POV MATT
Pasar tiempo con Sydney era menos estresante que pasarlo sólo organizando mi tiempo, después de todo a verla hecho pagar por el sacó sucio había sido una excelente idea.
Ella se acoplaba tan bien a mi ritmo de vida qué empecé a realizar de nuevo cosas que había dejado atrás gracias a que ella podía meter cada minuto sin desperdiciarlo como comer con mis padres, ver el fútbol, dormir más y sobretodo robar mas minutos de la vida viendo su rostro.-Sydney agenda la comida con mis abuelos para el viernes en la noche y la fiesta de Jules para ese mismo día.- le dije mientras terminaba de realizar unos cambios a la presentación del proyecto de la corporación para disimular que la estaba observando trabajar.
-No entiendo para que agendar la fiesta del idiota de Jules.- respondió volviendo su rostro hacia mí.
-Tengo una reputación que mantener
-Pero vas a estar cansado después del juego y de ir a cenar con tus abuelos.- dijo entre preocupada y sorprendida de su repuesta.
-¡Awww! Te preocupas por mi.- Le dije sonriendo coquetamente.- sabía que te gustaba
-Soy tu asistente personal, no es porque este preocupada por ti.
-Lo sé, pero no por mucho.- le dije sonriendo abiertamente y volviendo la vista al computador para dejar que se le bajara la sonrojes.
-Si serás idiota.
-Pero si soy idiota. Tu idiota.- dije de manera romántica.
-Sabía que era demasiado bueno para ser cierto, además de ser demasiado cliché.
-No entiendo Sydney, por qué no quieres salir conmigo. Digo, enserio: soy guapo, capitán del equipo de fútbol, inteligente, divertido, no mujeriego y ¡Rico!.- Empecé a argumentar a favor mio.
-¡Exacto! Por todas esas razones no me gustas y no eres mujeriego porque no tienes tiempo para serlo
-Pero es un buen punto... como los demás.
-Tal vez si cambiaras, lo consideraría.
¿Si cambiará? ¿Era Enserio que pensara eso?
Ella sabía perfectamente cual era mi verdadera personalidad, no tenia razón justificable como para decirme que cambiara, solo actuaba de esa manera medio patán con ella pero sólo por diversión de vez en cuando.
Me levante del asiento y me apresure hacia ella sin pensar en lo que estaba haciendo, solo notando la poca cercanía que tenían nuestros cuerpos.
-¡¿Qué... qué haces?!- dijo con voz temblorosa.
-Lo que tú quieres que haga.
Bajé la mirada y recorrí el contorno de su rostro con mis dedos para después besar su cuello con delicadeza hasta su lóbulo frontal.
Sabia perfectamente que ella sentía algo más por mi que una atracción sexual, y eso se lo iba a demostrar ahora mismo si era necesario..... Qué pensándolo bien no es cómo que lo que estoy haciendo exactamente fuera necesario, pero ya no podía estar alejada de ella más tiempo.
Pero seria un pequeño empujón a que descubra sus verdaderos sentimientos.Mis manos ya no obedecian mi cabeza y solo mantenía la mano izquierda apretada en un puño para no ceder por completo a mis impulsos, mientras besaba su rostro de manera masoquista.
¡Oh vamos Matt! ¿Qué más da sí te llevas una buena patada en las bolas? Sabes que es lo que quieres es tomarla por completo y ella a ti.
Mi mente me estaba jugando al gato y al ratón para que cayera preso de mis impulsos, pero si tenía razón. Sydney no había hecho nada para detenerme así que di como confirmado la hipótesis y me di por vencido.
-Me rindo Sydney
-¿Qué?.- dijo desorbitada
-Me rindo, no voy a contenerme más a partir de ahora. Espero que estés lista para ello.
Y la bese como si la vida se le fuera en ello.
Derrame cada sentimiento que tenía guardado de amor hacia ella y los que sentía por la vida.
Acune su rostro entre mis manos probando cada pedacito de emociones que sentía, esas emociones delicadas y sin prisa.
Entonces caí en cuenta una vez más que esta chica que estaba devolviéndome el beso con los mismos sentimientos era la indicada como la primera vez que la ví pelear con su hermano por no prepararle el almuerzo a tiempo en segundo grado de secundaria.
Esos sentimientos de enojo, comprensión, amor y admiración que veía en su rostro en aquel tiempo quería que fueran para mi... Y ahora los tengo.
De pronto escuché un portazo que hizo que me separara de Sydney bruscamente dándome cuenta que era su hermano todo furioso.
-¡Alejate de mi chica pedazo de mierda!.- grito y como fiera se abalanzo a golpes contra mi, pero como soy tan genial esquivaba cada uno de ellos.
Bien dicen que para los problemas y conflictos hay que tener la cabeza bien fría para no cometer estupideces, como era el caso de Alex en este momento.
-¡Dejen de pelear!.- Gritó Sydney y arrojo un florero al suelo, sorprendiéndome nuevamente sus acciones.
-Vas a tener que pagar eso bebé.- dije con sonrisa divertida.
-¡No llames bebé a una chica que no es tuya!.- Me gritó Alex antes de que volviera a lanzar a golpes nuevamente contra mi hasta que se interpuso Sydney.
-¿Qué haces aquí Alex?
-¿Tú que haces aquí Sydney?.- contra ataco.- ¿Cómo es que esté degenerado estaba besándose y mejor aún no hiciste nada para detenerlo?
-No es asunto tuyo.- respondí cayendo en cuenta en una parte muy peculiar de sus gritos sin sentido.- ¡Y no soy un degenerado! Si ese es el caso, tú lo serías ¡¿quién dice "alejate de mi chica" cuando es tu hermana
-No es asunto tuyo.- Contraatacó Alex
¿Qué no era asunto mío? Claro que lo era, porque esa chica corresponde a mis sentimientos aunque no lo admita ahora, y eso significa que esa chica era MI CHICA.
-¡Vámonos Sydney!.- dijo Alex jalando a Sydney tan rápido y brusco que cuando volteo a verme chocó contra el marco de la puerta.
-Lo siento señor, no se cómo entró el joven.- dijo el empleado de repente que me detuvo para seguir a los hermanos.
-Olvidalo y sal de aquí.- Respondí enojado, saque el móvil y llame a la persona encargada de mis asuntos privados y de fiar.
-Diga.- respondieron al otro lado de la línea
-Habla Ravenwodth, vuelve a investigar a Sydney Collins pero ahora añade a la lista a su hermano
-Entendió señor, ¿algo más?
-Ve con ellos desde este momento, te estoy enviando el número de la señorita para que localices su ubicación y estés en el trabajo lo más antes posible.
-Entendido.
Esos dos traen algo y lo iba a descubrir, incluso si eso significará sacrificar reputación de los tres.
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Al Final del Camino
RomanceDicen que el amor lo puede todo, pero en verdad ¿es cierto? ¿Qué sucede cuando el amor en verdad no lo puede todo? ¿Y si no es amor verdadero? Alex tiene 17 años y tiene todo lo que un chico de esa edad podria desear. Una familia estable y feliz, bu...