Path Of Destiny

Golden Week - Parte final

-¿Nos habremos apresurado?

-Creo que era necesario

-¿Y si lo arruinamos más?

-¿Como podríamos arruinarlo más?

-¿No ves a Tsukishima un poco más pálido?

-¿Lo arruinamos?

-No se preocupen demasiado por ello- irrumpió Nekomata sensei en la no tan secreta reunión del resto del equipo

-Entrenador....¿Usted lo sabía?

-Desde el principio

-Entonces...¿Por que?

-En este momento puede que aún no sepan muchas cosas, su verdadero potencial, como caminar por si mismo o como simplemente pedir ayuda. Tsukishima viene cargando un gran peso, creo que este partido ayudará a más de una persona.

Ante las palabras de su entrenador, los que se encontraban en la banca observaban más atentamente el partido que tanta ansiedad había causado.

«Alto, sal de aquí, no debes, no puedes...»

Un pitido anunció el inicio del juego. Karasuno comenzaba. El balón fluía entre los dedos del sacador de primer año, a pesar de su altura el pelinaranja era un bloqueador central, los de tercer año parecían tener una defensa sólida, esos hubiesen sido algunos de los análisis que hubiese concluido Tsukishima pero ahora mismo no podía apartar sus ojos de la persona que tenía enfrente. La sonrisa que siempre le dedicaba y su cara risueña siempre con ojos de admiración ahora le miraban seriamente casi retándolo, esperando expectante algún movimiento de parte del rubio.

-¡Tsukki! ¡Mira al frente!- gritó Kuroo intentado despertar a su ahora compañero, pero fue demasiado tarde, el bloqueo de Kuroo era fuerte, pero si no estaba a su 100% podría ser fácilmente burlado.

La cancha en la cuál siempre había anhelado estar parado, la posición que le correspondía, el balón que desde la lejanía había observado por los últimos años. Estar ahora mismo en esa posición lo tenía petrificado, su piel parecía papel, sus piernas temblaban, sus ojos no podía ver más allá de su propio pasado.

«Lo estás arruinando de nuevo, primero Akiteru, luego Yamaguchi y ahora Kuroo y Nekoma.»

«¿Lo estoy arruinando?»

«No mereces estar parado en esta cancha, no mereces bloquear un balón, no mereces considerarte siquiera su amigo de la infancia.»

-¡Kei!

«Ah...de nuevo me llama así...»

-¡¡Kei!!

-¿Kuroo-san?

Un descuido podría dejar frente a un balón que va a una enorme velocidad despedida para chocar justamente frente a tu rostro. Un descuido, solo se necesita eso, o tratar de proteger a alguien.

No era la primera vez desde que Tsukishima entró a Nekoma que Kuroo había recibido más de un golpe en su rostro, pero esa vez era diferente, esta vez fue para proteger al rubio cuya mente en caos no le permitía ver que tenía por delante.

-Kuroo-san -habló reaccionando.

Cuando vio el cuerpo del mayor en el suelo sin moverse, la piel del menor se torno más pálida si eso era posible. Sus piernas flaquearon, su respiración se torno violenta, no podía respirar del todo bien.

«No, no»

-¡Kuroo!- corrieron los demás del equipo a auxiliarle.

***