2. El Regalo para Potter

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A la mañana siguiente Annily se levantó con dificultad, los párpados le pesaban y su cuerpo se negaba a ponerse de pie. Juró a sus adentros que la próxima vez que se levantara a mitad de la noche,  solo se quedaría en su cama a conciliar el sueño de nuevo. Como era de esperarse, Snowflakes aun no daba señales de regresar, este era quizás el viaje más largo que la lechuza había dado. Mientras Errol seguía tranquilamente dormida, que si no fuera por que la pequeña lechuza había movido la cabeza para acomodarse, la hubiera creído muerta.

A duras penas se puso de pie, a hacer su rutina de todas las mañanas, bañarse, lavarse los dientes, vestirse y al final pasarse un cepillo por el cabello.

Había optado por ponerse una de las pocas prendas de color claro que tenía, que consistía en una blusa de color melocotón que le quedaba algo grande, un overol corto de mezclilla y por ultimo unos tenis de color negro (Converse).

Salió del dormitorio aún frotándose los ojos por el sueño, abajo por la escotilla del correo escuchaba como el cartero introducía todas aquellas cartas sin importancia. Annily bajo las escaleras con lentitud, y de ahí aprovecho de tomar el montón de cartas que ahora estaban esparcidas por el suelo del vestíbulo. En la cocina encontró a su padre ya despierto, estaba preparándose su típico cafe de las mañanas.

—Buenos días, padre —dijo de como de costumbre.

—Buen día —le respondió como siempre.

Annily dejó el poco de sobres sobre el comedor y fue a buscar tostadas y mermelada, se había acostumbrado a las abundantes comidas de Hogwarts donde podía elegir entre diez tipos de mermelada o salsa. Pero aquí en casa solo había una mermelada de fresas.

En la ventana de la sala de estar sonaron picotazos, era una lechuza color marrón que normalmente traía el periódico del mundo mágico. Efectivamente tenía en una pata atado la bolsita donde se depositaba el dinero y el periódico atado en la otra.

—Yo voy —se ofreció Annily antes de que su padre pudiera sacar los galeones para pagar.

Dejo el plato de tostadas sobre el comedor y espero recibir las monedas de su padre para pagar. Corrió hasta la sala de estar y abrió la ventana: la lechuza solo se posó en el marco, primero estiró la pata donde estaba el periódico y Annily lo desató, luego la que tenía la bolsita y ahí Annily pagó con los sickles correspondientes.

La lechuza salió volando de nuevo por la ventana, afuera hacia un buen clima, el sol estaba presente junto con un cielo casi todo despejado, solo era en dirección a Westminster donde aún se hallaban nubes. Annily desenrolló el periódico (mientras comenzaba a caminar despacio hasta la cocina), esperaba encontrar la noticia de los Weasley recibiendo su premio, pero en vez de eso se encontró con otra noticia que casi ocupaba toda la primera pagina. Leyó:

BLACK SIGUE SUELTO

Abajo del encabezado había una gran fotografía de un hombre con rostro triste, con el pelo largo y enmarañado que guiñaba un ojo, lentamente.

Annily lo miró detenidamente (sin dejar de caminar) algo ese tal Black le parecía familiar, lo curioso era que nunca había visto un hombre así en su vida, pero el apellido Black era tan famoso que quizás eso la hacía familiarizarse. Cuando llegó de nuevo a la cocina, tomó asiento en una de las sillas del comedor aún con el periódico en las manos.

El Ministerio de Magia confirmó ayer que Sirius Black, tal vez el más malvado recluso que haya albergado la fortaleza de Azkaban, aún no
ha sido capturado.
«Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para volver
a apresarlo, y rogamos a la comunidad mágica que mantenga la calma», ha declarado esta misma mañana el ministro de Magia Cornelius Fudge. Fudge ha sido criticado por miembros de la Federación Internacional de Magos por haber informado del problema al Primer Ministro muggle. «No he tenido más remedio que hacerlo», ha
replicado Fudge, visiblemente enojado. «Black está loco, y supone un serio peligro para cualquiera que se tropiece con él, ya sea mago o muggle. He obtenido del Primer Ministro la promesa de que no revelará a nadie la verdadera identidad de Black. Y seamos realistas, ¿quién lo creería si lo hiciera?»
Mientras que a los muggles se les ha dicho que Black va armado con un revólver (una especie de varita de metal que los muggles utilizan para matarse entre ellos), la comunidad mágica vive con miedo de que se repita la matanza que se produjo hace doce años, cuando Black mató a trece personas con un solo hechizo.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora