Yo había estado fuera de la ciudad un par de días, y al regresar Gloria me informó acerca de María. Tenía 28 años y había venido de la calle al Centro medio muerta de frío, sufriendo síntomas agudos de la retirada de la heroína, y estaba a punto de morir. Gloria me pidió recordarla especialmente aquella noche al predicar en la pequeña capilla.
Después del servicio, Gloria llevó a María a mi oficina. Balbuceaba al hablar porque todavía sufría por la falta de drogas en su sistema físico.
-Esta noche -dijo-, tuve la muy extraña sensación de que deseaba abandonar esta vida sin valor. Mientras usted predicaba sentí que verdaderamente prefería la muerte a esta vida tan desdichada. Pero, al mismo tiempo, por primera vez en la vida deseo vivir. No puedo comprenderlo.
Le expliqué que ella pasaba por lo que la Biblia llama el arrepentimiento. -María, usted no puede recibir el amor de Dios hasta que consienta en dejar morir su ser egoísta. Dígame, ¿desea que la vida anterior muera? ¿Quiere que la vida de drogas y de prostitución sea borrada, sepultada, y olvidada para siempre?
-iOh, sí, sí, sí! -dijo sollozando-o Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para evitarla.
-¿Está dispuesta a abandonar su propia voluntad? pregunté-
-Sí -contestó, tratando de no llorar-, aun eso.
-Entonces, permítame decirle de un amor tan maravilloso, tan hermoso, tan magnífico que puede hacer limpia y pura aun a una persona como usted. Déjeme hablarle de Jesús. -Durante los próximos diez minutos, le hablaré del amor perfecto de Dios que fue derramado para nosotros en Jesucristo.
Hundía la cara en las manos y sollozó. Me acerqué y puse la mano en su hombro. -María, vamos a arrodillamos aquí y orar ... -yantes de que pudiese terminar la frase María estaba arrodillada. Podía sentir el dique estallar. María había nacido a una vida nueva en Jesucristo.
Un mes más tarde. María pasó por mi oficina. El deseo por las drogas la dominaba, y deseaba abandonar el Centro. Su amigo Johnny ya se había rendido al deseo por las drogas y había abandonado el Centro unos días antes.
Me levanté y cerré la puerta tras ella. -María -dije-, nada en toda mi vida me importa tanto como su futuro. Vamos a hablar de lo que ha sucedido en su vida.
Estaba lista. Comenzó a hablar del tiempo cuando tenía 19 años y se había graduado de la secundaria. La dejé hablar.
-Fue Johnny quien me enseñó a fumar marihuana. Mis amigas me habían contado sus experiencias con marihuana. Me dijeron que era buena siempre que la persona no continuara con algo más fuerte. Johnny siempre tenía una cantidad de cigarrillos de marihuana y yo los disfrutaba mucho.
María dejó de hablar como si recordase aquellos primeros días cuando comenzaba su descenso hacia el infierno, y yo pensaba en cómo ella era típica de las docenas de adictos que venían al Centro. Noventa por ciento de ellos comenzaron con un cigarrillo de marihuana y luego se graduaron a la heroína. Sabía lo que ella iba a decir, pero creía que necesitaba relatarlo. - Dígame, María, ¿qué efecto producía? -Ella se acomodó en la silla, y con los ojos medio cerrados contó su historia.
-Me parecía que mis dificultades se iban a disipar flotando -contestó- Una vez tuve la sensación de que iba flotando millas y millas por encima de la tierra. Entonces comencé a desintegrarme. Los dedos se separaron de las manos y se alejaron flotando hacia el espacio. Las manos se separaron de las muñecas. Los brazos y las piernas partieron del cuerpo. Me hice un millón de trozos volando a lo lejos en una brisa suave.
Hizo otra pausa, recordando. -Pero la marihuana no bastaba. Lo que hacía era picar el apetito para algo más fuerte. Mentalmente estaba esclavizada.
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CORRE, NICKY, CORRE
SpiritualEsta es la emocionante historia de Nicky Cruz y de como escapó de Los Barrios, bajo una gran y desesperada presión, para encontrar una vida mejor. Esta biografía es la de un joven que ganó la batalla al alcoholismo, escapó de los violento...