ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5

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Los vómitos habían cesado y Louis estaba de regreso en su habitación con Harry, quien aún seguía dormido, obviamente. En el momento que salió de ducharse, con tan sólo una toalla envuelta en la cintura y sin nada más que eso, entró a la habitación en busca de ropa pero se encontró con alguien arrodillado junto a la cama de Harry sosteniendo la mano del chico. Louis tragó saliva en seco y registró la sala con su mirada a gran velocidad. Localizó sus prendas no muy lejos y se acercó sigilosamente para tomarlas y volverse hacia el baño. Cerró la puerta con cuidado y, para todo esto, el extraño individuo que estaba allí afuera, no se había percatado de la presencia del Tomlinson.

Mientras estaba en el cuarto de baño y se vestía, se preguntaba quién sería aquella persona. Al terminar, se colocó uno de sus infaltables gorros, se vendó los brazos y tomó aire para salir del lugar. Cerró la puerta detrás de sí, cosa suficiente para que el sujeto se moviera y observara a Louis. La capucha que cubría su cabeza cayó y dejó a la vista un cabello de color cobre, recogido en un moño despeinado por encima de una trenza fina. Unos bonitos ojos verdes grisáceos llenos de lágrimas miraban fijamente la figura de Louis parada delante de la puerta, inmóvil. El sol iluminaba el rostro de aquella chica, salpicado de pecas coloradas, del mismo color que sus cejas y pestañas. El joven no sabía qué hacer o decir. Estaba seguro que esa muchacha tenía algo que ver con Harry y en su interior sintió una pequeña punzada. La joven se levantó de su posición y secó las lágrimas, con el dorso de sus manos, en un intento inútil por mantener su cara limpia.

—Siento haber entrado... —se interrumpió para toser y pasó un pañuelo blanco por sus ojos—, sin permiso. Necesitaba verlo. Discúlpame.

—No importa —contestó él, sin saber que más decir—. Soy Louis. Soy su compañero —ladeando la cabeza hacia el chico inconsciente.

—Soy Julie —se presentó—, la novia de Harry.

En el interior de Louis algo se rompió, pero él no sabía qué y por qué. Se sintió como si le hubiera pegado con un palo en el medio de la cervical. Su boca estaba entreabierta y su corazón acelerado.

—Ah —fue lo único que logró emitir cuando se sentó despacio sobre su cama, porque sentía que se iba a caer.

— ¿Te encuentras bien? —preguntó ella, sorbiendo su nariz.

—Sí.

— ¿No quieres que llame a algu...? —Louis la interrumpió.

—No.

Julie tampoco sabía qué hacer. Su amado novio estaba inconsciente en esa cama junto a ella y le era difícil creer que hacía más de dos meses lo estaba buscando desesperadamente.

La mañana del martes, la joven Odley había recibido esa llamada que esperaba hacía días. En el hospital St. Paul Timpson se encontraba su novio, Harry Styles. Luego de colgar con la recepcionista, tomó su bolso y le pidió a su padre, ahogada en su propio llanto, que la llevara hasta Londres, a la clínica para verlo. Y allí fueron. Primero no la dejaron pasar, pero cuando le comentó a la chica de la recepción quién era ella, la dejó pasar de inmediato. Y ahí se encontraba Harry cuando entró, con sus bonitos ojos cerrados, conectado a un gotero.

— ¿Hace mucho están juntos? —habló, rompiendo el silenció que era demasiado.

—Diez meses —la joven sonrió, mientras acariciaba la mano del rizado—. Pero hace dos años y medio nos conocemos.

—Ah —el corazón del ojiazul parecía achicarse cada vez más.

— ¿Tú...? —trató de formular bien su pregunta—. ¿Tú sabes qué es lo que le sucedió? Dijeron que iban a contarme, pero siento que sabes algo —limpió su mejilla derecha.

The Same Sky 🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora