19. El señor Lunatico, Canuto, Colagusano y Cornamenta.

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¿Peter Pettigrew? ¿No era ese mago el que había muerto el día que atraparon a Black, y que cada primero de Noviembre le dedicaban una insignificante esquina de la portada del Profeta para darle homenaje junto a los otros muggles que habían muerto?. El que estuviera con vida resultaba tan absurdo que le costó un rato comprender lo que Black había dicho. Los otros estaban de acuerdo con eso.

—Están ustedes locos.

—¡Absurdo! —dijo Hermione con voz débil.

—¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató hace doce años! —gritó Harry y señaló a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento espasmódico.

—Tal fue mi intención —explicó, enseñando los dientes amarillos—, pero el pequeño Peter me venció. ¡Pero esta vez me vengaré!

Y dejó en el suelo a Crookshanks antes de abalanzarse sobre Scabbers; Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota.

—¡Sirius, NO! —gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a Black de Ron—. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Tenemos que explicárselo!

—Podemos explicarlo después —gruñó Black, intentando desprenderse de Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.

—¡Tienen derecho... a saberlo... todo! —jadeó Lupin sujetando a Black—. ¡Es la mascota de Ron! ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Y Harry...! ¡Tienes que explicarle la verdad a Harry, Sirius!

Black dejó de forcejear; aunque mantuvo los hundidos ojos fijos en Scabbers, a la que Ron protegía con sus manos arañadas, mordidas y manchadas de sangre.

—De acuerdo, pues —dijo Black, sin apartar la mirada de la rata—. Explícales lo que quieras, pero date prisa, Remus. Quiero cometer el asesinato por el que fui encarcelado...

—Están locos los dos —dijo Ron con voz trémula, mirando a los demás en busca de ayuda.—. Ya he tenido bastante. Me marcho.

Intentó incorporarse sobre su pierna sana, pero Lupin volvió a levantar la varita apuntando a Scabbers.

—Me vas a escuchar hasta el final, Ron —dijo en voz baja—. Pero sujeta bien a Peter mientras escuchas.

—¡NO ES PETER, ES SCABBERS! —gritó Ron, obligando a la rata a meterse en su bolsillo delantero, aunque se resistía demasiado. Ron perdió el equilibrio. Harry lo tomó y lo tendió en la cama. Sin hacer caso de Black, miro a Annily y a Hermione y les asintió. Los tres miraron a Lupin con atención.

—Pero hubo testigos que vieron morir a Pettigrew —dijo Annily—. Toda una calle llena de testigos.

—¡No vieron, creyeron ver! —respondió Black con furia, vigilando a Scabbers, que se debatía en las manos de Ron.

—Todo el mundo creyó que Sirius mató a Peter —confirmó Lupin—. Yo mismo lo creía hasta que he visto el mapa esta noche. Porque el mapa del merodeador nunca miente... Peter está vivo. Ron lo tiene entre las manos, chicos.

Miraron a Ron, y luego los amigos se miraron las caras. Escuchar esto iba a ser una total perdida de tiempo, todos estaban sin palabras pero con el mismo pensamiento: indudablemente, Black y Lupin estaban locos. Nada de lo que decían tenía sentido. ¿Cómo iba Scabbers a ser Peter Pettigrew? Azkaban debía de haber trastornado a Black, después de todo. Pero ¿por qué Lupin le seguía la corriente? Entonces habló Hermione, con una voz temblorosa que pretendía parecer calmada, como si quisiera que el profesor Lupin recobrara la sensatez.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora