ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 31

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En la casa de los Tomlinson era casi todo silencioso cuando llegaron. La lluvia repiqueteaba sobre la vereda y las ventanas. Las niñas se dirigieron a sus habitaciones y los chicos se sentaron en el sofá, sólo a descansar del viaje. Se quedaron observando la pantalla sin color de la televisión apagada, mientras que los padres de Louis ordenaban los pequeños bolsos. Harry siguió llorando, cabizbajo y con hombros tensos. El ojiazul sobaba su espalda con pequeños círculos para tranquilizarlo.

—Hazz... —susurró el mayor—. No puedo verte más así, bebé, por favor.

Pero Harry no contestó. El pecho de Louis se hundía más y más, y sentía una irritante picazón en la espalda. Estaba seguro que algún insecto le había picado. Se sentía molesto por un lado.

—Chicos... les traje café —dijo Jay con dos tazas en las manos.

—Gracias —contestó su hijo y las dejó sobre la mesa ratonera. Se alejó en silencio—. Harry, toma un poco de café.

—No quiero nada —expresó con voz ronca y apagada, esnifando con la nariz al final. Se limpió los ojos con los puños de su traje.

—Ha...

—Lou... No quiero nada, de verdad —su mirada se encontraba tan opaca que le fue difícil a Louis reconocer el verde en los iris.

Las grandes ojeras negras que se encontraban abultadas bajo los ojos de Harry le sorprendieron tanto, que incluso pensó que estaban pintadas. Asintió despacio con la cabeza y tomó un sorbo de su taza, mirando la alfombra y sus pies.

—Lo siento —masculló el rizado. Lágrimas cayendo por sus mejillas. Cristales de dolor—. Yo... Yo no sé cómo haré... Lou. ¿Cómo...Cómo se vive sin familia? —sorbió su nariz de nuevo.

—No... No lo sé, Harry. Lo lamento... No lo sé —apretó las manos contra su taza.

¿Por qué no podía darle una respuesta a eso? Él siempre tenía una respuesta para Harry y... ahora simplemente no ppdía responder a eso. El corazón le dolió de nuevo y un pinchazo en la columna vertebral fue el inicio de un largo y profundo escalofrío.

Un pequeño pitido sonó en el bolsillo de Louis, y a los pocos segundos se escuchó el vibrar del celular de Harry en la mesa ratonera. El rizado arrugó la frente, se secó las lágrimas y lo tomó. El ojiazul sacó su teléfono y abrió el mensaje que tenía.

De Libb:

¡Eh, lagartija! ¿Ya te olvidaste de mí? Como sea, espero que estés bien. Yo estoy súper. Te extraño, ¡y a Harry también! Espero que vengan a vernos pronto. Ampi manda saludos, dice que traigan algo rico para comer, porque está harta de la comida de aquí. En fin, gracias por todo. Los recuerdos, los momentos, las risas y lágrimas. Estaré siempre agradecida por todo eso... Te quiero mucho, muchísimo. Siempre. :) No te olvides de mí, porque yo no lo haré nunca... Te quiero, de nuevo, y por siempre...

—Es Libby... —dijo él, con un intento de sonrisa en su rostro.

—A mí también me envió uno —dijo Harry, casi sin voz.

— ¿Qué dice?

—Hm... ¿Quieres leerlo? No tengo muchas ganas... —le dio su celular y se recostó en el hombro de Louis, cerrando los ojos.

De Libbs:

¡Ey, Hazzzzzzzy! ¡Te extraño! ¿No crees que es hora de venir a verme? Comparte un poco de Louis conmigo, que es mi amigo también. Lol. Lo siento. Ya, vengan. Traigan comida y cámaras digitales para sacarnos fotos. :D Oye Hazz, disculpa las cosas que he dicho o hecho, si te han hecho sentir mal en su momento. Sólo... sólo discúlpame por esas cosas. Y quiero decirte gracias por todo lo demás. Por ser mí amigo después de todo. Te quiero muchísimo y espero que no me olvides. Nunca olvidaré tus risos y sonrisa grande. Cuida a Lou muy bien. Sean felices y coman perdices, ajaja. Te quiero...

The Same Sky 🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora