Una Princesa Con Poderes

52. El cementerio

—¿Te dijo alguien que la Copa fuera un traslador?  —preguntó Cedric. Había llegado a un cementerio. Estábamos a kilómetros de Hogwarts, no se notaban las montañas.

—Nadie  —respondió Harry, mirando el cementerio. El silencio era total y algo inquietante—. ¿Será esto parte de la prueba?

—Ni idea  —dije —. ¿No deberíamos sacar la varita?

—Sí  —asintió Harry. Las sacamos.

Seguía observando a mi alrededor. Tenía otra vez la extraña sensación de que nos vigilaban, como el día de la segunda prueba al regresar al colegio.

—Alguien viene  —dijo de pronto Cedric.

Se acercaba una figura pequeña, no podía ver su rostro pero sabía que tenia algo en las manos. Como si cargará algo. Harry callo al suelo por que le había comenzado a doler la cicatriz. De pronto, se escucho una voz fría.

—Mata a los otros —tome el brazo de Cedric e hise una ilusión de nosotros mientras que tiraba a Cedric al suelo dónde unas hierbas nos cubrirían, que estaban cerca y yo le seguía.

—¡Avada Kedavra! —Esas fueron las palabras que pronunció el pequeño hombre. "Mató" primero a Cedric y después a mi. Logre hacer que al caer las ilusiones sonarán como si fuera algo materializado, como si fueran nuestros cuerpos.

Harry abrió los ojos y contempló nuestros cuerpos, el pequeño hombrecito le apuntó a Harry levantándome del suelo, lo arrastró hasta una lápida con un nombre escrito.

TOM RYDDLE

Ese nombre me sonaba, sabía que alguna vez alguien lo mencionó. Voldy. Unas cuerdas sujetaron a Harry desde el cuello hasta los tobillos, lo sujetaron a la lápida. Harry trato de zafarse pero alguien lo golpeó.

El pequeño hombre se fue y Harry sólo veía nuestros cuerpos inertes. El hombrecito regreso jalando un caldero con lo que suponía era agua.

—Gracias —la voz de Cedric me tomó por sorpresa —, por salvarme. Te debo la vida.

—No te preocupes. No pude alcanzar a Harry.

—Hisiste lo que podías. Si no lo hubieras hecho yo estaría muerto.

—¿Crees que salgamos vivos de aquí?

—Todos saldremos vivos. Ayudaremos a Harry para que los tres regresemos.

—¿Seguro?

—Si.

Seguí viendo en dirección a Harry, el no podía gritar bien por la tela que le metio el hombrecito en la boca. Por su cara sabía que le dolía la cicatriz.

—¡Hueso del padre, otorgado sin saberlo, renovarás a tu hijo! —Miraba hacia todos lados para planear un plan para regresar a Hogwarts.

—¡Carne... del vasallo... voluntariamente ofrecida... revivirás a tu señor! —Sólo pude escuchar el grito que soltó. Estaba gimiendo de dolor. No me imagino lo que paso y ni quiero hacerlo.

—Sa... sangre del enemigo... tomada por la fuerza... resucitarás al que odias. —Gire mi cabeza para ver, el muy maldito estaba frente a Harry.

—No hagas nada. Cuando regresemos lo sanaran.

Iso un corte en el brazo de Harry y luego saco algo de su bolsillo para luego regresar al caldero y vertir la sangre dentro de el.

Gire en dirección a Cedric no quería ver más de esto. Quería que regresaramos ya. Se formó un humo blanco que si no hubiera sido por que Cedric estaba junto a mi no lo podría ver. Durante unos minutos más no ocurrió nada hasta que de donde estaba el caldero salió una voz aguda y fría, como la que había dado la orden de que nos mataran.