34. Poción envejecedora

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Dumbledore sacó la varita mágica y golpeó con ella tres veces en la parte superior del cofre. La tapa se levantó lentamente con un crujido. Dumbledore introdujo una mano para sacar un gran cáliz de madera toscamente tallada. No habría llamado la atención de no ser porque estaba lleno hasta el  borde de unas temblorosas llamas de color blanco azulado. Dumbledore cerró el cofre y con cuidado colocó el cáliz  sobre la tapa, para que todos los presentes pudieramos verlo bien.

—Todo el que quiera proponerse para campeón tiene  que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al cáliz  —explicó  Dumbledore—. Los aspirantes a campeones disponen de veinticuatro horas para hacerlo. Mañana, festividad de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos  de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz  quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a  todos aquellos que quieran competir.

»Para asegurarme de que ningún estudiante menor de edad sucumbe a la tentación  —prosiguió Dumbledore—, trazaré una raya de edad alrededor del cáliz de fuego una  vez que lo hayamos colocado en el vestíbulo. No podrá cruzar la línea nadie que no haya cumplido los diecisiete años.

»Por último, quiero recalcar a todos los que estén pensando en competir que hay que meditar muy bien antes de  entrar en el Torneo. Cuando el cáliz de fuego haya seleccionado a un campeón, él o  ella estarán obligados a continuar en el Torneo hasta el final. Al echar vuestro nombre en el  cáliz de fuego estáis firmando un contrato mágico de tipo  vinculante. Una vez convertido en campeón, nadie puede  arrepentirse. Así que debéis estar muy seguros antes de ofrecer vuestra candidatura. Y ahora me parece que ya es hora de ir a la cama. Buenas noches a todos.

—¡Una raya de edad!  —dijo Fred con ojos chispeantes de camino hacia la puerta que daba al vestíbulo—.  Bueno, creo que bastará con una poción envejecedora para burlarla. Y, una vez que el nombre de alguien esté en el cáliz, ya no podrán hacer nada. Al cáliz le da igual que uno tenga diecisiete años o no.

—Pero no creo que nadie menor de diecisiete años tenga ninguna posibilidad       —objetó Hermione—. No hemos aprendido bastante...

—Habla por ti  —replicó Lee—. Tú lo vas a intentar, ¿no, Harry?

Jalo a George para separarnos de los demás.

—¿Te vas a quedar aquí para hablarles?

—Si, desde que llege aquí perdí todo contacto con ellos.

—Te espero en la Sala Común.

—Busca la capa de Harry.

—¿Para que?

—Tengo que buscar como hacer la poción envejecedora.

—Suerte, creo —. Se fue de allí para dejarme hablar con mis hermanos.

Me quede esperando afuera del Gran Comedor, los primeros en pasar fueron los alumnos de Beauxbatons, pasaron por donde yo estaba y mi hermana paro en seco y voltio a verme.

—¿Sam?

—Scar.

—Las veo allá, no tardó mucho. —Sus amigas se fueron dejando pasar a otra casa de Hogwarts. —Sam...

—Va al final del pasillo y que no te vean, ahora voy. —Ella se fue de a donde dije y tuve que esperar a que todos las casas restantes de Hogwarts pasarán y puedieran pasar los de Durmstrang.

—...estoy seguro de que...—No dejó que termine su frase el que estaba hablando y hablo antes de que se vallan.

—Luke... —el voltea a verme y se lanza sobre mi para abrazarme.

—Sammy, no sabíamos nada de tu paradero.

—Vamos para acá mejor.

—¿Por que?

—Scarlett nos esta esperando.

Corrimos hasta donde le dije a Scar que nos esperará y al llegar Ella se lanzó sobre nosotros y nos abrazamos. Así duramos un par de minutos más y nos separamos.

—Los extrañe tanto.

—Yo igual te extrañe sammy, pero me tengo que ir si no quiero que Madame Maxime me mate. —Nos dio un beso a cada uno, un último abrazo y luego se marchó de ahí no sin antes decearnos buenas noches.

—Te extrañe enana.

—Callate fósil.

—Tenemos la misma edad, Tu igual eres un fosil.

—Nop, Tu eres más grande que yo por cinco minutos.

—Ya me tengo que ir.

—Espera —Lo tomó del brazo para evitar que se valla.— ¿Donde esta Barry?

—El.....el....

—Ya dime.

—Esta muerto. —Con esas dos palabras vasto para caer de rodillas al suelo.

—Estas mintiendo—. Empiezo a llorar y el me abraza—. El es muy inteligente y se sabe defender bien.

—Lo atacaron por atrás mientras que todos estabamos peleando, No pusimos defenderlo.

—¿Alan? ¿Max?

—A Alan lo mataron antes de que tu llevarás a tu cuarto. Y Max, el...

—Dime.

—Cuando te fuiste tocaron la puerta y resultó ser Max, todos bajamos al vestibulo. Después de algunos minutos empezaron a atacar a su hermana, el fue a defenderla y recibió un maleficio. Murió en los brazos de su hermana. Tuvimos que abandonar el castillo los tres juntos (Ya habían matado a Barry), nos tomamos de las manos y las transporte a un parque. Scarlett y yo llegamos a la conclusión de que teníamos que borrarle todos los recuerdos que tenía con el, así lo isimos. Luego de eso nos separamos, Scarlett se fue junto con ella y yo me fui por mi lado.

—¿Ella esta aquí?

—Supongo —. Yo seguía llorando, llega a la conclusión de Lo que tenía que hacer.

—Adiós.

—Espera... —. No pudo terminar la frase puesto que chasquie los dedos aparecí en mi Sala Común. George al verme me fue a abrazar.

—¿Que paso?

—M-mi he-herma-mano esta muerto.

—Lo lamento tanto. Vamos a dormir, mañana podemos buscar la receta de la poción.

—No. Buscaremos la poción para que la pueda hacer mañana, Harry me contó de un lugar donde la puedo hacer.

—¿Estas segura?

—Si.

Nos pusimos la capa de Harry sobre nosotros y salimos en dirección a la biblioteca. Estando allí nos pusimos a buscar la poción.

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