21. Normal...

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''Podemos intentar empezar de nuevo. Ni siquiera tienes que quedarte.'' -Zaek Muerte.

Giselle

14 días después

Escucho voces a lo lejos, tan lejos que siento que quizás es una mala pasada de mi cabeza y ahora si estoy volviéndome del todo loca. El murmullo poco a poco se va agudizando y me permito oír con más claridad el tono dulce y preocupado de Ariadne.

—¿Por qué no despierta? Creo que siento justo ahora el famoso miedo.

—No sé, Ariadne, deja de presionarme —es ahora Zaek el que habla en un tono cauteloso y siento como sus manos frías como el hielo se posan alrededor de mi cuello.

—¿Si no tiene pulso eso significa que está muerta otra vez? —pregunta Jehiel y Ariadne suelta una maldición en su dirección.

—Es un alma, desde que murió dejó de respirar. ¿Acaso creías que todo este tiempo estaba respirando? No seas idiota, Jehiel.

—Solo intento encontrar respuestas, lleva dos semanas sin moverse, cariño.

¿Dos semanas? ¿Le dijo cariño en un tono meloso y no sarcástico?

—¡Por un demonio! dejen de hablar tantas bobadas, ya salgan de aquí que no hacen más que ponerme de mal humor —Zaek suena enojado y escucho como el piso de madera rechina seguidos de varios pasos.

—Hermano, pero qué dices —Jehiel bufa—. No nos necesitas para estar con ese humor de mierda, eso ya es natural en ti —y dicho eso escucho como una puerta es cerrada.

Quiero abrir los ojos, quiero mover mis labios para decir algo, pero mi sistema no me obedece y estoy entrando en enojo.

¿Y ahora...? ¿Qué está pasándome?

—¿Es acaso típico de ti querer irte cuando empiezo a quererte? ¿Dónde estás Giselle? Vuelve a nosotros.

Un fuerte suspiro abandona a Zaek, y entonces quiero gritar, quiero darle a entender que lo escucho, que no sé qué me está pasando, que tal vez su hermana sí logró quitarme la esencia, y probablemente no sé qué será de mí.

Sus manos acarician mis manos que para este punto se encuentran sobre mi regazo y no lo había sentido. El tacto es lento y está temblando.

—También siento miedo, ¿sabes? Sé que tú no puedes tener miedo ahora, pero si te soy sincero soy un cobarde... —se detiene unos segundos y luego añade—: Desde que me desafiaste el primer día en que te conocí, me sacaste de mis casillas, y nuestras pláticas que siempre terminaban en peleas supe que eras ella: mi ayuda idónea. Lamento los malos ratos que te hice pasar y las groserías que solté cuando estaba enojado, pero es que... Me asusta el no poder ser lo que mereces porque ciertamente tú eres todo lo que yo necesito. Yo no puedo.... Lo siento.

Se detiene, no dice nada, suelta mis manos y escucho otra vez el piso de madera rechinar y la puerta abrirse para luego cerrarse de un golpe.

Por una vez en la que puedo tener acceso a algo de sus sentimientos, se va.

Los minutos pasan y la puerta se vuelve a abrir con ese peculiar rechinido que tiene. ¿Dónde estaré? Pasos se acercan más y lo que parece ser una silla es arrastrada hasta que escucho la voz de Ariadne.

—Nos estamos volviendo locos. ¿Por qué no despiertas? No queremos enterrarte. ¿Cómo se entierra un alma? ¿A dónde te irías?

Apuesto todo a que está asustada, yo también lo estaría si estos idiotas pretenden enterrarme.

Adoptada por la muerte #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora