El pequeño cachorro se escabulle rápidamente de arbusto a arbusto, sus patas se movían ágilmente evitando herirse con alguna rama, intentando en lo más posible ser visto. Huía pavorido de su perseguidor, había cometido el error de alejarse demasiado y además de ello había sido expuesto, le habían visto, y a su corta edad aún no podía controlar su transformación, las emociones fuertes le hacían perder su forma humana, y en ese momento un estremecedor miedo recorría cada fibra de su cuerpo.
Pero por más que huyera, era imposible, a pesar de que sus piernas corrieran, su enemigo le superaba en fuerza y tácticas. No tardo mucho en ser tomado por unas manos. Una vez alzado del suelo no le quedaba más que pelear por su vida, extendió sus garras y con toda la fuerza restante que tenía empezó a rasguñar. Ante ello su captor, simplemente tomó sus patas, inmovilizándolo. Todo había acabado, sólo restaba llorar, rogar porque sus últimos momentos no fueran dolorosos, lamentarse por haber discutido con Bokuto antes de huir de casa.
-Guarda silencio o nos escucharán.- susurró una voz infantil.
No era la voz masculina de sus perseguidores. El miedo le había cegado tanto que automáticamente asumió que le habían atrapado. ¿Estaba a salvo? ¿Debería aún temer?.
-No te preocupes...no permitiré que ellos te lastimen.
En medio de las manos blancas manos que se habían teñido levemente de rojo por los rasguños que anteriormente había lanzado, se sintió de alguna extraña manera seguro, en su calidez hallaba tranquilidad, la sensación de "todo estará bien". Transcurrió el tiempo y una vez el niño creyó oportuno salir, revisando primero a los alrededores para cerciorarse de que fuera seguro, salió de su escondite.
Un suspiró brotó de los labios del niño que ahora bajo los rayos del sol se podía ver claramente. Una rubia cabellera, piel blanca como la nieve, labios como pétalos de una rosa y unos enormes e hipnotizadores ojos casi dorados.
-Para ser tan pequeño realmente tienes fuerza.- rió adolorido el rubio.- No debes rasguñar a todos los que te tocan, no todos somos malas personas.- sonrió ampliamente el niño mientras acercando su dedo, acarició tiernamente la cabeza del gato de negro pelaje.
En ese instante, esa sonrisa hizo dar un brinco al inocente corazón del joven felino. El rubio le dejó en el suelo y despidiéndose tiernamente sacudiendo su mano, empezó a andar.
***
-¿Realmente no explotara nada? - preguntaba un temeroso Hinata quién sin estar muy convencido mantenía una prudente distancia.-Según este libro...si esto se expone a altas temperaturas, se transformará.- afirmo como por décima vez Kuroo, quién señalaba el libro que secundaba sus palabras.
-Pero su alteza Kuroo ...¡Usted no es un mago!- gritaba el pelinaranja siendo víctima del pánico.
-No es como si hacer esto me convirtiera en uno. Simplemente ...-vaciló- soy alguien muy benévolo.- sonrió tan hipócritamente como alguien podría hacerlo.
Dejando los paquetes que Hinata había traído de sus encargos a un lado, tomaron el primero de ellos para ponerlo en algún lugar donde no dañaran nada. Entre algunos de los paquetes se hallaban la arena, una maquina extraña que aparentemente hacía brotar fuego, cerillos, algunas piezas de metal, y materiales para forjar.
Prepararon la misteriosa maquina y al ser expuesto al fuego creaba una llama continua. Una vez al tener el fuego aseguraba con cierto temor lo expuso a la arena. Al mínimo contacto, por los mismos nervios, el pelinegro apagó la máquina.
![](https://img.wattpad.com/cover/101591621-288-k806138.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Path Of Destiny
RomanceLa vida no es siempre fácil ni sencilla, nos pone obstáculos para caer una y otra vez, pero no importa que tan lejos o cuanto tiempo tome, cuando dos personas están destinadas a conocerse sin importar los diferentes caminos que lleven siempre estos...