55. Adiós Hogwarts

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SAM'POV

Después de que todos hubieran escuchado lo que paso en el cementerio Harry despertó. Pero no fue por el escaso ruido que ocacionaba al contar lo sucedido, fue por el ruido fuera de la enfermería.

De repente entraron McGonagal junto con murciélago y el ministro. El ministro pregunto por Dumby cuando el apareció y hablaron sobre quien sabe que tantas cosas relacionadas con el regreso de sin nariz. Mientras, yo estaba acariciando a Sirius.

—Eres un maldito perro muy mimado.

Después de que el ministro tirara el premio entre la mesa que estaba entre la cama de Harry y la mía George tuvo que impedir que de quemara el tracero al idiota.

Después de mandar a hacer cosas a Bill, Minnie y Poppy, y que estos salieran Dumby le pidió a Sirius que regresará a su forma humana. Como este al principio no quería lo tiré de la cama con un caderazo ganándole un gruñido de parte de el animago ilegal.

—Me conformaré, a corto plazo, con un alto en las hostilidades  —dijo Dumby con un deje de impaciencia—. Dense la mano: ahora están del mismo lado. El tiempo apremia, y, a menos que los pocos que sabemos la verdad estemos unidos, no nos quedará esperanza.

Albus pedía un milagro. Mire a un lado de mi cama y vi algo que serviría.

Muy despacio, pero sin dejar de mirarse como si se desearan lo peor, Sirius y murciélago se acercaron y se dieron la mano. Se soltaron enseguida. Pero no tan enseguida como para que no les tomará una foto. El sonido del flash hizo que todos voltearon a verme.

—¿Qué? Alguien tenía que hacerlo, no todos los días Sirius y Snape se dan la mano.

Después Albus mando a Sirius a reunir a algunas personas, entre ellas Remus, y tras despedirse de Harry y de mí, se fue. También Snape se fue y la señora Weasley junto con Ron y Herms después de que Harry hubo bebido una poción para dormir sin sueños o pesadillas.

—¿Qué soñaste antes de despertar?

—¿Cómo sabes que soñé algo?

—Hablaste entre sueños antes de despertar. Decías espera —Lo mire, sabía que podía confiar en el. Así que decidí contarle.

—Desde hace tiempo tengo sueños. Pero antes de hoy todos los sueños decían lo mismo. Un Husky siberiano aparecía frente a mí y me decía que tenía que estar preparada, que no tenía que confiar en el laberinto ni en nadie. Ahora he soñado con el mismo Husky sólo que esta vez me decía que pronto nos volveríamos a ver y que no perdiera las esperanzas.

—¿Cómo sabes que es el mismo? Puede ser otro.

—Eso mismo pensé la primera vez. Pero después vi sus ojos. Siempre azul muy claro, casi blancos.

—Los Husky hasta donde se la mayoría de veces sus ojos son azules, casi blancos.

—Pero la diferencia de estos es que tenían leves manchas cafeses. Me recuerdan a los de alguien pero no logró recordar con exactitud.

—Descansa. Será lo mejor que podrías hacer. Cuando vea a Luke le diré que ya despertaste.

—No me dejes sóla. Por favor.

Se acostó en la camilla a lado de la que estaba y me dedicó una linda sonrisa. Tras devolverle el gesto cerre los ojos, esperando no tener pesadillas.

***

Los días habían pasado. La mañana siguiente nos habíamos encontrado a los papás de Cedric, Harry les ofreció el dinero Pero no lo aceptaron y sólo nos felicitaron.

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