4. La ultima semana en casa.

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Era veinticinco de agosto, estaban a una semana de que comenzarán las clases en Hogwarts yAnnily estaba más que emocionada, en Hogwarts tendría un poco mas de libertad de lo que podía tener en casa en estos momentos.

Ya había preparado el baúl con sus cosas del colegio, incluso en otra pequeña mochila empacó un poco de ropa extra para pasar su ultima semana con los Malfoy, justo como el año pasado, mientras su padre emprendía su viaje al colegio como los otros profesores que tenían que poner el colegio en orden para recibir por otro año a los estudiantes.

No le agradaba mucho estar en la Mansión Malfoy, aunque hubiera mucho espacio y tuvieran un gran patio, el ambiente dejaba mucho que desear. El simple hecho de tener que reencontrarse con Draco ya le arruinaba en si la visita, pero no podía ser grosera ante tal hospitalidad.

Aquella mañana se despertó temprano, la claridad del día apenas empezaba a colarse por las persianas cuando se levantó de la cama y empezó la rutina matutina. Estaba entusiasmada, por primera vez le había alegrado la noticia de ir a la Mansión de los Malfoy, las semanas de encierro y protocolos la habían agobiado bastante.

La ropa la había elegido con demasiada anticipación la noche anterior. Los zapatos habían quedado en el pequeño vestíbulo, así que solo se dejo los calcetines. Ordenó su habitación antes de bajar a desayunar, tendió la cama y se esmero por dejar todo impecable por qué este sitio permanecería abandonado por otro año más.

Snowflakes seguía en un profundo sueño, bajaría su jaula más tarde para no despertarla, eso era lo mejor. Se colgó la mochila al hombro, tomó el baúl con ambas manos y lo arrastró hasta el inicio de las escaleras, para después empezar a bajar lentamente provocando un golpe seco cada vez que el baúl golpeaba contra los escalones.

El sonido en la cocina le indicó que su padre estaba a medio desayuno, con cuidado Annily dejo el baúl en una de las esquinas del vestíbulo y se dirigió de inmediato a la cocina. Snape estaba vestido con su túnica y traje negro, con el cabello largo del mismo color; estaba en una de las sillas del comedor, tomando una taza de café mientras leía el profeta. Típico de Severus Snape en una mañana de vacaciones.

—Buenos días —saludo Annily con tono alegre, mientras entraba a la cocina .

—Buen día —respondió Snape, sin siquiera apartar la vista del periódico.

Annily tomó un plato y se sirvió el desayuno: tostadas y huevos con jamón. Había sobrado un poco de zumo de zanahoria que le sirvió para acompañar, se sentó en su silla y entonces empezó a desayunar.

El desayuno fue en silencio, solo interrumpido por el ligero golpe de la taza de café contra la mesa o el del tenedor contra el plato. El cartero llego como siempre a dejar el montón de correo innecesario y el periódico muggle que nunca acostumbraron a leer, porque no contenía noticias informativas (según Snape).

Si todo resultaba ser como el año pasado no faltaría mucho más que esperar al final del desayuno para irse. Hace un año habían salido de casa por medio de aparición a la Mansión Malfoy, ahí Snape hablo con Lucius Malfoy para que lo ayudará con el pequeño favor de siempre: que cuidara a su hija durante su ausencia y que si en algún caso Annily no se comportaba no dudará en informarle. Obviamente el señor Malfoy dejaba a cargo a su esposa con esta tarea. Los elfos domésticos recibirían el equipaje y Annily pasaría a instalarse al cuarto de invitados. En la mansión Malfoy tenían decenas de elfos domésticos que se dividían para las tareas como la limpieza, la cocina o simplemente seguir cualquier orden que alguno de los tres miembros de la familia dijera; Podía decirse que los Malfoy nunca se preocuparan por las labores domesticas o por intentar resolver sus problemas, muy diferente a lo que se acostumbraba en Hartington Road.

The Half Blood Princess (El prisionero de Azkaban)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora