Podría ser que estaba un poco más paranoico de lo normal, no obstante tenían más de diez cuadras con aquella furgoneta detrás. En el auto ajenos a su mal presentimiento, Eli cantaba tan desafinado como sus dos pequeños hermanos que iban en los asientos traseros del auto. No tenía caso asustarlos. Podía no ser nada, no lo había reprendido Ariana su cuñada más de una vez por exagerar, aún así, de tanto en tanto su mirar se desviaba al espejo retrovisor sólo para notar que aquel auto seguía tras de ellos.
Tenía que salir de dudas, así que en la siguiente cuadra dio un giro a la derecha y la furgoneta lo siguió, volvió a girar a la derecha en la siguiente esquina y de nuevo observo que la furgoneta hizo lo mismo, dio una última vuelta a la derecha, aquello había sido un sin sentido solo había conducido alrededor de la cuadra sin embargo la furgoneta había hecho lo mismo.
—¿pasa algo?— preguntó a su lado Eli, al notar los giros a la cuadra que habían dado.Él nego.
—creí olvidar algo y pensaba regresar pero recordé que no lo olvidé — mintió. 《Mantén el rostro sereno》 se exigió. 《No los asustes》no se dio cuenta cuan fuerte apretaba el volante hasta que noto que llevaba los nudillos blancos por la presión ejercida.
《Piensa rápido como salir sin arriesgarlos》no pudo idear ningún plan, la furgoneta los alcanzó de un fuerte golpe en la parte posterior del auto.—¡nos choco!— señaló con horror Juan quien al igual que sus hermanos dejó de cantar.
—debemos orillarnos para que pague los daños—indicó Eli, con la voz en un hilo, el susto dado era evidente.
En toda respuesta, Andres piso más el acelerador para tratar de perderlos.
—¿que hace? ¡ellos nos chocaron! ¡tienen que pagarle!—riñó desconcertada.
Él no respondio, no cuando por el retrovisor observo a la furgoneta acelerar tras de ellos.
—Eli— gimoteo Juan, asustado.
Antes de que Andrés les explicará lo que pasaba, la furgoneta los alcanzó de nuevo con un embiste. Esta vez ambos niños lloraron aterrados. De reojo Andres observo como Eli trataba de liberar su cinturón de seguridad para saltarse al asiento trasero a tranquilizar a sus hermanos.—¡Ni de coña se te ocurra soltar tu cinturón Eli! ¡Lo digo en serio!—advirtio.—llamar a Jesus— indicó y su auto enlazo la llamada.
—venimos detrás señor, en cinco los alcanzaremos trate de aguantar—respondió el guardaespaldas que atendió la llamada.
—lo siento mucho—gimoteo, Eli. —de verdad lo siento mucho— sollozó.
Un tercer golpe sacudió el auto y Andrés maldijo a gritos entre el llanto aterrorizado de los gemelos y de Eli que no paraba de pedir perdon. Aceleró esquivando autos, la furgoneta le trataba de seguir el paso, a punto del cuarto golpe, freno el jaguar girando para cambiarse al carril en sentido contrario, dejando atrás a sus perseguidores, condujo lo más a prisa y lejos que pudo escuchando llorar a los gemelos y rezar a Eli.
El timbre de una llamada lo hizo centrarse de nuevo, respondió al instante con el manos libres.—han dejado de seguirlo al notar que llegamos, señor. Vamos tras de ellos— informó el guardaespaldas.
—No dejen escapar a ese hijo de puta—ordenó sin dejar de conducir a alta velocidad.
Solo hasta que noto que Eli iba tratando de cantar la misma canción que canto para él al tener pesadillas, se dio cuenta cuan asustados iban aquellos niños y como aún con todo el terror que la consumía Eli trataba de consolarlos.
Redujo la velocidad de a poco, hasta que pudo detener el auto, nada más parar, Eli desabrocho rápidamente el cinturón de seguridad, brincando a los asientos traseros para abrazar a sus hermanos.

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Siempre una sonrisa
عاطفيةAndrés sabido, es un exitoso abogado, con un pasado tormentoso. Tras vivir el dolor y la crueldad en su niñez, fue llevado a la luz al encontrar a un amigo sincero que se volvió su hermano, tras ser adoptado e iniciar una vida llena de amor, dejó a...