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—la Catarina brinca por los tejados de París —canturreo —¿No estarás espiando a alguien? —le grito un sombra, en sus labios se formó una sonrisa —la nota del día, la gran famosa súper heroína Ladybug espiando a residente de París.

—muy gracioso gatito —uso su yoyo para llegar a su lado —¿Qué traes ahí? —preguntó con curiosidad observando la bolsa que estaba en su mano.

—helado.

—¿Helado?

—helado —repitió con una sonrisa —traería vino, bueno traje vino para pasar la noche, pero el helado es lo importante.

—ya sabes, el helado es esencial, más cuando la temperatura de esta hora es de -10°, lo normal.

—la verdad sí, no quería que pensarás mal de mí, así que estoy camuflando el helado con vino, ya dilo "o Adrien, eres tan genial que me sorprende tu inteligencia, bésame de una vez" —trato de imitar la voz de la chica delante de él.

—¿Piensas emborracharme con helado?

—te contaré algo, en mi adolescencia me emborrache con jugo de naranja, no estoy mintiendo, le inyectaron alcohol a mi bebida o... ya la tenía —su compañera comenzó a reír por su narración, le quito la bolsa de la mano y comenzó a correr.

—¡Di no a las drogas! —grito ya a una distancia considerable.

Después de una pequeña carrera, se estuvieron en su lugar favorito de París, miraron la Luna en silencio, ninguno de los dos tenía palabras para decir, aunque su mente estuviera llena de dudas, no sabían cómo formular cada una.

—La luna, como una flor en el alto arco del cielo, con deleite silencioso, se instala y sonríe en la noche —recito con elocuencia —amo la Luna —susurro con media sonrisa.

—básicamente, gracias a ella lo tenemos todo —extendió su mano en su dirección —es poderosa, maravillosa y bella, deberíamos apreciar más a la Luna.

—concuerdo contigo —le quito nuevamente la bolsa de las manos y se sentó en la barandilla —como saber que alguien no tiene nada mejor que hacer con su vida, come helado a mitad de noche —rio un poco —sabes, el cielo nocturno es un mar.

—¿Un mar?

—si, los planetas son conchas de mar, las estrellas... estrellas de mar, suena obvio pero sabemos que una comparada con la otra es diferente y... la Luna, la Luna es... una perla blanca, repito Belle —abrió el helado y comenzó a servirlo con ayuda de una cuchara.

—eres un filósofo —sonrió, se giró para mirarlo —tenemos una noche para aclarar muchas cosas.

—comencemos —le tendió el helado junto a una cuchara, sirvió en un par de copas de plástico el vino comprado.

Los recuerdos la invadían, trataba de despejarlo con un trozo de papel, lápices y colores; movía sus pies al compás de la música, trataba de diseñar algo, su mente estaba alborotada, Alexander que estaba a su lado la miraba de reojo algunas veces, trazó tras trazo terminó creando un hermoso vestido de noche con colores claros y tenues, inspirado principalmente en la conversación nocturna con su amigo. Sonrió ante su diseño y se lo mostró a su prometido recibiendo un beso en la frente, a los segundos Alexander la beso con ternura, Marinette correspondió; al momento de alejarse, la azabache se levantó de su asiento para servirse otra taza de café.

—¿y tus padres? —pregunto Alexander centrando nuevamente su mirada en el computador.

—trabajando, no me dejaron ir con ellos.

—¿Se los dijiste?

—algo así, creo que lo mejor será bajar a decírselo, tenemos que apartar la fecha.

Y Tomaste mi mano... [Terminada] #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora