"DESTINOS ENTRELAZADOS" [YURI ON ICE] ⚠️[EN CORRECCIÓN]⚠️

SECRETOS

Me encontraba acostado, eran ya aproximadamente las 5:30 de la mañana y aún no había dormido ni un poco o al menos no como quisiera.

Después de lo de anoche, después tantas cosas en mi cabeza que giraban, iban y vinian, era simplemente imposible de digerir en literalmente de la noche a la mañana.

Me giré un poco esperanzado buscando una posición cómoda en la cama, pero solo logré descubrir lo que ya sabía, y es que era inútil.

En ese instante, recordé un poco de la noche anterior y es que si bien no había imaginado todo por falta de sueño. Yuri y Otabek habían acordado pasar la noche aquí, y no solo eso, Yura había logrado idear un plan perfecto para colar a Otabek en la mañana.

Alarmado por un sonido en él pasillo, me levanté e inmediatamente abrí mi puerta encontrándome con un increíble fantasma.

—¿Esto es enserio? –murmuré maldiciendo lo incrédula que era últimamente pésima suerte.

—¡Otabek, ya era hor..! –Yurio había abierto la puerta del otro extremo callando al momento de verme.

A decir verdad, no esperaba que fuera Yuri el que abriera aquella habitación, mucho menos cuando hace apenas unas horas le había visto desayunándose a un intruso en los escalones. Algo que por cierto debía fingir no saber nada.

Y sí...no es mi fuerte.

—¿Yuri? L-Lo siento. Escuché mucho ruido y creí necesitaban ayuda con algo...

—¿¡Ha?!– protestó en un susurro un tanto fuerte y bastante sorprendido. — ¡¿Como sabías que estaba en casa?! –preguntó acercándose un poco a mi a la vez que cuidaba ambos costados del corredor.

Perfecto Yuuri, por lo menos no sabe del rico desayuno...

—¡No sabía gato tonto! Tampoco creí que fueras tú el que abriría. – me mostré disimuladamente molesto.— Pero quisiera preguntarte el ¿porque demonios estás aquí? ¡Aún no estas recuperado! ¡¿Porque volviste?!

—Shh– chisteo.—Habla más bajo cerdo, mi hermano no debe saber que estoy aquí, mucho menos que también está Otabek. Ven.– Yurio tironeó de mi y nos encerró en la misteriorsa habitación.— Quédate aquí ¿bien? Ahora vuelvo.

—¡¿Pero, que...?¡ ¡Yuri!– protesté cuidando de mi volumen.

Me senté en la cama y me mantuve ahí por lo menos unos 5 minutos hasta que por fin vi la puerta abrirse y a Yurio entrar junto con Otabek pisándole los talones.

—Bien, ya estamos a salvo – suspiró el rubio aliviado.

—Si...–. Un silencio extraño se adueño del lugar y como si el aura misteriosa de Otabek no fuera suficiente, su mirada al verme me causó un escalofrío.—Yuuri ¿verdad?– preguntó con cierta expresión curiosa.

—Sí, tú nombre es Otabek ¿cierto?– pregunté confirmando lo que ya sabía.

—Otabek Altin.– respondió firmemente estrechando mi mano.— ¿Tu eres el chico que acompañaba a Viktor ayer, cierto?– asentí.

—Sí, sí. Cerdo, Otabek, Otabek, Cerdo, ya están presentados, ahora cállense ambos. Estoy tratando de pensar.

Yurio se notaba desesperado, y por si no era obvio, caminaba de un lado a otro. Maldecía y hablaba consigo mismo.