Me desperté agitada por el sueño y sin duda tenía los ojos pesados y húmedos, por llorar en el sueño, estaba más que claro que no quería casarme con Austin y sabía que cuando volviese Andrew se sentiría muy mal y de solo pensarlo me dolía el corazón y pensar que lo traicionaría.
Me levante y fui al baño para relajarme un poco, me mire al espejo y vi a una chica irreconocible por con los ojos rojos e hinchados, me lave la cara y me volví a ver al espejo, esta vez me asuste tanto que la imagen del espejo me estuviera hablando.
- ¿Eres estúpida o qué? – me hablo cruzada de brazos.
- ¿De qué hablas? – le respondí con otra pregunta
- Debes dejar de estar engañándote a ti misma, - dijo suavizando su semblante – sabes que amas a Andrew, nunca lo as dejado de amar
- Lo sé, - dije triste – pero no puedo fallarle a Austin el siempre a estado para todo conmigo.
- Lo sé pero no debes dejarte llevar por lo que piensas y crees, debes pensar con el corazón y la cabeza - toco su lado derecho donde estaba su corazón yo hice lo mismo con mío – no debes sufrir por estar con alguien que solo porque a estado apoyándote en todo.
Suspire, esto es tan frustrante que no supe que hacer.
- mira tomate tu tiempo habla con Austin y dile que no se vaya a vivir contigo, así mejor lo piensas, no le digas nada a Andrew del compromiso, solo asegúrate de que el de verdad te quiera.
Mi propia imagen tenía razón debía pensar mucho en esto y tenía bastante para hacerlo, tal vez así pueda conocer el verdadero Andrew y asegúrame de que me a dicho todo con sinceridad.
Salí de mi sueño y fui a la cocina por un vaso de lecho eso haría que me relajara y podría pensar muy bien con explicarle a Austin que no se fuera conmigo, de todos modos lo que tenia para estar aquí eran solo esta semana, tendría que volver este fin de semana para terminar con los trabajos que me esperan.
Al día siguiente me desperté un poco más relajada, lo que menos había notado que desde que Austin le puso su sortija de compromiso no se había quitado así que antes de ir a la cocina se la quito y la dejo guardad en unos de los joyeros que tenía en la cómoda de su habitación.
Lo que más se esperaba era que Austin se encontrase ahí era algo lógico, no tenía ni la oportunidad de pasar con su madre y hablar con ella, eso la estaba fastidiando mucho, Austin no la dejaba respirar desde de que había llegado y eso la hacía sentirse nada bien.
- Buenos días amor – le sonrió de oreja a oreja
- Buenos días Austin – sonrió falsamente – Hola mama
- hola pequeña – beso su mejilla y salió para dejarlos solos.
- Sabe estaba pensando ir a dar una vuelta – la abrazo de espaldas y depositando un dulce beso en su mejilla
- Oh
- Si, te amo tanto – dijo mientras hundía su nariz en su cabello de Mariela
- ah, Austin… - hizo una pausa pensado que decirle – hoy no vamos a pasarla junto.
- ¿Por qué no? – se alejo para verla
- quiero pasar tiempo con mi madre y quiero hablar con ella madre e hija, hace bastante que no hago – le explico de cierta forma era verdad aunque lo que quería era deshacerse de el por hoy – y también quiero hablar contigo de algo que lo estado pensando desde anoche de hecho – tenía que decirle de una vez para que no tuviera que empacar para irse con ella – me voy a ir este fin de semana…
ESTÁS LEYENDO
La tortura de mi ex novio
RomanceMariela es una chica con mucha madurez de pensar y saber hacer las cosas. En su tercer año de colegio conoció a su primer novio Andrew del que estaba total y completamente enamorada pero nunca le dio los más preciado de su vida, su virginidad por no...