11. La Saeta de Fuego

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Al termino de la cena los alumnos de cada casa se dirigieron nueva mente a sus salas comunes. Cuando el grupo de Gryffindor subió a la sala común, ya de por si atestada de gente, descubrieron que Fred y George, en un arrebato de alegría motivado por las inminentes vacaciones de Navidad, habían lanzado media docena de bombas fétidas. Harry subió de inmediato a los dormitorios de los chicos. Annily se sentía algo cansada, quería recostarse y descansar su mente, e hizo lo mismo que el chico de pelo azabache con gafas.

Subió de inmediato al dormitorio de las chicas, que en esos momentos estaba vacía, se puso el pijama y se acomodo para dormir, por primera vez en todo el día se sentía relajada; tanto que era una pena que no se pudiera aprender Oclumancia estando dormida, así le sería más fácil dominarla.

Annily se quedó dormida en un pestañeo, los sueños eran mas frecuentes que en otras ocasiones, desde adorables recuerdos de la infancia hasta otros un tanto vergonzosos, no fue hasta muy pasada la media noche cuando ya no soñaba con nada.

Al día siguiente, muy temprano, cuando Annily volvió a abrir los ojos; las cortinas de las ventanas estaban corridas, así permitiéndole a la claridad colarse al interior, sus demás compañeras estaban terminando de arreglarse o reacomodando sus baúles para tomar el expreso del colegio. Ginny Weasley tenía puesto un suéter de color turquesa con una enorme G tejida en el frente, la pequeña Weasley estaba ocupada arreglando su cabello.

Annily sin prisa alguna comenzó a arreglarse, no tenía que abandonar el castillo y si le hubiera sido posible continuaría durmiendo pero debía despedirse. Termino mucho antes que la misma Ginny que de seguro se había levantado mas temprano para poder alistarse, y asi, dejando a su amiga dándose los últimos detalles, abandonó el dormitorio.

Abajo en medio de la sala común se encontraban los baúles de los que se irían, en ese momento los gemelos Weasley estaban acomodando sus baúles entre los demás, también tenían puestos suéteres como el de Ginny solo que los de ellos eran de color azul para Fred igual con su inicial tejida, y verde para George, también con su inicial al frente. Eran su regalo de Navidad del año pasado, la señora Weasley los había elaborado, y estaba por seguro de que todos sus hijos recibirían uno nuevo para estas fiestas, o eso solo aseguraban Ginny, Ron y los gemelos.

—¡Eh! ¡Que te vamos a extrañar mini Snape! —comento Fred— No te diviertas mucho en el banquete sin nosotros.

—Disfruta de los postres por nosotros.—agrego George

—Pero si su madre sabe cocinar muy bien —respondió Annily, recordando las galletas de la señora Weasley que había recibido en vacaciones de verano.

—Pero nos va a poner tan tremendo castigo que hasta nos prohibirá comer de los postres que prepare para la cena.

Annily no pudo evitar sonreír, esto solo le pasaba a los gemelos Weasley, que ocasionaban tantos alborotos que le acababan la paciencia a su madre. Un estruendo que provenía de las escaleras del dormitorio de niñas los distrajo a los tres, Ginny Weasley bajaba su baúl, de inmediato Fred y George fueron a ayudarla, y de paso colocaron el baúl de su hermana con el montón.

Salieron por el hueco del retrato y comenzaron a bajar los siete pisos hasta el Gran Comedor. Los gemelos iban realizando osadias, saltando a las escaleras aunque ya tuvieran un buen de separadas de las partes inmóviles. Ginny les ignoro, al principio les había dicho que si se hacían daño ese sería su problema, luego se canso de ser ignorada y dejo que sus hermanos hicieran lo que les diera la gana.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora