43. Cartas

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—Mañana me voy a ir.

—¿Que?

Me quede en silencio mientras miraba a la nada.

—Osea, te vas, tienes el torneo, nos tienes a nosotros. Me tienes a mi, no me puedes dejar después de lo que hemos pasado, aunque no a sido mucho. —Sus ojos estaban algo cristalizado, tome su barbilla a ise que me mirara directo a los ojos.

—Era broma. Me iré pero volveré.

—¿Hasta cuando?

—Cuando termine este periodo de vacaciones. —El soltó todo el aire que tenía retenido para luego darme un puñetazo en el hombro.

—Me espantaste. No sabía lo que iba a hacer sin ti. —Paso su brazo sobre mis hombros. —Tengo algo que decirte.

—Habla.

—No soy un Príncipe —solté una carcajada.

—Ya lo sabía.

—¿Como?

—Digamos que conocí a algunos príncipes, algunos divertidos otros aguafiestas. Pero ninguno se portaria así como ustedes, tan libres. Ellos seguían normas, ustedes las rompen —de mis ojos salieron algunas lágrimas rebeldes, hablar de eso me recordaba mucho a Max.

—¿Estas enojada por que te mentimos?

—No, ¿Por que lo isieron?

—Escuchamos sobre un baile de la realeza y convencimos a los otros de ir, a Hermione le fasino la idea de conocer a alguien de la realeza. Fue fácil burlar a los guardias.

—No me los imagino.

—Ya es tarde, deberíamos de entrar.

Nos levantamos y fuimos cada quien a su dormitorio. A la mañana siguiente me bañe y salí del dormitorio con una mochila, me encontré con mi hermano que esperaba fuera de mi sala común y nos dirigimos a el despacho de Dumbledor para poder irnos y verificar algunas cosas.

Aparecemos cerca de el castillo, de momento comencé a sentrirme nerviosa, sabía que Luke y yo tendríamos que trabajar mucho para restaurar el castillo a como estaba antes. Al estar frente a el, se podia apreciar una vista de que tan dañado estaba por fuera. Si así esta por fuera no quiero imaginar por dentro.

Caminamos hasta las rejas, estas estaban un poco dañadas, no mucho pero su algo. Empuje la reja y pasamos.

Al entrar completamente, alzamos la vista para encontrarnos con que el castillo estaba en excelentes condiciones. Corrimos hasta la puerta y la abrimos. Dentro los sirvientes iban de un lado a otro, acomodando algunas cosas, había floreros con flores blancas.

—Pero que...

—Yo me encargue de levantar el castillo —dirijo mi vista hasta donde proviene la voz y me encuentro a Edwin. —Decidí levantar el castillo en su ausencia, espero no molestarnos.

—Gracias.

—No fue nada.

***

—Max —Pronuncie en un suave susurro mientras dormía. Alguien me sangoloteo toda.

Al abrir los ojos estaba Luke con Edwin y una sirvienta. Los tres me miraban cosa que iso que me sonrojora. La sirvienta se acerco hasta mi con una bandeja donde habían cartas.

—Princesa esas son las cartas que llegaron hoy.

—Gracias, ya puedes retirarte. —Ella salió y yo abro las cartas como si no supiera que ellos estaban allí.

—¿Que soñabas?

—Nada, sólo un recuerdo.

—Te creeré.

Ellos se sentaron en los bordes de mi cama, abrí la primera carta que estaba dirigida a Max.

Querido Max,

No sabes cuanto me extraña no recibir ninguna respuesta a mis cartas, ya han pasado como tres meses y medio que nadie sabe de ti por acá.

Espero y la estúpida princesa caprichosa que te tocó cuidar no te haya prohibido la comunicación con tus familiares. Nuestra boda se tuvo que posponer por tu ausencia. Espero poder verte pronto.

Tuya, Valeria

PD. Te amo Max

Termine de leer la carta con lágrimas saliendo de mis mejillas, Luke me quito la carta de la mano y la leyó, me abrazo pues el sabe todo lo que pase con Max aunque allá sido muy poco.

—Sam...

Lo ignore y abro la sigiente carta que también estaba dirigida a Max.

Querido hijo,

Nos esta preocupando tu ignoracion a nuestras cartas, de tu parte y de parte de tu hermana, no sabemos nada de ustedes, su hermano los extraña. Sea donde sea que estén, bueno, en el castillo de el Rey Petters, te iremos a buscar en un mes si vemos que esta carta no tiene respuesta.

Valeria esta igual o peor que nosotros, su prometido no a dado señales de vida, no pasa un día sin que nos preocupemos por ti y tu hermana. A diario Emilio pregunta por ustedes, ansioso de saber cuando volverá a ver a sus hermanos mayores.

Tus padres.

Deje esa carta junto con la de la tal Valeria, me dolía saber que los padres de Max estaban preocupados por sus hijos al igual que su hermano menor. Lo que más me dolió fue saber que el estaba comprometido y aún así estubo conmigo.

—Sam, ¿Estas bien?

—Si, no te preocupes. —Me seque las lágrimas que habían salido sin permiso de mis ojos.

—Sam... mi madre quiere hablar contigo.

—Tiene que ser hoy.

—¿Por que?

—Mañana tenemos que volver.

—Le puedo decir que hable contigo después de la partida de polo. Ah, si.

—¿Puedes tratar de no ocupar magia frente a ella? Es una Squib.

—Claro, antes iré a hablar con los padres de Max y Valeria.

—¿Por que con ella?

—Creo que necesita saber que su prometido esta muerto y que la engañaba. —Los dos me voltearon a ver dudosos —Prometo no matar a nadie. Ahora si me permiten... largo de mi habitación.

—Amargada.

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