"DESTINOS ENTRELAZADOS" [YURI ON ICE] ⚠️[EN CORRECCIÓN]⚠️

REENCUENTRO

~~~~YUURI [En el presente]~~~~~~~

—¡Pichit-kun, por aca!–dije en un susurro un tanto fuerte.

—¿Yuuri...estás seguro? Creo que ya nos hemos alejado bastante.– respondió Pichit saltando los botes de basura que había en el camino.

—Si, estoy seguro. Este atajo nos llevará directo a la mansión. Además, quizá tengamos...ciertos invitados "especiales".

—¿A que te refieres Yuuri?–preguntó Pichit nervioso.

—Tranquilo Pichit-kun, no dejaré que té lastimen.– concluí confiado evadiendo un fierro que se atravesaba a la altura de mi cabeza.

—El problema no es ese. El problema son aquellos dos problemáticos–. Mi compañero tragó saliva.

—Si bueno, creo que tengo todo bajo control.– solté risillas nerviosas.— De igual manera estamos por llegar.

—¡¿Eh?! ¡¿Tan rápido?!

—Te lo dije.–me alcé de hombros.— Nunca subestimes a un Katsuki.– concluí sonriendo satisfactoriamente.

—Me temo que no puedo dejarle pasar...–. Habló una tercera voz masculina sobre nosotros.

—¡Yuuri, cuidado!–advirtió Pichit.

—Lo se...–contesté evadiéndolo rápidamente con un pequeño brinco hacia atrás.—Lo siento chico, no tengo tiempo para ti.– me disculpé siguiendo mi camino.

Doblamos una esquina y ahí estabamos, en la mansión Nikiforov Plisetsky.

—¡Mil-

—¡No Pichit, espera!– tapé la boca de mi compañero con mi mano y lo hice ocultarse detrás de un arbusto lo suficientemente grande para cubrir nuestro cuerpo entero.

—Pero Sala y Mila están-

—Lo se, ya lo he visto. Pero antes que nada siempre debes mirar a tus alrededores. Mira– intenté explicarle mirando a las alturas y a los lados.

—Están por todas partes...–por fin entendió. Una vez que Pichit se tranquilizó destapé su boca poco a poco dejándolo libre.

—Yuuri~ ¿como puedes mantenerte tan tranquilo en estos momentos?–susurró Pichit.

—No estoy tranquilo, mucho menos porque mis amigos están en peligro, pero se que debo tranquilizarme, no lograré nada alterandome.

—Yuuri ¿en cuántos días completaste tu entrenamiento de Cazador élite?–preguntó con el ceño fruncido.

— ¿Como es que ustedes saben de eso?–pregunté arqueando una ceja curioso.

—Oye, somos parte de la familia, ya deberias saberlo.– bufó Pichit.

—Es cierto.–sonreí un poco.—Hum~ una semana.–contesté mirando al cielo pensativo.

—¡¿U-una semana?! ¡¿Como es eso posible?! ¡Debiste haber sacado excelencia en todo!

—Pues...creo que fue así.–contesté tranquilamente buscando a Sala con la mirada.— ¡Ah! ¡Ahí esta!–. Tan pronto la encontré, pude observar a Sala detrás de la puerta abierta del auto. Al parecer hacía el intento por salvar a Mila.