Sydney
Le devolví el beso a Alex pero pudiendo notar la diferencia entre el beso de Matt.
El beso de Alex era más urgente, más salvaje y rústico, como si quisiera succionarte el alma y colocar la suya en su lugar, todo en un sólo beso.
Sabia como iba a terminar la relación que tenia con Alex. Era demasiado peligroso para ambos pero demasiado excitante a la vez que no sabia si estaba con él por amor o por adrenalina.
De pronto sonó mi teléfono con un número desconocido.
-No contestes.- dijo Alex
-Podría ser importante.- respondí agarrando el teléfono del bolsillo de mi pantalón
La verdad es que quería evitar que las cosas llegaran más lejos, era un círculo vicioso que en cuanto no estuve dentro, me gusto la sensación de ser una chica con problemas normales.
-¿Hola?.- respondí el teléfono y Alex me lo quito de la mano aventándolo a la parte trasera del auto.
-¿Qué sucede contigo?.- le dije enfadada
-¡Basta ya Sydney! ¡¿Cómo puedes estar tan tranquila en la vida ignorandome?! ¡Y para colmo besándote con ese tipo cara de chango!
Me empecé a reír por lo de cara de chango. Esto definitivamente se lo iba a contar a Matt.
¿Qué cosas dices Sydney?
Dijo mi mente.
¿Cómo puedes pensar en Matt en una situación así? Deja las tonterías para otro momento.
Mi mente tenía razón en este momento.
-Gracias mente por decir cosas coherentes después de tanto tiempo.- respondí de vuelta.
-Deja de reírte Sydney.- contesto Alex mas enojado que antes.- No se cuál es la parte divertida.
-Es que llamaste cara de chango a Matt.- respondí aun con lágrimas en los ojos por la risa
-Entonces se te hace divertido que insulte al tipo que manoseaba a mi novia
-No es eso, sino la forma en la que lo dijiste
-¡Para colmo! ¡¿Qué?! ¡¿Ahora soy tu payaso personal?!
-No Alex, nunca dije eso y deja de actuar como idiota imbécil de las cavernas.
¿Dónde había quedado mi hermano con los ojos llenos de alegría, con atuendos impecables y racional?
Ahora que le miraba detenidamente, estaba bastante desaliñado y con ojeras.
¿Era yo la culpable de tal hecho?
¿Le había afectado tanto que me alejara de él?
¿Yo había empezado este círculo vicioso?
¿Cómo? ¿Cuándo?
Sus manos bajaron por mi cintura hasta que termine encima de él, mordí mi labio para evitar que saliera un gemido a la hora que paso su lengua por mi cuello.
-Te extrañe.- murmuró contra mis labios.
Yo también lo había extrañado.
Había extrañado sus manos y la forma en la que encajaban con las mías. Había extraño sus labios y la forma en la que se amoldaban con los míos.
En pocas palabras, lo había extrañado tanto que mi mente daba vueltas de lo excitada que estaba al estar con él, con tan solo tocarlo.
Su mano toco mi piel y subió por mi espalda empujandome más a él, de pronto solo estaba su pecho desnudo contra el mío que me perdí en el mundo de sensaciones que sus labios me hacían sentir.
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Al Final del Camino
RomanceDicen que el amor lo puede todo, pero en verdad ¿es cierto? ¿Qué sucede cuando el amor en verdad no lo puede todo? ¿Y si no es amor verdadero? Alex tiene 17 años y tiene todo lo que un chico de esa edad podria desear. Una familia estable y feliz, bu...