Amore mio.

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—Adrien —lo llamo esa voz tan familiar para el —despierta amor —le susurró al oído, sentía su aliento chocar en su cuello —tenemos que ver a mis padres —dijo con tono divertido —amore mio, levántate de una vez.

—voy —trato de cubrirse de los rayos del sol que se filtraba por la ventana.

—Adrien, vamos —el rubio abrió los ojos al sentir como se sentaba sobre el —al fin despierta —le regalo una sonrisa, sus mechones azules estaban completamente alborotados.

—Mari —susurro admirando a la belleza que estaba delante de sus ojos.

—Adrien, ya levántate o llegaremos tarde, recuerdas —le mostro su mano en donde se hallaba un anillo con una figura de gato.

—¿Qué cosa?

—le diríamos hoy a mis padres de nuestro compromiso, quedamos en desayunar con ellos, también sobre otro asunto, por el cual nuestra boda tiene que ser lo más pronto —se acarició el vientre mientras sonreía.

—¿Nos casaremos?

—si ¿Qué te pasa?

—yo...

—no importa, levántate —se levantó y se recostó a su lado —pero antes —tomo su cuello obligándolo a verla —te amo.

—yo también te amo.

—lo sé —poco a poco fue acercando sus labios a los de él.

—¡Adrien! —grito el Kwami ya desesperado, lo empujo con todas su fuerzas hasta hacerlo caer de la cama.

—¡Desperté! —grito asustado, miro a su alrededor, al notar la hora, rápidamente se levantó del piso, nervioso busco un traje aceptable, lavo sus dientes, se enjuago su cara y con ayuda de un peine arreglo su cabello.

—las llaves —volvió a gritar mientras le lanzaba las llaves.

—gracias —abrió la puerta para encontrarse con su muy molesto padre, trago saliva sonoramente.

—las —miro su reloj —12:41 —masajeo su sien con una mueca de enojo —no estuviste en el desayuno.

—lo siento, el despertador, mi móvil.

—no estuviste al momento que firmamos el contrato —expreso, le mostró el documento para después lanzarle una mirada asesina —quería que estuvieras ahí —su expresión facial cambió para formar una sonrisa, parecía que se relajaba —tenemos el contrato firmado, esto duró menos de lo esperado por ti.

—¿Por mí? —pregunto confundido.

—recuerdas tu discurso, los dejaste pensando, al hacer cuentas, ganaban una buena cantidad al convertirse básicamente en nuestros socios.

—es una noticia magnifica padre.

—ellos también quería verte ahí, pero por tu indisciplina.

—me quede dormido

—no son excusas niño..

—no soy un niño —protestó mientras sonreía —no volverá a pasar padre.

—eres todavía un niño para mí —hizo una pausa mientras miraba a otra parte, parecía analizar algo —en el sentido de ser padre, comprendes ¿Cierto?

—totalmente.

—volveré esta tarde a París, puedes quedarte si deseas.

—ammm —hizo una lista rápida de los pros y los contra —lo que resta de la semana —sus labios se movieron solos pronunciando aquellas palabras.

Y Tomaste mi mano... [Terminada] #PremiosLadybugTLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora