Sydney
-¡No quiero!
-¡No es que quieras! ¡Es mi decisión!
-¡Pero yo te quiero, en verdad quiero estar contigo!
-Yo también te quiero, pero no esta bien, nada bien.
-No eres tú soy yo, verdad. ¡¿Enserio?! Pudiste ser más ingeniosa.
-¡No es si soy ingeniosa o no Alex!
-¡Dime porqué! Porque yo no lo entiendo. ¿Qué he hecho mal? ¿Qué te he engañado alguna vez?
-¡Enserio! ¡¿Quieres hablar sobre las tipas con las que has estado?! ¡¿Quieres hablar de Ashton?!
-¡Ese no es un engaño!
-¡¿Ah no?! ¿Entonces dime qué es? Porque yo lo veo como uno. Estas con ella y conmigo a la vez.
-¡Tu ya lo sabías!
-Escucha Alex ya es oficial, terminamos. Se acabo. No más.
-No me quedaré así, Sydney. Tú eres mía, tú me quieres, tú deseas estar tanto conmigo como yo contigo. No resistirás la tentación.
Salí de su cuarto dando un portazo y me fui a encerrar a mi habitación, el paso más difícil ya lo había dado.
Después de un rato de estar acostada pensando si lo que hice estuvo bien o no, decidí alcanzar a mis padres a una fiesta que fueron.
No podía irme con May porque lo más probable es que me diera otro interrogatorio y con Jenna me terminaría poniendo más nerviosa con sus intentos de levantar el ánimo.
Así que me fui a dar un baño tratando de imaginarme en un mundo donde fuera un espía.
Lo sé, lo se. Es algo muy raro, pero ¿quien no se a imaginado cosas mientras se baña, duerme o durante el día? Además era una buena forma de mantener ocupada mi mente, lejos de todo este conflicto de hermanos.
Me puse un vestido que me mantuviera caliente durante la noche sin que tuviera que ponerme un abrigo, las fiestas de los adultos suelen durar el mismo tiempo que una fiesta universitaria, incluso algunas veces más.
Cuando salí de mi cuarto no escuche ningún ruido proveniente del cuarto de Alex, así que fui a revisar el garage y ni el auto estaba, por lo que supuse que fue con su noviesita.
Qué viéndolo bien, eso era lo mejor. Que se entretuviera con alguien más y me dejará en paz a mi.
¿Pero entonces por qué me enojaba? ¿Por qué tan sólo de imaginarlo me ponía enferma? ¿Por qué me daban de golpear a Ashton con las técnicas que aprendí viendo películas?
¡Callate Sydney! ¡No pienses en eso!
Me reprimi.
¡Todo esta bien! ¡Todo esta bien! ¡Todo esta bien!
Me seguía repitiendo mientras llamaba a un taxi y les enviaba mensaje a mis padres que iría con ellos.
Cuando llegue y vi a May en aquel lugar, supe que sería un tormento. Había decidido ir para distraerme sin ver a ninguna de mis amigas y lo primero que me encuentro es a una de ellas, la más susceptible a descubrir que ocultas algo.
Sabía que no podía evitarla toda la noche y ni mucho menos hacer que no la conocía, así que decidí acabar con el problema de una buena vez y me le acerqué a saludarla.
-¡Hola Mayonesa!
-¿Sydney? ¡Hola! ¿Qué haces aqui?
-Nada, vine con mis padres a pasar el rato, Alex no esta y no me quería quedar sola en casa.- dije con un encogimiento de hombros.
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Al Final del Camino
RomansDicen que el amor lo puede todo, pero en verdad ¿es cierto? ¿Qué sucede cuando el amor en verdad no lo puede todo? ¿Y si no es amor verdadero? Alex tiene 17 años y tiene todo lo que un chico de esa edad podria desear. Una familia estable y feliz, bu...