09. Invernadero

11.9K 1.3K 82
                                    

Giselle

De regreso en el castillo la luz del lugar estaba desapareciendo, dándole así paso a la noche. Sigo con la teoría de que aquí no hay un sol. Sólo hay claridad y luego oscuridad, aunque la luna sí la he visto por las noches, pero bueno, solo son cosas mías.

Zaek subió las escaleras tan rápido, casi como si su vida dependiera de alejarse de mí. Lo veo hasta que finalmente desaparece de mi vista.

—Pero qué es lo que mis ojos me muestran, ¿mi querido hermano estaba contigo y no le arrancaste los ojos? —Ariadne pregunta con una sonrisa al aparecer por el vestíbulo con un libro en mano.

—Ajá, hoy no, pero de seguro que otro día sí. De hecho, estuvo mostrándome el Cementerio de los Caídos.

—Ugh, detesto ese lugar. He peleado por siglos con él para que deje de agregar lápidas cada vez que un Inconcluso baja, pero sigue haciéndolo. Es como si quisiera llevar el recuento de la desdicha de fallar en la misión.

—Ariadne, ustedes no son los que fallan. No eres responsable de la falta de fe de nadie.

—Así que te contó lo que habló con Dios, ¿eh?

—Sí, supongo que quería darme una nueva perspectiva en todo este asunto.

—Bueno ojalá lo haya logrado, él no suele mostrarle a muchos Inconclusos el cementerio —empieza a subir las escaleras—. ¿Vienes?

—¿Te molesta si te acompaño más tarde? Quisiera ir al balcón.

—Oh —voltea a verme y comienza a descender—. ¿Necesitas que te lleve?

—No será necesario —muevo mis manos en negativa—. Recuerdo el camino. Continúa leyendo tu libro.

—¿Segura? Este castillo es enorme y además ya es de noche, dudo que puedas ubicarte solo con las luces de las antorchas en las paredes —frunce el ceño ligeramente.

—Deja de preocuparte. ¿Qué podría pasarme? Solo quiero estar sola y pensar un rato.

—Está bien, entiendo —responde cediendo—. Te daré privacidad, si me necesitas ya sabes dónde estoy —señala hacia arriba y seguido sube las escaleras.

No le respondo y comienzo a caminar por los pasillos a paso lento observando todo con cautela. La estructura y diseño interno del castillo me sigue pareciendo tan impresionante como la primera vez que lo recorrí junto a Ariadne.

Aun me causa gran curiosidad el cómo hay tantas habitaciones, pero solo habitan tres seres aquí. Al final la intriga pudo ser más fuerte que mis ganas de respetar la privacidad de los dueños del lugar y abro una puerta que se encuentra a mi izquierda.

La habitación está iluminada por un candelabro gigante y lo primero que capta mi atención es el olor a pintura. Paso la mirada y observo cientos de cuadros colgados en las paredes de la habitación, así como también lienzos en blanco parados sobre caballetes de madera, gran parte del suelo está cubierto de telas y en ella sobresalen manchones de pintura secos.

Es un estudio de arte.

Me adentro más, tocando los pinceles y brochas que están acomodados en jarrones sobre una mesa y ojeo a su vez algunos de los cuadros. A mi parecer son arte abstracto ya que ninguno en si tiene algo plasmado realmente, en su mayoría solo son mezclas de colores neutros sin ningún tipo de orden, algo que llama mi atención es que todos los cuadros están firmados en una esquina con la letra T.

—Dudo que algo de esto le pertenezca a los mellizos —digo para mí misma y giro para ver varios cuadernos amontonados en una esquina del lugar.

Tomo el primero que veo y abro una página al azar, en esta sobresale un dibujo a lápiz de una serpiente, la siguiente tiene un león también a lápiz y todas las demás son dibujos de animales salvajes. Tal como los cuadros todas están firmadas en una esquina por la letra T.

Adoptada por la muerte #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora