44. La propuesta de la reina

19 1 0
                                    

Estaba frente al castillo de los padres de Max, antes de que tocará la puerta un niño como de la edad de Harry abrió la puerta.

—Hola, sabía que alguien vendría hoy, te vi en mis sueños.

—Hola. —Max no era el único con poderes propios al parecer.

—Emilio, vuelve a tu práctica. —El, era el hermanito de Max, se fue no sin antes dedicarme una sonrisa. —¿Que deceas?

—Soy... soy la princesa Petters.

—Princesa, pase. —Pase al recibidor donde estaba un señor tipo pingüino —¿No vino mi hijo con usted?

—E venido a hablar con usted y el Rey de Max.

—Lo sabía, lo vi en mi sueño.

—Emilio, busca a tu papá.

—El también tiene poderes.

—Si, es como videncia sólo que el la ve en sueños. Hoy en la mañana nos dijo que alguien vendría.

—Se parece tanto a Max.

—Son muy unidos. —Bajo un señor algo cara larga —El es mi esposo, Derek. Que despistada, yo soy Sara.

—Reyes...

—No nos digas haci, Por facer sólo dinos por nuestros nombres.

—Bien, Derek, Sara tengo que informarles de una noticia. 

—Pasa por aqui. —Me giraron hasta un despacho, hay nos esperaba una joven un poco más grande que Max — Ella es Valeria.

—Valeria, mucho gusto ¿Quien es ella?

—Soy la estúpida princesa caprichosa.

—¿Por que leíste la carta que le mande a Max?

—De eso vengo a hablarles. A principios de septiembre, atacaron mi castillo.

—¿Quienes?

—Todavía no sabemos quienes fueron. En el ataque, Max murió. Se que tuve que venir desde hace mucho tiempo, pero... por órdenes tenía que ocultarme.

Sara estaba llorando y Dereck trataba de consolarla, Valeria estaba en shock, cuando regreso, fue corriendo hasta mi y me dio una cachetada.

—De seguro y tu mandaste a matarlo sólo para que no de diera clases.

—Claro que no.

—¿Como de podríamos creer?

—Yo no fui.

—Dinos como creerte.

—Yo lo amaba —Caí de rodillas al suelo ocasionando una onda al caer. Deje que las lágrimas salieran. —Yo... yo lo amaba.

—Eres una zorra, te metiste con alguien comprometido.

—El nunca me dijo que estaba comprometido, si lo hubiera sabido no me hubiera metido con el.

—Mientes, eres una maldita zorra mentirosa.

—¡BASTA! Se calman las dos, Valeria, la princesa Sam no tiene la culpa. Yo creo en sus palabras.

Valeria se fue hecha una furia de el salón donde nos encontrábamos, hable un rato más con los padres de Max y me dirigí hacia la salida, dispuesta para irme cuando me rope con el hermano de Max.

—Mi hermano te amaba.

—¿Que?

—En muchos de mis sueños te vi con mi hermano, se veía bastante feliz contigo. —Le sonreí — Dime la verdad, ¿Que le paso a mi hermano?

—Pues... tu hermano esta en un lugar...

—No soy tonto princesa, dime la verdad. Hace tiempo que no sueño con el. Un día tuve una pesadilla, a el lo mataban mientras se sacrificaba para salvar a mi hermana.

—No te mentire, tu hermano esta muerto —Lo abrace automáticamente por si lloraba o sus piernas se ponían como gelatina —.

—Gracias por decirme la verdad. Nadie más me la hubiera dicho, ya se por que mi hermano te amaba mucho.

—Me tengo que ir, me están esperando.

—Puedes regresar cuando quieras.

—Tu igual puedes ir a mi castillo cuando quieras.

Me fui de hay directo a mi castillo. Al llegar a mi cuarto ya me tenían preparada la ropa que me iba a poner. Baje a donde me esperaban los chicos y nos fuimos a el campo para jugar polo en el castillo de Edwin. Al llegar habían unas cuantas personas sentados en plena nada.

—¿Que es eso?

—Están montados en thestral.

—¿Por que Sam y yo no podemos verlos?

—Sólo las personas que han presenciado la muerte pueden verlos.

—¿A quien vista morir?

—A....

—Dime.

—A Max.

Luke me ayudó a subir a uno, se sentían algo incómodos pero el me explicó que es por las alas que ellos tienen. Jugamos para equipos contrarios luke y yo. Al terminar el juego su equipo ganó.

Me baje de el thestral y lo acaricie. Sentía como su respiración chocaba con mi rostro, fue una sensación graciosa, pues su respiración me hacia césar los ojos.

—No me gustaría que tu los vieras.

—¿por que?

—No quiero que veas a alguien morir. Pero si eso pasará, podrías ver que son algo tetricos —sonreí por lo que acababa de decir al igual que el, pero pronto su sonrisa se borro.

—¿Que paso?

—La madre de Edwin quiere hablar contigo. Quiere que estamos los dos presentes, supongo que será algo importante.

—¿Y por que esa cara?

—No se. Probablemente estoy exagerando las cosas, ya sabes como soy.

—No eres nada dramático.

—Mira quien habla. —La saque la lengua, estaba por irme a cambiar cuando llegó Edwin.

—No te cambies. Te cambiaras después, mi madre esta urguida por hablar contigo.

—Bueno. Llevanos hasta ella.

Caminamos hasta la entrada del castillo donde Edwin, al estar dentro nos huso pasar a una sala. Hay estaba una señora junto con señores viejos y acabados.

—Sam, Luke, les presentó a mi madre, la reina Anna.

—Reina.

—Princesa Samantha. Príncipe Luke. Tomen haciento, hay mucho lugar para todos los reunidos en esta sala. —Nunca borro su sonrisa, mientras me sentaba podía sentir como me examinaba con la mirada.

—Para que deseaba hablar conmigo.

—Princesa, como ya sabrá, tras el ataque que hubo a su castillo nosotros nos hemos estado haciendo cargo de el en su ausencia.

—La agradezco mucho su gesto.

—No es nada. —Se paro y comenzó a caminar alrededor de toda la mesa. —Como sus padres, los reyes murieron durante el ataque. Y al ser nosotros los que nos hicimos cargo de los daños, la tengo una propuesta.

—Dígame cual es —Dije nerviosa, pues esa vieja parecía un depredador acechando a su presa. Para aclarar, yo soy la presa.

—Si de casa con mi hijo, el Príncipe Edwin, podrán seguir en la cabecilla. Si no hay matrimonio entre usted y mi hijo ustedes no serán nadie, nosotros tomariamos el mando y ustedes, tu hermano y tu, quedarían fuera. Sin los títulos de princesa y príncipe.

Esta vieja esta más que loca, una muy buena broma. Esperen, ¿dijo lo que yo creo que dijo?

—¿MATRIMONIO?

 

Una Princesa Con Poderes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora