MARZO -23-

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-Suficiente. - Sentencio saliendo de la cuenta de facebook de Megan.

Cierro el ordenador con fuerza.

He tenido bastante dosis de sorpresas por hoy, no me apetece ver más. Por esta clase de cosas, es por lo que decidí mantenerme ajena a las redes sociales, mi vida privada es mía y de nadie más.

- Impactante todo. ¡Hasta yo estoy en shock! - exclama Megan agitando las manos como si estuviese loca.

- Ya somos dos.

- Es que esto parece que lo han sacado de una película y nos lo han plantado aquí, así sin comerlo ni beberlo. ¡No hay quién entienda esto!

- Parece una broma de mal gusto...

- Créeme, de broma no tiene nada, esto no es ninguna coña.

No la contesto y me levanto de la silla para ir a cambiarme de ropa. Esta mañana me he propuesto ir a ver a mi abuela, y es lo que voy a hacer.

- ¿A dónde vas?

- A cambiarme, voy a visitar a mi abuela, ¿quieres venir?

- ¿A ver a Mimi? ¡Claro!

Se levanta también, siguiéndome hasta la habitación. Ella abre el bolso que contiene lo que cogió de ropa después de la discusión con Marco, y yo abro mi armario.

- Puedes poner tu ropa aquí, no tengo problema en hacerte un hueco - la digo al ver que casi todo está arrugado -, o si lo prefieres la puedes llevar a la habitación de invitados.

- Prefiero que me hagas aquí un hueco.

Asiento. Sé que ella no se siente como una invitada, más bien es la dueña todopoderosa de la casa, pero eso no me molesta.

Terminamos de vestirnos y, una hora más tarde, estamos entrando en el hospital.

Las blancas parecedes de los pasillos de los hospitales, siempre me han intimidado, y este olor a medicina, hace que me den náuseas cada vez que inhalo un poco de aire. Lo odio.

- ¡Mimi! - grita Megan abalanzándose sobre mi abuela cuando la ve y dejándome tras ella. Siempre se han llevado genial, es como otra nieta para ella - ¿Qué tal estás? ¿Mejor?

- Bueno, hoy me duele la cabeza un poco más de lo normal, pero creo que no será nada importante. -Nada importante dice...

- Hola abuela - digo para saludarla.

- ¡Hola cariño!

- ¿Te duele mucho?

- Algo más, pero puedo aguantarlo... - hace un movimiento para incorporarse un poco de la cama, y por su expresión sé que en realidad el dolor que tiene no es tan soportable como dice. - Me ha dicho la enfermera que has estado aquí esta mañana.

- Si, pero dormías y no quise despertarte, pero me quedaré contigo a pasar la noche hoy, ¿vale?

- ¡De ninguna manera! - Me contradice.

- ¿Por qué no?

- Mañana trabajas y yo estoy perfectamente, ¿ves este botón? - dice señalando un mando que tiene en una de las barras de la cama, colgado de un cable - pues si necesito algo, con solo pulsarlo aparecerá alguien por esa puerta para socorrerme.

- ¡Pero ese mandito tuyo no te comunicará conmigo!

- Abi, de verdad, no hace falta que te quedes aquí sin ningún motivo a pasar mala noche... Si algo pasara, te avisarían.

- ¡No va a pasar nada!

El pensar que la puede pasar algo mientras yo no esté, por dejarla sola, hace que me de un fuerte vuelco al corazón. Me sentiría muy culpable.

Razón o Corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora