Nuevamente.

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Las nubes se notaban brumosas, apachurrables, esponjosa; sencillamente le daban ganas de saltar del avión y tocar una, sabía a la perfección que su mano la traspasará sin que lo sintiera, se desvanecería frente a ella.

Trago saliva e trato de alejar su mano del cristal, lo acariciaba como si fuera completamente delicado, y en cualquier momento se pudiera destrozar, trago saliva y siguió moviendo su mano, con la yema de los dedos acariciaba el vidrio.

—pasajeros, favor de abrochar sus cinturones de seguridad, el avión aterrizará en París Francia, gracias por viajar con nosotros.

Marinette se sabía el discurso de memoria, negó con la cabeza en signo de molestia, Alexander quien estaba frente de ella atendió a las indicaciones, entre cerro los ojos para mirarla, una sonrisa se formó en sus labios.

Al verlo sonreír desvió su mirada con precaución, justo a un lado de su asiento se lo imagino a él, sonreía con satisfacción, sus mechones dorados estaban completamente peinados dándole una postura más adulta.

—no puedo quitarlo de mi cabeza, lo siento —pensó mientras le regresaba la sonrisa, era una sonrisa falsa, pero él no lo dedujo, sacudió levemente su cabeza e cruzo sus manos sobre su pecho.

—pronto serás mi esposa —exclamo con emoción, beso su muñeca, se sentó de la forma adecuada.

—nada lo evitara —sonrió con complicidad, sabía que posiblemente se equivocaba gravemente.

La larga jornada de trabajo de Adrien había culminado, estaba completamente agotado, era temprano todavía, 6:24 la hora que marcaba su reloj que se posaban en su muñeca, siguió conduciendo hasta llegar al edificio donde se encontraba su departamento.

Estaciono su automóvil en su espacio asignado y guardo sus llaves en sus bolsillos, abrió el maletero del coche y con cuidado saco todo lo necesario, Plagg con esfuerzos lo ayudo con varias de sus compras, tras acomodarlas se escondió.

Silbando y con un humor excelente, antes de salir de su oficina le envío un fugaz mensaje a su compinche Nino, este solo contesto con un "sí". Se atrevió a taradear una canción al cruzar la avenida, agradecía que su departamento estuviera enfrente del de Nino, traba de caminar con cuidado, no quería tropezarse e estropear todo.

Al subir las escaleras logro escuchar las suave voz de una mujer, el idioma no lo sabía en su totalidad pero lo lograba entender, sabia como se pondrían las cosas, una sonrisa perversa se dibujó en su rostro.

Al estar frente al departamento deseado, saco con esfuerzos la llave del departamento, Plagg como el buen era, le ayudó a abrir la puerta.

—ya llego la divisa Agreste —alzo su tono de voz —hoy es el día que todos esperábamos, pedí una gran cantidad de rosas, espero que ya las haya recibido, olvidando eso... he venido con botanas, películas, mucho alcohol, papel, plumones, cloroformo, sacos, mantas y cinta, ya sabes hará mantener mi título de "secuestros exprés" —hablo mientras caminaba con precaución —, también algo para la alacena de Nino, con eso que no tiene ni una manzana y no menos importante, las ganas de matar su momento privado —rio un poco —podríamos comenzar con una película de suspenso, ya saben, traigo una de cada tipo, secretamente varias infantiles de Disney para pasar el rato —por fin alzo la mirada al sentirse observado por más de dos personas.

Ahí estaba ella, su cabello azulado cayendo por su espalda, sus ojos azules con un brillo singular, sus mejillas con un tono rosado, sus labios carnosos... y a su lado el, su competencia. Todo estaban en silencio, Alya admiraba el anillo que tenía su amiga, mientras que Nino trataba de disculparse con la mirada.

—hola —su voz era apagada, sus palabras frías al igual que su mirada.

—hola Adrien —hablo Marinette con un toque de nerviosismo, escondió su mano en su bolsa e trago saliva.

Y Tomaste mi mano... [Terminada] #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora