Capítulo 7

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Leer nota al terminar, trata sobre el final de esta historia.

Delly murió un sábado en la mañana.

Consolé a Peeta y Annie que estaban destruidos ante lo ocurrido. Sobre todo Annie, una pequeña que necesita los cuidados de su madre. Peeta estaba muy mal, ella pese a todo era su amiga, su mejor amiga de toda la vida. La mujer que aunque no la amaba, si la quería. Pasaron varios años juntos, que de la noche a la mañana no se podrá borrar y yo no quiero hacerlo. No me molesto verlo llorar, ni consolarlo o peor aún abrazarlo y darle palabras de aliento. Me dio tanta pena Annie, más que Peeta. Ella es una pequeña niña que necesita los cuidados de su madre, que aunque venga otra mujer, sea yo o cualquiera y la trate como una hija, jamás pero jamás se logrará ocupar o tapar ese vacío o dolor. No importa que edad tengas, siempre dolerá perder una madre o un padre. Aún más aquella niña pequeña.

Uno siempre necesitará de los padres, no importa la edad.

Los días posteriores al entierro Peeta andaba un poco mejor, dejó de ir a la panadería dejando a cargo a su mano derecha. Peeta no se despegó de su hija en ningún momento. Aquella niña por largos momentos por su inocencia infantil se olvidaba de las penas jugando, pero al dormir o estar quieta o comiendo, se acordaba y pequeñas lágrimas inundaban sus lindos ojos. Me encargué de todo en la casa. Comprar la comida, cocinar, limpiar, pagar los servicios básicos, incluso empaqué las pertenencias de Delly en cajas. Su ropa las puse para donación. Obviamente antes de mandarlas se las enseñé a Peeta por si algo no quería que valla a donación. Las cosas de valor las puse aparte, junto con fotos y todo cosa que sea para el recuerdo de la pequeña Annie.

Un mes después de la muerte de Delly, salí a comprar leche, mientras caminaba de regreso algunas señoras murmuraban mirándome. Así que apresuré mi paso hacia la casa. Sabía que los del distrito hablaban mal de mi, hablaban que ya debería de irme de la casa de Peeta, que yo tenía algo con él.

Si supieran que es verdad, que yo soy su mujer y que incluso llevo un hijo suyo en mi vientre.

Al llegar a la casa Peeta me
esperaba sentado viendo un punto fijo en la pared.

-Kat-sonrió al verme-te estaba esperando-

Dejé la leche en el mesón-es algo malo?-

-no...creo que no-

-creo... Peeta me estas asustando-

-no deberías-se acercó a mi-quiero que te cases conmigo-

-casarnos?!-

-si, quiero que seas mi esposa lo prontamente posible. Porque estoy haciendo contacto con unos conocidos para irnos a vivir al distrito 13 y quiero que cuando lleguemos aya ya seas señora Mellark- Besó mis labios.

-no se que decir...casarnos rápido y mudarnos....?-

-no tengo problema de permanecer aquí, pero las personas hablarían mal en que nos casemos al poco tiempo de morir Delly y peor aún-llevó sus manos a mi vientre-que des a luz en menos de 9 meses y lleve el apellido Mellark-

-tenemos que irnos, obviamente-

-eso es un si-

-si, Pet... pero no quiero que después te arrepientas-

-no la haré, eres la mujer que amo. La mujer de mi vida, mi mujer-

Me abrazó y yo hice lo mismo con él. Lleve mis manos a su cuello y él a mi cintura.

-y Annie?-

-jugando-besó mi mejilla-voy con ella-

-voy a preparar el almuerzo-

Preparé un rico estofado de cordero, jugo de pera y manzanas rellenas de postre. Annie se comió todo y ni se diga Peeta. Arreglé la cocina y le di las vitaminas a la pequeña. Para las 7 de la noche Peeta estaba hablando por teléfono mientras bañaba a Annie.
Annie jugo un buen rato en la bañera. Le puse su pijama de animales y la peiné. La fui acostar en su cama cuando Peeta llegó y dijo que él la ponía a dormir.
Por lo que me fui a bañar.

Al salir del baño con la toalla rodeando mi cuerpo desnudo me encontré con Peeta sentado en mi cama, viéndome intensamente.

Me miró de arriba a abajo-llevamos más de un mes sin hacerlo, Katniss... te necesito-

Me cohibí ante sus palabras. Yo también lo necesitaba.

Se acercó y me despojó de la toalla, me guío hasta la cama donde me acostó y comenzó a besarme. Gemí-por favor Peeta, hazme el amor- dije suplicando.

-Oh cariño no sabes las ganas que tengo de hacerte el amor, no perjudicará al bebé-dijo con su vista en mis pezones, tomo uno en su boca para chuparlo, lamerlo, morderlo un poco y estirándolo, gemí con los ojos cerrados y tomando los cabellos de Peeta para acercarlo más a mi, mis caderas se movían para poder sentir su polla, se fije que Peeta tenia puesto un pantalones e intenté quitárselos con sus pies, Peeta al darse cuenta de eso sonrió.

Peeta se despegó de mi para quitarse los pantalones, estiró mi pierna y busco el botón de mi clitoris para acariciarlo, gemí moviéndose al son de sus manos- Peeta, por favor te los suplico, tomame, por favor amor, tómame!- Peeta gimió maldiciendo.

Tomo mis caderas, y de una estocada se enterró en mi- ahh!.. Kat.. .!.

-Si!.. por favor..! no pares..no parees!..-Grité tratando de moverse contra el frustrada porque no quería que él me detuviera.

-despacio amor, despacio- dijo con dificultad.

-no!, ahora!.. por favor!, duroo!.. lo quiero duroo..!.-

-maldición....!- gruño.

Salió de mi despacio para entrar de un solo golpe, duro fuerte, asi como entró volvió a salir y volvió a golpear, lo sentía duro, fuerte rico, quería que fuera más rápido- Peeta... má...s rapidoo.- Peeta comenzó a
darme más rápido, más duro, dentro y fuera dentro y fuera, se acercó para besarme los labio, decirle un te amo, al escucharle le contesté un te amo, también.

Peeta no paraba, me sentía en una nube, sentia su polla entrar y salir, era una sensación deliciosa, difícil de explicar, era algo, rico a pesar de que Peeta me estaba tomando, me reclamaba muy duro,
fuerte y rápido ya estaba sintiendo ese nudo en el vientre, ése aviso de que ahí viene mi primer orgasmo, de un momento a otro Peeta me puso boca abajo, tomo mis manos y me obligo a que me sostuviera de la cabecera de la cama, dejé las piernas abierta y arremetió contra mi por detrás, grité, de placer. Peeta aceleró las embestidas, y sentí como mis piernas temblaban, ahí venia mi primer orgasmo, grité, de placer y Peeta gruño en mi cuello, viró mi cara y me beso para poder callar mis gritos, seguramente. 

Mi cuerpo temblaba ante el inmenso orgasmo que me embarcó. Quise cerrar al instante los ojos y dormir, pero al parecer Peeta tenía otros planes, fue ahí cuando me percaté que Peeta no se había corrido y que aún estaba duro dentro de mi.

Peeta estaba con una ligera sonrisa. Se acerco a mi oído sonriendo y excitado, podía sentir cuan estaba ya que aún seguía dentro de mi, me dijo- lista para el segundo, amor-





Lo prometido es deuda, disculpen la demora. Ya quedan 3 capítulos más para dar fin a esta historia. Falta el capítulo 8, de ahí el capítulo 9 que se titula final y por último el epilogo. Si todo va bien, esta semana publico Dios mediante otro capítulo.

Espero sus criticas constructivas, sus votos y sus apoyos para seguir con mis otras historias.

Había publicado una historia llamaba Siempre serás tú. No se que paso y se borró, constaba de 6 capítulos ya hechos. No tengo borrador, por lo que lo único que podré hacer es hacer un One Shot, aunque no prometo nada.

Bendiciones.

La Enfermera-TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora