19. Asuntos pendientes

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Giselle

—Hora de irnos —me dice Zaek y luego mira a todos los demonios en la habitación ya que estos se incorporan de manera en la que son una especie de escudo separándome de él—. A ver, mis amigos, pueden hacer esto de la manera fácil o difícil, en cualquiera de las dos salgo ganando ya que ella vendrá conmigo y ustedes se pueden ir mucho al infierno, enfatizando todo el sentido de la palabra.

—¿Por qué tanto apuro, cuñado? Giselle y yo nos estamos conociendo y ya sabes... poniéndonos al día con los temas de la familia —Rhino sonríe de lado mientras se acerca a mí—. Resulta que esa manía que poseen todos en la familia Muerte de ocultar cosas importantes no la perdonan ni porque la chica es tu-

—Ya cállate, maldito imbécil —dice Jehiel interrumpiéndolo—. Deja de meterte donde no te han llamado.

—Un gusto verte de nuevo, traidor —responde rodando los ojos—. Estás a tiempo de volver a casa y abandonar esta loca faceta de héroe sin sentido.

—No, estoy bien, gracias por preocuparte —Jehiel se cruza de brazos.

—Jódete.

—Tu jódete doblemente, idiota.

—Yo no tengo tiempo para esto —digo llamando la atención y luego muevo mis manos en dirección a los demonios, al instante caen arrodillados—. Eso los detendrá unos minutos, vámonos de aquí.

Camino a la puerta y veo como Zaek da una última mirada y sale junto a Jehiel detrás de mí.

—El portal está en el callejón, andando —dice y luego adelantó el paso pasándome de largo y abriendo la puerta, al cruzarlo quedamos nuevamente en la montaña de Tess.

—Zaek —lo llamo, pero no parece importarle mucho—. Zaek... ¡Zaek, ya deja de ignorarme! —él chasquea la lengua y yo pongo mis manos en mis caderas—. Bien, siempre me ignoras, pero ya dime algo. ¿Por qué estás tan molesto? Yo debería estarlo, me has ocultado demasiadas cosas importantes.

Zaek deja de caminar y yo choco con su espada bruscamente, se gira para verme a los ojos unos instantes y espero que diga algo, cualquier cosa, pero no lo hace, solo reanuda su camino.

—Ya se le pasará y podrán hablar tranquilos —dice Jehiel rodeándome con su brazo por los hombros—. Al parecer tenías todo controlado, hasta una charla amistosa mantenías con los demonios —comenta burlón y sé que lo hace para aligerar el ambiente tenso en el que nos hemos metido.

Mi secuestro duró... ¿Una media hora, tal vez?

—No daré un paso más, porque si veo a Tessabeth la mataré, es una traidora —me alejo de Jehiel y él me mira confundido—. Sí, ya sé que no puedo matarla porque es la Muerte y bla-bla-blah, pero al menos intentaré hacer que sufra como lo hice con su noviecito.

—Tess no está, fue a buscarte con Ariadne a otros portales —dice Jehiel con cautela y yo quiero arrancarme los cabellos por la frustración que tengo ahora.

—¿¡Cómo pudiste dejar a Ariadne con esa arpía!? ¡Ella abrió el portal para que esos demonios ineptos me llevaran! Desde que llegamos a este lugar la hija de perra ha estado viéndonos la cara de idiotas. ¡Lucifer es su padre!

—¡Ya basta! —grita Zaek caminando hasta mí y tomándome de los hombros—. No dejaré que hables así de mi hermana mayor, ella fue la que nos avisó que te habían llevado, estaba tan mal y se sentía tan culpable. ¿Y tú la llamas arpía? ¿Qué está mal contigo?

—Esto tiene que ser una broma... —murmuro intentando liberarme de su agarre, pero él me sujeta más fuerte sin dejarme ir.

—Giselle, ¿cómo es eso de que Tess abrió el portal? —pregunta Jehiel con gesto preocupado acercándose a nosotros.

Adoptada por la muerte #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora