-Lugar: Tokyo
-Año: desconocido
-Edad: 15 años
-preparatoria: Nekoma***
Tras un traslado de trabajo de parte de los padres del rubio, tuvo que mudarse repentinamente hacia Tokyo, abandonando así su preparatoria de primera elección, su hogar y a su único amigo.
El camino hacia la nueva casa era largo y tedioso, el paisaje parecía aburridamente repetitivo, el cielo totalmente despejado dejaba caer fuertes y luminosos rayos de sol directamente en su piel lo cual le resultaba molesto, no tenía ni una pizca de sueño así que escuchar musica era su único método para combatir el aburrimiento y para evitar tener charlas entre su familia durante el viaje.
Antes de partir había tenido una pequeña discusión con Akiteru por lo cual quería evitar entablar charlas innecesarias
"-La preparatoria Nekoma también cuenta con un gran equipo de volley Kei, podrías intentar uni...
-No digas ridiculeces- interrumpió impetuoso el menor- Si no es en Karasuno prefiero no tener que jugar.
-Kei, estas siendo irracional, el volley sera lo mismo aquí que en China, el equipo no te define, sino lo que tu aportes a él.
-No creo que tu lo entiendas hermano- estrujo sus manos formando puños."
«No quiero escuchar cosas así de alguien que ni siquiera jugó un solo partido en esa preparatoria.»
***
A primera vista, aquella preparatoria era como cualquier otra, sin embargo para Tsukishima Kei, ese lugar era como una jaula, se veía rodeado de bestias que le miraban atentamente como esperando el momento para querer atacarle.
Vistiendo su camisa blanca, con un chaleco, una corbata un poco suelta y su chaqueta, le hacía ver como un estudiante más, aunque el tiempo de Tokyo era más cálido que su pueblo natal, pero aun siendo invierno se encontraba bien abrigado.
Entre tanto alboroto y revuelo por la emoción del primer día de clases, todos lo alumnos se veían llenos de alegría y expectativa, excepto el rubio el cual casi con repudio esquivaba a los animados estudiantes. Se acerco a la enorme tabla para encontrar su nombre y su clase asignada.
Un pesado suspiro se escapo de sus labios, retirándose de el lugar con el número de la clase
grabado en su memoria. Pero al encontrarse en una nueva preparatoria, sin haberla recorrido ninguna vez el rubio se encontró perdido, sabía que debía ir a la ceremonia de apertura pero al evitar a todos los demás termino estando solo sin la menor idea de a donde dirigirse.-Esta tonta preparatoria.- farfulló enojado.
Camino durante unos momentos, mirando de reojo cada lugar, cada esquina hasta que un sonido familiar capto su atención, si, era un sonido que él había conocido desde temprana edad, sin poder evitarlo, sus pies comenzaron a buscar el lugar de donde provenía aquel sonido.
«Sin duda, es el sonido de una pelota de volleyball»
Termino frente a un gimnasio, el "tercer gimnasio" para ser exactos, cuando iba a poner un pie para poder observar quien se encontraba dentro, algo dentro de él le paró, una parte de él quería alejarse había prometido no tener que involucrarse con el volleyball de nuevo pero una gran parte de él quería entrar y ver de nuevo un poco más de el deporte que causo un gran impacto en él.
Abrió lentamente la puerta, solo para mirar de reojo, solo para espiar y confirmar sus sospechas.Un aroma familiar invadió sus fosas nasales, el sonido del balón impactando contra el suelo y la mano de su jugador le trajo fuertes recuerdos. Solo había un jugador en la cancha, este aun llevaba su uniforme escolar, era alto, de cabello negro revuelto y con una mirada muy aguda y penetrante; El chico se hallaba practicando saques, uno tras otro, cada saque con más fuerza que el anterior, de vez en cuando rebotaba la pelota simplemente para dispersar el pesado silencio que llenaba aquel gimnasio. El rubio sin notarlo, paso más tiempo del debido observando la practica individual de aquel chico, parecía fascinarle cada movimiento que hacía como si fuese la primera vez que veía a alguien sosteniendo una pelota de volleyball.
-Disculpa- interrumpió una voz, haciendo sobresaltar a Tsukishima.- ¿Podrías moverte un poco? quiero abrir.
-Adelante- dijo este tratando de sonar como si no lo hubiese sorprendido.
Cedió el paso a un chico bajo de largo cabello rubio con unas negras raíces, unos grandes ojos y un rostro inexpresivo.
«Parece un pudding...»
-Kuroo, te perdiste de la ceremonia de apertura.- dijo casi como un sermón aunque sonaba casi imposible con su tono de voz.
-¡Ah! ¡Kenma! De hecho llegué muy temprano para la ceremonia, pero como ví que había tiempo decidí entrenar un poco.
-¿Entrenar casi 2 horas es "entrenar un poco" para ti?
-Ya, ya, iré a mi salón ahora- dijo entre una sonrisa, guardando las cosas en su lugar.
Antes de partir, el pelinegro advirtió la presencia de Tsukishima.
-¿Quién es tu amigo Kenma?- preguntó un tanto curioso mientras le examinaba con la vista.
-Cuando llegué estaba observándote muy fascinado.
-¡Yo no estaba fascinado!- gritó el rubio.
-Entonces admites que estabas observando- respondió igual de serio el teñido.
-¿Así que si me observabas? ¿Tan genial soy?- musitó haciendo una pose presumida hasta que una súbita idea surco su mente- ¿Sera que estas interesado en el volleyball?
El corazón del rubio palpito dolorosamente, su cuerpo se tenso ante esa oración, pero intento controlarse, intento controlar las emociones que deseaban salir.
-No estoy interesado en ello.
-¡Eh! Pero tienes una buena altura, estás un poco delgado pero eso se puede solucionar. Aunque sea solo como prueba, ¿no quisieras probar unirte al equipo?
-Ya dije que no estoy interesado en ello, el hecho de verte ahora solo fue una coincidencia.
Antes de dar lugar a otra palabra que iniciara una conversación que evito incluso con su propio hermano, el rubio dio vuelta y procedió a irse.
-Eres de primer año, ¿cierto?- preguntó la voz del pelinegro, deteniendo al rubio en su escape
Sin girarse este contesto contestó.
-Sí, así es- respondió secamente- debo irme ahora a mi salón- cortó la conversación.
El pelinegro esbozó una sonrisa burlona.
-¡Hey chico de lentes, el edificio de los de primero está hacia el lado opuesto- gritó muy entretenido.
Tsukishima paró en seco, su rostro le ardía por la vergüenza, acababa de pasar su segunda pena en esa preparatoria, las dos veces por culpa del mismo chico pelinegro.
-Ya lo sabía- titubeo el rubio con sus mejillas levemente sonrojadas.
«Definitivamente no estoy interesado, lo último que ahora mismo deseo es entrar en la cancha del lado de Nekoma y ver de nuevo a ese pelinegro.»
~***~
¡Comienza el camino 1!
Gracias a la cantidad de lectores con un pequeño capítulo como lo fue el anterior.
Quizás ahora no se comprenda muy bien la dinámica de la historia pero con el tiempo, se que comprenderán.
¡Espero les haya gustado el -ya oficial- capítulo 1!
¡Nos leemos la próxima vez!Atte. TWW
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Path Of Destiny
RomanceLa vida no es siempre fácil ni sencilla, nos pone obstáculos para caer una y otra vez, pero no importa que tan lejos o cuanto tiempo tome, cuando dos personas están destinadas a conocerse sin importar los diferentes caminos que lleven siempre estos...