6. El Profesor Remus Lupin

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A la mañana siguiente, Annily se levantó temprano para bajar a desayunar en el Gran Comedor. Hoy comenzarían las clases luego de dos meses de descanso.

En su trayecto por las escaleras, podía ver como los alumnos de primer curso bajaban a toda velocidad, como si los lugares en las enormes mesas fueran a acabarse. Mientras ella bajaba con toda la calma posible.

Cuando ya llegó a el Gran Comedor, se sentó junto a Fred y George quienes fueron los únicos a los que reconoció. Ginny se había quedado en el dormitorio buscando sus zapatos, nada más había encontrado uno y antes de que Annily bajará, recordaba como la pelirroja buscaba desesperadamente entre sus cosas.

Las cuatros mesas estaban repletas de comida. En la mesa de Slytherin habían carcajadas y risas, pero no de las contagiosas, eran risas burlonas y Malfoy era el que las ocasionaba. Fingía desmayarse frente a sus compañeros, de seguro en forma de burla a lo que le había ocurrido a Harry la noche anterior. Neville Longbottom le había explicado detalladamente a Annily lo que había sucedido realmente en ese compartimiento. Ella lo escuchó con atención pero se guardo los comentarios mientras trataba de hacer oídos sordos a la voz de Malfoy.

En la mesa había para escoger lo que se te apeteciera comer, Annily y los gemelos comieron a gustos hasta que la profesora McGonagall pasó entregando los horarios. Le entregó a los tres sus respectivos y entregó a George los de Harry, Hermione y Ron, debido a que aún no bajaban a desayunar.

—¿Que tienen ustedes a primera hora? —preguntó Annily a los chicos, mientras examinaba su horario.

Fred y George revisaron la hoja al mismo tiempo.

—Encantamientos —respondiendo al unisono— ¿Y tu? —preguntó solo Fred esta vez.

—Tengo Defensa Contra las Artes Oscuras

—¡Oh! eso significa que serán los primeros en tener clases con Lupin —informó George.

En eso, Ron, Harry y Hermione aparecieron por la entrada del Gran Comedor, Harry miraba la pequeña pantomima que Draco hacía como por séptima vez.

—¡Eh, Potter! —gritó Pansy Parkinson, una chica de Slytherin que tenía la cara como un dogo—. ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh!

Harry se sentó, intentando ignorar las sonoras carcajadas que provenían de los Slytherin, Ron y Hermione se sentaron a su lado.

—Los nuevos horarios de tercero —anunció George, pasándolos—. ¿Qué te ocurre, Harry?

—Malfoy —contestó Ron, poniéndose de pie y sentándose al otro lado de George y echando una mirada desafiante a la mesa de Slytherin.

—Si, nos ha arruinado el desayuno también, es como la décima vez que hace eso —contestó Annily con impaciencia, untando un pan tostado con mermelada de durazno.

—Es un pesado —agregó Fred, mientras se servía más jugo de naranja.— Y mira que eso viene de mí.

George alzó la vista disimuladamente y vio que en aquel momento Malfoy volvía a repetir su espectáculo.

—Ese imbécil —dijo George sin alterarse— no estaba tan gallito ayer por la noche, cuando los dementores se acercaron a la parte del tren en que estábamos. no entró corriendo a nuestro compartimento, ¿verdad, Fred?

—Casi se moja encima —dijo Fred, mirando con desprecio a Malfoy.

Annily no pudo evitar sonreír al imaginarse a Malfoy corriendo asustado, de haber sido más extrovertida de seguro habría gritado a mis cuatro vientos esa situación.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora