ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

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—Mamá, estoy bien. Deja de tocarme ya, por favor.

Louis se sentía incómodo y molesto. Demasiado molesto. Su mamá no se había separado de él desde hacía una semana. El mismo tiempo que estaba ingresado en ese asqueroso hospital, lleno de enfermos e inválidos que no hacían gran cosa, sólo estar postrados en una cama, tosiendo y fermentando otras enfermedades —según Louis.

Había estado en observación los siete días, para que los doctores puedan ver si progresaba esa mancha extraña y si se trataba realmente de cáncer de piel o simplemente una alergia mínima. Pero la buena suerte no estaba del lado de Louis cuando el doctor trajo la peor noticia para la familia Tomlinson.

—Bien —comenzó—, según los análisis realizados y, como suponía también —el doctor Murano respiró profundo e hizo una mueca con su cara—, se trata de Melanoma —sentenció finalmente.

Louis contuvo la respiración, al igual que toda su familia. Su madre, Jay, llevó su mano al pecho y la libre a su boca tratando de controlarse y asimilar la noticia recién recibida. Su marido la tomó por los hombros y se podía notar el ligero apretón que estaba ejerciendo. El corazón del joven comenzó a latir fuerte y se podría decir que se encontraba asustado por la situación. No sabía qué tan grave podría ser o si podría sobrevivir. Louis apretó, en un puño, las sábanas blancas de la camilla y miró hacia el techo, respirando todo el oxígeno que podía entrar en sus pulmones.

— ¿Y qué tan grave es? —Jay sentía los nervios salir por los poros de su piel.

—Como les expliqué antes —habló el hombre de bata blanca con tranquilidad—, el melanoma es un tipo cáncer de piel donde las células de pigmentación comienzan a crecer en forma anormal. Puede ser grave como puede que no, es decir, que si el tumor o en ese caso la mancha que tiene Louis en la espalda llega a un grosor mayor, se puede clasificar como grave, pero de lo contrario no —a Louis le tembló el labio—. Esto tiene un tratamiento inicial simple, que es una cirugía. Pero primero debemos saber la malignidad que tiene la mancha con una técnica llamada dermatoscopia, que puede detectar cualquier alteración en la piel.

—Y eso ¿cuándo se hará? —preguntó Louis soltando, por fin, el aire que estaba conteniendo.

—Ésta tarde si es posible o mañana por la mañana. Entraron muchos pacientes con estos mismos síntomas.

— ¿A qué se debe todo esto?

—El cáncer de piel es causado por la exposición de la piel a los rayos solares o rayos ultravioleta —explicó el hombre—. ¿Has estado expuesto al sol en estas semanas, Louis? —preguntó, mirándolo.

—Sí —contestó seco—. He estado en la piscina de mi casa.

— ¿Desde qué hora? —el médico anotaba todo en su pequeña libreta blanca.

— ¿Cómo? —con tono desconcertado.

— ¿Desde qué hora te expones al sol?

—Hm... Cuando me levanto y hace demasiado calor me refresco ahí dentro. Antes o después de almorzar —Murano sonrió como si hubiera descubierto un gran tesoro.

—Allí lo tiene —apuntó al joven con su bolígrafo.

— ¿Usted quiere decir que lo que le originó el cáncer fueron los rayos solares? —preguntó Mark.

—Sí. En estas épocas de calor, llegan muchos casos de estas erupciones que pueden llegar a ser tan fatales, como el cáncer —contestó—. Por eso es recomendable el uso de protector solar durante todo el verano.

Todos soltaron el aire retenido en sus pulmones. Las hermanas de Louis estaban sentadas en la camilla contigua, mordiéndose las uñas y jugando con sus manos por los nervios que sentían, su madre había tomado la mano del joven y su padre seguía en la misma posición que se encontraba antes.

The Same Sky 🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora