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C A P Í T U L O 4

N U E V O H O G A R

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— Pequeña... no es tu culpa.

Charles por instinto al ver a la niña llorar la abrazo acariciando su cabello para tratar de calmarla.

— Pude hacer algo, pude salvarte. — se culpaba Laura.

— Laura nadie puede escapar de la muerte, ese es nuestro destino pequeña y nadie puede evitarlo.

En ese momento ella comprendió que lo que hacía era en vano, acepto unirse a la X Force solo ver a Charles y a Logan para poder advertirles, pero por mas que tratara de cambiar su futuro no podía evitarlo ese era el destino de ambos.

— Pequeña si gustas ve a descansar o ¿quieres que te den un recorrido por la mansión? — Charles se separo de Laura y limpio una lágrima que caía de su mejilla.

La pequeña asintió y el le dio una pequeña sonrisa.

— Peter tu le darás un recorrido a Laura por toda la mansión y te harás cargo de ella. — ordenó.

— ¿Pero porqué yo? —protesto Peter y se puso a un lado del profesor.

— Sera entrenada para su grupo y tu no estarás aquí gratis, así que empieza dándole un recorrido.

Peter solo soltó un gruñido y tomo las cosas de Laura, Hank por su parte empezó a reírse en bajo, la pequeña solo siguió a Peter en silencio.

Se sentía muy cansada y sus pequeños ojos no dejaban de soltar lágrimas, ella se limpiaba sus ojos pero sus lagrimas no dejaban de salir.

— ¿estas bien Laura? — le pregunto Peter.

— Si.— susurro Laura y trataba de calmarse.

Llegaron a una habitación, solo había dos camas individuales, esa seria la habitación de ambos ya que Peter tenia que estar cerca de ella.

— ¿Que cama quieres? — le dio a escoger Peter.

Obviamente Laura eligió la que estaba a un lado de la ventana. Se sentó en la cama y Peter puso las maletas de Laura en el suelo.

— Para ser sincero no tenia planeado quedarme a cuidarte, iré a mi casa con mi mamá por mis cosas vuelvo en minutos, si gustas puedes ir acomodando tus cosas. — dijo Peter antes de salir corriendo.

Laura se levanto de su cama y abrió la grande maleta donde había mucha ropa. No sabia como doblarla o acomodar correctamente, escucho como alguien tocaba la puerta.

— Hola ¿eres nueva?

En la puerta había una joven de alrededor de 20 años, de piel morena y con un raro corte de cabello que este era color blanco.

Laura solo asintió con su cabeza y miro con atención cada movimiento de la morena.

— Soy Ororo ¿cual es tu nombre? — Ororo se recargo en la puerta.

— Laura.

La pequeña seguía haciendo sus cosas.

— ¿Quieres que te ayude? — dijo acercándose a ella sin esperar una respuesta.

Empezó ayudarla enseñándole a doblar su ropa y como acomodarla. Laura de sentía extraña con su compañía, no había convivido así desde hace mucho tiempo.

— Dime Laura ¿cual es tu mutación? — pregunto Ororo después de terminar de acomodar toda la ropa.

Antes de que Laura contestara fueron interrumpidas por Peter que este había llegado con dos maletas. Ororo saludo al recién llegado y se despido de ambos para seguir con sus clases. Laura vio como Peter escondía la segunda maleta abajo de su cama.

— ¿Que tienes en esa maleta Peter? — pregunto Laura acercándose.

— Cosas. — le contesto Peter muy seco.

— ¿Que clase de cosas? — le pregunto Laura aún mas curiosa.

— Laura ¿acaso no te han dicho que no te tienes que meter en los asuntos de los demás? — dijo Peter algo irritado.

Laura ya no quiso volver a preguntar así que se sentó en su cama a mirar por la ventana como todos los niños jugaban.

— Peter enséñame la mansión. — le dijo la niña y se levanto de su cama.

— De acuerdo.— contesto Peter de mala gana y tomo a Laura de la mano.

Peter empezó a enseñarle las aulas donde pronto ella estaría en ese lugar estudiando, después le enseño los patios y a varios mutantes incluidos Scott y Kurt. El recorrido acabo pronto y a Laura empezó a darle hambre.

— Peter tengo hambre.

— Demonios Laura me siento como un padre a mi corta edad.

La llevo a jalones a la cocina y le preparo lo único que sabia hacer que era un sándwich mal echo y una gaseosa. Para Laura eso no era suficiente tenia demasiada hambre y hace mucho que no recibía una buena comida.

— Quiero otro. — dijo la pequeña acercando el plato vacío a Peter.

Peter se impactó por la forma de comer de Laura. Peter no dijo nada y le hizo otro sándwich. Laura solo susurro un gracias para empezar a comerlo.

Terminaron de comer y Laura decidió ir por su parte a su habitación. Laura saco la maleta que había escondido Peter y con ayuda de sus garras pudo abrirla, adentro había todo tipo de golosinas y mas chucherías entre ellas los Pringles que tanto ama Laura, los tomo y los escondió en la habitación, volvió acomodar la maleta y la dejo donde mismo. Decidió dormir un poco y esperaba que la semana se acabara pronto.

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