Giselle
Correr es todo lo que hemos hecho por varios minutos sin saber exactamente hacia dónde dirigirnos para despistar a los demonios que Zaek intentaba retener con su campo de fuerza.
Jehiel, Ariadne y yo parecíamos locos en fuga corriendo por todo el cementerio. Me pregunto si las personas que se encontraban en mi entierro pudieran ver la escena que estaba pasando a su alrededor, ¿cómo reaccionarían?
Brincamos sobre tumbas, fuimos hacia el gran muro del cementerio y como si fuéramos una especie de ninjas quedamos del otro lado hasta comenzar a correr sin dirección alguna.
—¿A dónde se supone que debemos ir?
—Hay que correr, quizás a las montañas, lo más probable es que los perdamos ahí, luego bajamos y regresamos al cementerio para cruzar el portal —me responde Jehiel y se gira para ver si nos vienen siguiendo.
—Es un plan muy estúpido —escupe Ariadne con fastidio y yo alzo la mirada al cielo intentando relajarme.
Para este punto tengo más que claro que estos dos no se llevan ni un poco.
—Oh disculpa, Ariadna, ¿tienes algún plan mejor? Entonces, adelante, quiero oírlo —ella se queda en silencio—. Sí, eso fue lo que creí —dice y la ojiazul frunce el ceño eligiendo no decir nada, así que retomamos el camino para seguir corriendo.
Las montañas no están muy lejos del cementerio ya que este está a varios kilómetros de la ciudad y en esta parte no vive mucha gente, así que se podría decir que en su mayoría es área verde.
Nos adentramos entre los árboles y comenzamos a subir montaña arriba lo más rápido posible.
—¿Cómo sabremos a qué hora debemos regresar para irnos al portal? —pregunto al recostarme de un árbol.
—Lo sabremos, ya verás —responde Jehiel y en rápidos movimientos comienza a subirse entre las ramas del gran árbol dónde estoy para trepar hasta la cima y sentarse.
Ariadne rueda los ojos y se sienta en el suelo recostando su cabeza en un tronco mientras nos ve de frente.
Yo sigo todavía perpleja por el hecho de no transpirar o sentirme cansada luego de esa carrera. La Giselle del pasado probablemente se hubiera quedado a mitad del camino por falta de condiciones. Practicar gimnasia no me hacía la atleta más versátil.
Jamás me acostumbraré a esto.
—Psst, Giselle —Jehiel me tira lo que parece ser una fruta salvaje perteneciente al árbol y esta me atraviesa hasta quedar a mis pies—. ¡Giselle! —Alzo mi cabeza frunciendo el ceño y lo veo sentado en una rama muy alta, me sonríe de lado—. ¿Cuál fue el sentido que tomaste?
—Pues-
—No —Ariadne me interrumpe y yo la miro—. No le digas, no tiene que saberlo.
—¿Por qué? No tengo problema en decir-
—¿No lo entiendes? El hecho de que nos esté ayudando ahora no cambia el que sea un demonio —me vuelve a interrumpir y Jehiel suelta un bufido lo suficientemente alto como para que ambas subamos la vista hacia él.
—Debes superar esa mierda, Ariadna —le dice Jehiel con aire aburrido y yo me pierdo en la conversación porque sé que ya no están hablando del mismo tema.
—¡Maldita sea! ¡Deja de decirme Ariadna! ¿Acaso tienes retraso y no puedes llamarme por mi nombre? —Ariadne estalla y se pone de pies gritándole a Jehiel mientras este suelta una sonora carcajada y la ve con diversión desde su altura—. Eres un estúpido. ¡Te sabes mi nombre perfectamente bien! ¿Pero quieres que te lo deletree para que tus pocas neuronas no se confundan?
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Adoptada por la muerte #1 [✔️]
ParanormalGiselle está muerta, pero ese es el menor de sus problemas. --- Giselle Mattwes es una chica que murió inesperadamente a la edad de dieciocho años, al llegar al Inframundo el Ángel de la Muerte le dice que es una Inconclusa y que debido a eso debe c...