Capítulo XXXVI

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Ross estacionó el auto frente a la casa de Laura, eran las seis de la tarde. Laura sabía lo que le esperaba con sus padres por haber llegado tarde a casa y ni siquiera haberles avisado.

-¿Segura que no quieres que entre contigo? -preguntó Ross mientras le sostenía las manos a Laura- Creo que debería ir a explicarles que es mi culpa de que vengas tarde.

-Sí, es tu culpa -concordó Laura en broma- Pero creo será mejor así -Ross no parecía muy convencido- No te preocupes, sé lo que hago.

-Llámame cuando todo haya pasado -le dio un beso en la mejilla. Laura se bajó del auto.

-Gracias por traerme -dijo por la ventana y caminó hacia la puerta de su casa.

Cuando Laura entró estaban sus padres con Vanessa sentados en el sofá con la cara seria. Laura se mostró apenada, pero no esperaría a que le dijeran algo. Ella se justificaría.

-Hola, lamento la hora. Lo que pasó es que… -su padre se puso de pie y la interrumpió.

-Hablamos con Raini, hace tres horas te despediste de ella -dijo implacable- Nos puedes explicar dónde estabas -hacía mucho tiempo que Laura no miraba a su padre tan enojado- ¿Y porqué no contestaba tu teléfono?

-Cariño, debiste de habernos hablado. Estábamos preocupados -dijo su mamá con voz tranquila.

-¿Estabas con Ross? -preguntó su padre. Laura no contestó inmediatamente, estaba midiendo el enojo de su padre.

-Sí, estaba con él, y la batería de mi teléfono se agotó -el rostro de su padre se tensó al escuchar eso- Fuimos a un lugar, a hablar -se apresuró a decir.

-¿A qué lugar? -espetó su padre.

-Yo, yo no sé como se llama el lugar -dijo apenada. Sabía lo poco convincente que era que no supiera el nombre del lugar donde estaba. Vanessa la miró con una mirada de compasión.

-Ve a tu habitación, Laura -le ordenó su padre- Y creo que está de más decir que estás castigada.

Laura asintió y subió las escaleras, Vanessa la siguió. Entraron al cuarto y Laura se lanzó a la cama tapándose la cara con una almohada. Vanessa se sentó a su lado.

-Debiste haber inventado un algo mejor que eso -dijo Vanessa- Sabes las miles de ideas que les creas en la cabeza al decir que no sabes en qué lugar estabas. Laura lanzó la almohada al piso y se sentó.

-Ya lo sé -admitió- Pero es la verdad, no sé el nombre de lugar.

-Una llamada, un mensaje, eso hubiera servido -continuó Vanessa- Sé que Ross ha estado entrando aquí por las noches -soltó Vanessa en voz baja. Laura abrió los ojos como platos.

-¿Cómo, cómo sabes? -dijo sorprendida- ¿Mis papás lo saben?

-Contestando a la primera pregunta, dile a tu chico que estacione su auto más lejos de la casa y la segunda, no lo sé. De haberlo sabido ya te hubieran castigado de por vida

-Él si viene, pero… -a Laura le faltaban las palabras- Lo que quiero decir es que…

-Laura, cariño debemos hablar. -su mamá se asomó por la puerta- Vanessa nos dejas a solas. -Vanessa asintió y se puso de pie.

-No hemos terminado -le susurró Vanessa y se giró para salir por la puerta no sin antes dedicarle antes una mirada de compasión.

La madre de Laura ocupó el lugar que dejó Vanessa en la cama. Ambas estaban en silencio, Laura esperaba impaciente a que su madre iniciara la conversación.

-Así que, estabas con Ross -Laura asintió lentamente y con el ceño fruncido- Escucha cariño, sé que tú lo quieres -hizo una pausa. Laura arqueó las cejas y su cara adoptó una expresión de incomodidad por el lado que estaba tomando la conversación.

HERMOSO CAOS [EN CORRECCIÓN] [TERMINADA]  #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora