Golden week - parte II

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-Oigan, tengo una pequeña idea

El equipo tomó rápida y sigilosamente sus pertenencias, no se atrevieron en avisarle ni siquiera a Kenma, temían que si perturbaban a uno los demás también reaccionarían. Así que disculpándose mentalmente con su querido armador, se adelantaron dejando al peli teñido con el par de problemáticos.

Momentos después, una vez que Kenma dio por finalizado su videojuego, dio un estirón a su cuerpo para poder incorporarse, abrió sus ojos de par en par cuando vio que nadie más estaba en el bus. Tomó sus cosas con pesar, y aunque debía estar apurado, decidió tomarse su tiempo sin percatarse de la presencia del pelinegro y del rubio aún en el autobús. A un paso lento salio del autobús y adentrándose en la pequeña ciudad que la cual tenía por seguro terminaría perdiéndose a si mismo.

Los ojos de Kuroo no se apartaron del rubio que dormía plácidamente con un antifaz sobre sus ojos y audífonos en sus oídos, a pesar de que en sí lucía gracioso, Kuroo lo miraba fascinado, su respiración era lenta y muy profunda, daba de vez en cuando algunos movimientos para poder acomodarse en el incómodo asiento.

¿Qué era lo que veía fascinante en él? No estaba despierto como para molestarlo y entretenerse con sus expresiones de enojo o frustración, y si lo estuviera lo ignoraría como ahora es usual. Dando pasos lentos casi al ritmo de la respiración de Tsukishima, Kuroo avanzó de asiento a asiento hasta colocarse en el asiento al lado del rubio. Retiró lentamente sus audífonos

-¿Sin música? ¿tanto quieres evitar que los demás te hablen?- bufó en voz baja

Lo siguiente requirió un poco más de técnica, debía retirar el antifaz sin que se despertara. sujeto el objeto por ambos extremos, deslizando lentamente hacia arriba. Lo estaba logrando, al ir retirando el estorboso objeto, pudo llegar a ver los ojos cerrados de Tsukishima, así como sus largas pestañas, al ir quitando el antifaz sus dedos rozaban los suaves y delicados cabellos rubios. Antes de notarlo el antifaz estaba fuera, pero no pudo moverse después de ello, quizás fuese por la posición de Tsukishima pero tenerlo frente a frente, sin que le dedique una mirada de odio, o que lo ignorase era de algún modo agradable para Kuroo.

Sus dedos llenos de curiosidad, dejaron a un lado el antifaz para poder explorar a Tsukishima, a pesar de ser un chico su piel era suave, firme y muy clara, sus ojos sin lentes permitían ver con claridad sus largas pestañas, sin oposición alguna logró palpar su suave cabello, las expresiones que ponían le hacían ver muy tierno y adorable ¿Era normal que un chico fuese así? La mente de Kuroo trató de razonar y buscó alguna comparación. Kenma podía tener la piel suave pero no le provocaba ganas de acariciarla, aunque el cabello de Yaku era suave no sentía nada aparte de miedo y respeto hacia él, no se comportaba con ningún chico del equipo como lo hacía con Tsukishima

-Entonces...¿Por qué?...- susurró deslizando con lentitud su dedo por sus mejillas- ¿Acaso eres especial?...si fueras una chica no dudaría en pensar en salir contigo pero...esto es diferente, de hecho...ahora pensándolo, ninguna relación previa con alguna chica fue... ¡Tsk! - La mente de Kuroo no encontraba paz en medio del mar de pensamientos que el rubio inconscientemente le provocaba

Un movimiento por parte de Tsukishima le hizo alzar ambas manos en señal de inocencia, pero luego de acomodarse nuevamente el rubio volvió a dormirse, dejando al corazón de Kuroo agitado por el miedo, una vez su corazón se calmó su mente empezó a recordar, mientras miraba el rostro de lo que parecía ser un ángel dormido, recordaba lo que el demonio despierto le había dicho días atrás.

"- Kuroo-san quiero hablarte de algo

-Claro, dime lo que sea

-¿Lo que sea?

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