12. El Giratiempo de Hermione

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Así fue como Harry paso de ser el propietario de la mejor escoba de Quidditch por unas horas, a nada, y ahora gracias a la preocupación de Hermione posiblemente ya no la vería más. Aunque la intención de Hermione había sido buena, eso no impidió que Ron y Harry se enfadaran con ella.

Ron estaba mucho más enfadado con Hermione que el mismo Harry (quien había sido el dueño). En opinión de Ron, desmontar una Saeta de Fuego completamente nueva era un crimen. Hermione, que seguía convencida de que había hecho lo que debía, comenzó a evitar la sala común. Se refugiaba en la biblioteca, y Annily era quien tenía que hacerle compañía a la pobre chica para que no estuviera tan sola con la señora Pince.

Al respecto con las clases de Oclumancia que habían logrado tener en estas vacaciones, habían sido muy poco satisfactorias; Annily aprendía muy poco y se agotaba demasiado rápido, sin embargo su padre tenia la intención de cumplir la promesa de que a mediados del próximo su hija se convirtiera en Oclumantica. Cada vez interrumpía en su mente, dándole menos oportunidad de bloquear recuerdos. Estaba empezando a temer que algún día viera los malos recuerdos del año anterior y de los cuales, Annily, se había esmerado en vacaciones por olvidar.

Después de Año Nuevo, los alumnos comenzaron a regresar al colegio, y al parecer fue muy agradable que la sala común volviera a estar abarrotada de estudiantes y bullicio, por que la tensión que se provocaba cuando Ron y Hermione estaban en una misma habitación era terrible.

Un día antes del comienzo de las clases, la sala común estalló de emoción. Colin Creevey hablo sin parar de lo que le había sucedido en las vacaciones, sus compañeros de curso lo escucharon con atención en toda la anécdota; habló de algo muy divertido que le había ocurrido a él y a su hermano menor, Dennis Creevey.

El rumor de la Saeta de Fuego se extendió por lo menos en el equipo de quidditch de Gryffidor, quienes estaban sorprendidos, y Oliver Wood estaba tan devastado de lo ocurrido que no paraba de decirle a Harry que hablaría con la profesora McGonagall para que se la devolviera para el siguiente partido.

Las clases dieron inicio al día siguiente; muchos comenzaron el día de muy mal humor, mientras otros ya estaban organizando su tarde por si les ponían deberes. El desayuno como siempre estaba delicioso, los elfos domésticos siempre se esmeraban tanto en los platillos que siempre era imposible no servirse otra porción. Hasta que la campana sonó e indico que era hora de la primera clase del día.

Para mala suerte de los de segundo curso, el día de hoy tenían clases de pociones a primera hora, y a esta le continuaba Historia de la Magia; no había combinación mas desesperante que esta, y lo peor, que hoy no tenían clases con el profesor Lupin para recompensar todo el sufrimiento y aburrimiento.

En clase de pociones, veinticuatro pergaminos estaban siendo escritos con resúmenes de las primeras once pociones del libro. Annily, quien iba por la poción numero siete, escribía lo suficientemente rápido como para terminar su resumen antes de que terminara la clase, la desventaja era que para ella la palabra "resumir" no existía; al principio marcaba unos textos, luego releía los demás que no había marcado y pensaba que eso también valdría la pena escribirlo, por lo que casi terminaba escribiendo toda la pagina del libro, la letra era muy pequeña y apretada para que todo cabiera en el pergamino sin problema. Lo que la convirtió en la tercera persona en entregar, diez minutos antes de que terminara la clase.

Durante ese poco tiempo de sobra, dio un nuevo intento de despejar su mente, ya no se sentía segura en las clases de pociones, creía que su padre se la pasaba leyendo sus pensamientos, y Annily con tal de evitar eso, repetía mentalmente "mente en blanco", aunque existía la posibilidad de que estuviera leyendo eso también.

La campana volvió a sonar, la hora de Historia de la Magia ya había comenzado. Los alumnos comenzaron a guardar todas sus pertenencias que habían utilizado durante la clase, y ahora colgaban sus mochilas sobre sus hombros, dispuestos a abandonar el aula. Annily sellaba cuidadosamente los frascos de tinta para que estos no provocaran un desastre en la mochila, Ginny Weasley se había quedado a esperarla como buena amiga que era.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora