The Same Sky 🌌

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18

Una hora y media hacía que Harry había entrado a quirófano. Louis estaba esperando alguna respuesta por parte de los médicos. Iba de la sala de espera a su habitación y Lottie, que ese día decidió acompañar a su hermano, lo seguía en sus movimientos.

—Dejarás una huella en el piso de tanto que vas y vienes, Lou. Relájate y esperemos en la habitación, ¿puede ser? —le comentó ella.

—Estaré tranquilo cuando salga alguien de allí dentro —dijo casi sin paciencia.

—Pero no tiene caso que camines, prácticamente, en círculos —Lottie se encontraba frente a él, tomándolo por los hombros—. Vamos.

Louis accedió luego de unos intentos más y, una vez en el cuarto, se pusieron a platicar sobre cosas al azar. Lottie notaba el brillo en los ojos de su hermano cuando nombraba a su amigo ausente. Y quizás se moría de ganas por preguntarle el porqué, pero sabía que no se lo diría fácilmente. Entonces esperó un poco más, hasta que se dio cuenta del collage y del agregado de fotos que había.

— ¡Hey! Esas fotos son nuevas —comentó ella con emoción. Louis volteó a ver.

—Sí, me las ha regalado Libby hace unos días. ¿Te gustan?

—Son bonitas. Salieron muy guapos los tres. En ésta —señaló la foto graciosa de él y la muchacha— eres muy tú, Lou —se río.

—Sí... —Lottie sonrió y siguió mirando las otras.

—Y en esa Harry sale muy bien. Tiene una hermosa sonrisa, ¿no te parece? —dijo intencionalmente. Las mejillas de Louis se tornaban rosas.

—Supongo —desvió su mirada a la ventana y entonces ella lo supo.

—Lou...

—Hm —volteó a verla, con sus cejas alzadas y relamiéndose los labios. Ella volvió a sonreír al ver su rostro.

—Te gusta, ¿verdad? —soltó.

— ¿Qué cosa? —preguntó con algo de asombro.

—Él... —a Louis se le cortó la respiración. Intentó decir algo, pero nada salió de su boca—. ¡Louis Tomlinson! —dijo lo suficientemente alto para sobresaltar a su hermano—. ¡Te gusta Harry! —afirmó, cubriéndose la boca con una mano.

— ¡No! ¡Eres una...! —su cara se puso roja.

— ¿Te gusta de verdad? ¡Oh Dios! ¡Esto es genial! —Lottie agitó sus brazos frenéticamente y dio saltitos en el colchón. Louis no dijo nada—. ¿Y él? ¿A él le gustas? Es obvio que sí, porque siempre te está mirando con sus bonitos ojos y se puede ver siempre como brillan y... ¡Ah! —suspiró, cayendo pesadamente en la cama—. ¡Louis!

—Que escandalosa eres, Charlotte —fue lo único que soltó, rodando un poco los ojos.

— ¡Contéstame! —algunos segundos de silencio pasaron.

—...Sí —murmuró, con la timidez carcomiéndole desde la planta de los pies hasta la cabeza. La cara de la chica se transformaba poco a poco en alegría pura.

— ¡AAH! ¡DIOS MÍO! —gritó agudamente—. ¡NO ME LO CREO! Lou, ¿Por qué no me lo has dicho antes?

—Lottie, ¿Cuándo te he contado algo mío? —la chica se quedó pensando.

—Nunca.

—Entonces, ¿de qué te sorprendes? —el rostro de Louis hervía de vergüenza.

—Eres tan odioso. Te he confiado muchas cosas mías, me has ayudado y a veces me gustaría poder ayudarte, ¿sabes? Aún que no parezca, me preocupo bastante por ti.