7. El Boggart en forma de Profesor

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Malfoy se la pasó en la enfermería por lo menos hasta el día siguiente, pero no asistió a clases hasta el jueves de la semana próxima.

A estas alturas su herida debía estar curada gracias a Madame Pomfrey, si ella pudo curarle el brazo a Annily cuando Ginny le había cortado, estaba más que claro que esa mujer podía arreglar lo que sea.

Pero para Malfoy tener el brazo sano no era una idea bonita, él solía aprovecharse de su "herida" puesto que siempre la utilizaba para beneficiarse con algo, todo con la excusa de que Madame Promfrey le había aconsejado hacer eso para su bien.

Una vez Annily había logrado encontrar un lugar libre en la biblioteca, que estaba cerca de la ventana y se ubicaba entre la sección de libros que más amaba leer, en eso entró Malfoy y le pidió el asiento con nada de amabilidad.

—Muévete Snape —bramó Malfoy, con el supuesto brazo lastimado.

—¿Disculpa?, yo llegué primero ¿esté sofá tiene escrito tu nombre? —se defendió Annily, tomando su libro con mas fuerza y acomodándose más en el sofá.

Malfoy sonrió con malicia, Annily intentaba ignorarlo.

—Madame Pomfrey me dijo que tenía que recibir luz del sol sin que me diera directamente —soltó el rubio— ¡Así que muévete Snape!

Annily no pensaba moverse, había otros sitios vacíos cercanos a alguna ventana en los que Malfoy podía sentarse pero conociéndolo el solo deseaba este sitio para molestar, es más ni siquiera creía que un proceso de curación hecho por Madame Pomfrey fuera tan tardado.

—Allí hay otro sitio junto a la ventana Malfoy —le indicó volviendo a su lectura— ¿Acaso yo te dije que insultaras a un hipogrifo?

El rostro de Draco irradiaba ira y enojo, de mala gana se fue a sentar al otro lugar que Annily le había señalado anteriormente, pero antes de irse respondió casi en un susurro:

—Esto no se va a quedar así, Snape...

A Annily eso no le molesto ni preocupo, Malfoy podía ser un hablador pero nunca cumplía lo que hacía, además no era lo suficientemente tonto como para hacerle algo a la hija de su jefe de casa.
Los jueves tenían Pociones a primera hora, para muchos esto era una desgracia y no solo por el frío matutino de las mazmorras. Los de Slytherin y Gryffindor se encontraban formados fuera del aula en espera del profesor todos con abrigos puestos, en cuanto Snape abrió la puerta todos entraron y tomaron asiento.

Los de Slytherin se sentaban de un lado del aula y los de Gryffindor por otra, no había clase mas tensa que la de pociones, además de que dos casas que han sido rivales por siglos estaban juntas, el profesor no era la clara definición de alguien agradable.

Astoria Greengrass era la única valiente para sentarse en el asiento del frente que estaba muy cerca del escritorio del profesor. Astoria era la preferida de la clase, la que ganaba puntos para Slytherin y la única a la que Snape nunca le llamaba la atención. A Annily eso no le molestaba en absoluto, pues aunque elaborara las pociones con la misma rapidez que lo hacía Astoria, Annily pertenecía a Gryffindor y la otra a Slytherin, estaba segura de que el profesor Snape (Su querido padre) nunca le daría favoritismos a una casa ajena al de las serpientes, ni aunque se tratara de su hija.

La clase comenzó, tenían que preparar una poción calmante, 24 calderos que se calentaban a 30 grados mientras los alumnos agregaban un puñado de tierra y removían con el cucharón para que no se acumulara en el fondo. Los alumnos de Gryffindor trabajaban en silencio y con la mayor perfección posible, habían llegado a un acuerdo (los de segundo curso por lo menos) donde intentarían hacer todo a como Snape se los marcaba, no iban a protestar por las injusticias o por los deberes en exceso, todo eso con el fin de no darle excusas a Snape para restarles puntos. Pero para Colin Creevey eso era complicado.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora