Una fría corriente de aire le recorría por completo el cuerpo, por más que extendiese sus manos no podía aferrarse a nada, quería gritar para pedir ayuda pero tal parecía que su garganta había sido silenciada, no podía emitir sonido alguno.
«Por favor...»
La luz del exterior parecía desaparecer, sólo quedaba oscuridad y una sensación de terror que parecía que le consumía
«Alguien...Aki...papá...mamá....k...»
-Kei...
Una suave y calmada voz le sacó de la pesadilla que no había tenido en años. La luz de la tarde anunciaba el próximo final de otro día sin ningún avance diplomático. El rubio parpadeó lentamente acomodándose a la poca luz, para encontrarse a sí mismo siendo cargado en la espalda del pelinegro.
-¿Estás bien?
-¿Por qué lo dices?
-Pues...en primero estabas apretando tus manos muy fuerte, en segundo murmurabas algo y...
-¿y...? -repitió inquisitavemente Kei
-Estás despierto y hasta el momento no me has atacado- rió
El rubio reaccionó ante esa acusación- demasiado tarde de hecho- sonrojándose porque en verdad no se había incomodado. De hecho rememorando los hechos anteriores: llorar, ser consolado, abrazado, cargado y salvado de por él de sus pesadillas; Antes hubiese tenido esas y miles de razones más para poder auto-defenderse pero por lo visto, su propio cuerpo no le veía más como un enemigo y eso quizás era lo que en verdad le sacaba de nervios y no podía evitar avergonzarse de sí mismo.
-Cállate antes de que lo haga...-murmuró acomodándose para dormir de nuevo.
Kuroo rió por lo bajo, realmente sabía que si decía algo más Kei sin dudarlo le haría algo. Continuó caminando hasta considerar que el rubio se habría vuelto a dormir.
-Si te dijera que...dijiste mi nombre en tus sueños, definitivamente me maldecirías con todo tu poder ¿no?
Para el momento en que habían llegado al pie del palacio, los dos jóvenes zorros les esperaban en la entrada.
-Espero hayan tenido un paseo placentero.- musitó Osamu haciendo una reverencia.
-Les hemos preparado sus baños en sus respectivas habitaciones.- prosiguió Atsumu- A menos que sus altezas prefieran una habitación conjunta...-murmuró apenas audiblemente.
-Espera...¿Qué has..?- iba a protestar un sonrojado Kuroo.
-Creo que debería despertar a su alteza Tsukishima- interrumpió Osamu abriendo la puerta.
Kuroo procedió a entrar a la fortaleza manteniendo su mirada fija en el pequeño zorro que sin vergüenza le mantuvo la mirada hasta que ellos entrasen.
-Si luego nos reprender será completamente tu culpa, idiota- reclamó sin elevar su voz Osamu.
-Sólo se me fue un poco la mano con ese comentario, pero no me culpes por pensarlo.
-Pensarlo y decirlo son cosas diferentes.
-Algo en ellos pareció haber cambiado ¿no? -preguntó Atsumu cerrando la puerta tras ellos.
-Realmente, lo hizo.- Concluyo Osamu.
***
Ya la noche había caído. Las estrellas adornaban el firmamento, pareciese como si aquella terrible tormenta nunca hubiese ocurrido.Sentado al pie de las escaleras que daban a uno de los numerosos jardines del palacio se encontraba un pensativo Kuroo. Sostenía firmemente una carta en su mano y observaba las estrellas como si fuese la primera vez que lo hacía, y aunque antes lo hubiese hecho, esa noche le parecían más brillantes de lo que normalmente eran.
ESTÁS LEYENDO
Path Of Destiny
RomanceLa vida no es siempre fácil ni sencilla, nos pone obstáculos para caer una y otra vez, pero no importa que tan lejos o cuanto tiempo tome, cuando dos personas están destinadas a conocerse sin importar los diferentes caminos que lleven siempre estos...