzo de equilibrio. Roxanne ya había logrado dejarme completamente desnuda 

 - Eres encantadora amor – me dijo enterrando su cabeza en mi entrepierna y succionando mis mojados pliegues. Gemí en voz alta al sentir la sensación de ser devorada,literalmente. Mis sentidos no daban crédito a este momento. Tenía a una completa desconocida entre mis piernas y lo estaba pasando de maravilla. Justo cuando pensé que iba a venirme ahí mismo, la rubia introdujo su lengua dentro de mí y saboreó mis labios a placer. Grité de placer tomando su cabeza con una de mis manos y empujando su experta lengua dentro de mi cuerpo. Se sentía tan delicioso, todos mis deseos acumulados estaban siendo saciados por esta dama del placer. Volví a tener esa sensación de inminente orgasmo, cuando se detuvo de repente y colocó mi pierna derecha alrededor de su cintura y aferró mi trasero de ese lado con su mano izquierda, acariciándome con las yemas de sus dedos. Volvimos a besarnos, mi sabor era salado, pero para nada desagradable.Ahora que lo recuerdo jamás lo había probado y menos de esta manera. Saborearme en los labios de otra mujer me excitó hasta niveles insospechados. Justo cuando pensé que no podía más, Roxanne introdujo dos dedos dentro de mí. Abrí mi boca ahogando un gemido, los sacaba y metía con tanta fuerza y habilidad que no podía creerlo. Todos los gemidos y gritos que había reprimido se unieron en una danza de embestidas y jadeos. Volvió a besar mi cuello y a morderlo sin piedad,y su mano parecía no cansarse a la hora de penetrarme, porque cada tanto los movía más y más rápido. No pude más y me vine en sus experimentados dedos. Cada oleada de apretones alrededor de sus dedos me daba una sensación de ilimitado gozo. Me aferré fuertemente a su espalda y, cuando logré abrir los ojos, ahí estaba ella mirándome con más deseos. Me besó delicadamente en los labios y dirigió mis manos hasta sus panties ayudándome a quitárselos para luego llevar mi mano izquierda hacia su centro. Por todos los cielos, no había vello en su entrepierna y estaba tan mojada como yo. Quise comenzar a embestirla en esos precisos momentos, pero me contuve y la tomé por su firme trasero levantándola y echándola de espaldas a la cama. Verla ahí solo para mí mordiéndose los labios aumentó mis deseos. Entrelacé sus piernas junto con las mías y volví a tomarla por eltrasero hasta que volvimos a quedar cara a cara. - No puedo explicarlo, pero nuestros cuerpos se amoldaban de tal manera que nuestros sexos se rozaban fácilmente. Se mordió los labios e introdujo su lengua en mi boca. La succioné aumentando sus gemidos. Llevó sus manos hasta mi rostro para evitar que dejara de besarla. Ya era muy tarde, era oficialmente adicta a esos labios. La tomé por sus caderas y la uní mucho más a mí. Movía sus caderas como una desquiciada y las dos estábamos tan húmedas que la posición y nuestros movimientos eran casi perfectos. La apreté fuertemente por su trasero empujando su cadera contra la mía, las dos estábamos jadeando completamente sincronizadas. Estaba a punto de venirme por segunda vez en la noche, pero ella se adelantó. Gimió fuertemente en clara señal de que había alcanzado el orgasmo. Me abrazó fuertemente y siguió moviéndose a mi ritmo haciendo que yo también terminara enseguida. Me sentía en el cielo. Las dos estábamos abrazadas recuperándonos del placentero momento que acabábamos de vivir. Vernos a ambas llenas de sudor me recordó que la relación con Yoona jamás había sido así de apasionada. Era una extraña la que ahora me hacía sentir de una manera especial. No quería dejar de abrazarla y ella tampoco parecía quejarse de estar en mis brazos

{YulSic} RoxanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora