The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)

8. El escape de la Señora Gorda

Con el paso de los días las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían vuelto las favoritas de los alumnos, el profesor Lupin era querido por casi todos, a excepción de Draco Malfoy que parecía querer denigrar al profesor basándose en su vestimenta.

Pero a nadie parecía importarle la túnica desgastada y raída del profesor Lupin, con él aprendían demasiado de una forma que no era para nada aburrida, pronto todos deseaban que todas las clases fueran como las de Lupin, y mas las de pociones, Snape se había vuelto un poco más insoportable de lo usual, lo que volvía mas imposible el no reclamarle cuando era injusto.

Parecía aborrecer al profesor Lupin con todo su ser, además de que Lupin le había ganado el puesto de Defensa de las Artes Oscuras, él se había convertido en uno de los más queridos por los alumnos y Snape seguía siendo el más odiado.

Como era de esperarse, la pequeña anécdota del boggart con ropa de abuela se esparció en menos de tres días, y era un hecho que a todos les parecía divertida, menos para Neville, quien temía que Snape lo odiara más de lo que ya lo hacía, así que las clases de pociones para Neville se volvieron casi una tortura.

Annily, vio a Neville con lástima y pensó en que no era muy justo que recibiera un trato como ese por parte de Snape por algo que no era del todo culpa de Longbottom. Por otro lado, los puntos para Gryffindor también corrían peligro, y era algo que tampoco debía permitirse. Esa misma tarde se la paso tratando de idear una especie de discurso que podía darle a Snape para que no fuera tan malo con los estudiantes, si habría alguien a quien Snape por lo menos haría el esfuerzo de escuchar era Annily. El único problema era que no sabía con exactitud qué decir; conocía bien a su padre y sabía que con solo unas palabras no bastaría para hacerlo cambiar de opinión.

—¿A donde vas? —le pregunto Colin desde el sofá continuo al de ella, levantando la mirada del libro de pociones que tenía en la mano, y el cual había sacado de la biblioteca para ponerse al día.

—Necesito hablar con alguien —fue lo único que Annily murmuró, mirando de reojo al grupo de Gryffindor que cuchicheaba en torno a la chimenea.

—¿Quieres que te acompañe? —sugirió Ginny.

Annily negó.

Salió por el hueco del retrato en silencio y comenzó a bajar las escaleras, lo hacía con toda la calma posible, en el fondo aun tenía dudas de lo que debía hacer, trataba de repasar las palabras que diría una vez estuviera en el despacho, recordándose a sí misma que era mejor intentar que no hacer nada.

Finalmente llegó al vestíbulo, estaba tan vacío como de costumbre a esas horas, se dirigió a las mazmorras con el mismo paso lento, tomó el camino que pasaba por el aula y comenzó a andar en el largo tramo hasta llegar a la puerta, ni siquiera sintió el frío debido a los nervios, que aumentaban cada vez que el tramo se hacía más corto.

Al llegar a la puerta del despacho, levantó la mano para llamar a la puerta, con muy poca seguridad, tardo unos segundos con el puño al aire a unos centímetros de la madera. De pronto a su mente llegó la imagen del pobre Longbottom, y de cómo su miedo hacia Snape era tanto como para reflejarlo en un boggart, y solo así se armo de valor.

Tocó a la puerta con un poco más de decisión, ya no había marcha atrás, esperó a obtener respuesta por parte de la persona que estaba en el interior, volvió a tocar y fue cuando se oyó un "adelante" por parte de una voz sería en el interior. Annily abrió lentamente la puerta y entró.

—Hola —dijo, había sido lo primero que se le había ocurrido.

El despacho de Snape no había cambiado mucho a como Annily lo recordaba; aun seguía el estante con criaturas y plantas que estaban disueltas en pociones, aunque había más frascos que antes, los muebles apenas y fueron cambiados de lugar y ninguna decoración se le fue agregado con el pasar de los años. Un caldero humeaba en un de las esquinas impregnando la habitación con un aroma peculiar y parecido al acónito mezclado con algo más.