Ross
— La inútil no viene y manda a su novio. — murmura Ellen en cuánto me ve y yo le sonrío falsamente.
— Un placer verte también. — respondo sentándome en frente de ella, provocando que Ellen ruede los ojos.
— No quiero ver a nadie, quiero irme de aquí.
— Créeme que preferiría estar con Laura que contigo pero le he prometido venir a ver como estabas. Ella no va a venir hasta que yo se lo diga.
— Siempre fue una estúpida sumisa.
— No voy a dejar que la insultes, no es ninguna estúpida sumisa ni una inútil. Es una mujer realmente increíble y vale la pena cada cosa que se haga para tenerla. Te hace sentir que ningún hombre es suficiente para ella, ni siquiera yo. Laura tuvo una vida de mierda antes de mi, siguió sonriendo y siendo fuerte. No voy a permitir que nada ni nadie deje de hacerla sonreir y le arruine su felicidad, ni siquiera su familia.
— Agh... Lo de ustedes no funcionará. Damiano y yo no lo hicimos y éramos como ustedes, Laura no está enamorada de ti. Si algún día está contigo será solo para no quedarse sola, tu situación es lamentable. — responde.
Eso me enfurece. No era nadie para decirme lo que ocurría entre Laura y yo a pesar de ser verdad.
Me levanto y camino hacia la puerta pero antes de irme le dirijo una última mirada. — Mi situación no es tan lamentable como la tuya, dos hijas que no te necesitan, un esposo que te ha abandonado e internada en un centro de rehabilitación. Laura y yo no somos como tú y Damiano. La amo más que a nada y la necesito en mi vida, no voy a abandonarla ni a herirla. ¿No me ama? Bien, de todas formas no me merezco una mujer así. No me interesa si nuestra relación es amistosa o amorosa, solo me interesa protegerla y estar con ella. Laura no es para nada como tú, deberías sentirte orgullosa por ella. Suerte en tu rehabilitación, Ellen. — digo y luego me voy de allí dando un portazo.
No debería haberle dicho eso a una mujer que estaba en rehabilitación pero no pensaba con claridad cuando se trataba de Laura Marie Marano.
Cuando llego a casa, Laura estaba esperandome sentada en el sillón mientras movía su pierna nerviosa. En cuanto me ve, se levanta y me abraza fuerte.
— ¿Cómo está? — pregunta, y sé que tiene miedo de la respuesta.
— Igual de perra y arpía retorcida que siempre. Lo siento, perdí los estribos y terminé insultandola. Realmente lo siento, bueno... No tanto. Pero siento haber perdido los estribos.
Laura me abraza más fuerte y yo le acaricio la espalda suavemente.
— ¿Esta vez que fui? ¿Inútil, indeseada, mocosa, estúpida, sumisa o zorra?
Joder, odiaba que pensara así.
— No hablemos de eso... — murmuro contra su cuello.
— Ross...
— Inútil, estúpida y sumisa.
Ella suelta un suspiro y las ganas de besarla y hacerla sentir mejor aumentan. ¿Por qué teníamos que ser solo mejores amigos?
— Lo siento, pero realmente lo necesito... — susurra y veo la indecisión en su cara.
¿Qué sentía? ¿Querer saber lo que su madre pensaba? ¿Tener una madre así?
Afortunadamente, no tengo que esperar demasiado por la respuesta ya que sus labios se encuentran con los mios tímidamente. Al instante le correspondo con toda la ternura y amor que sentía por ella.
¿Necesitabas besarme? Nena, somos dos los que necesitábamos ese beso.
La acerco más y Laura se aferra a mi. Había querido tanto esto... Lamentablemente no duró mucho ya que ella se separa de repente y pone distancia entre nosotros.
— Yo... Suerte en tu viaje. Debo irme a trabajar. Lucie ya está cambiada y su maleta está lista. Cuídense por favor. Adiós. — dice ella rápido para luego huir a su trabajo.
Eso fue decepcionante. ¿Realmente creí que sería el comienzo de algo más? Solo me besó porque necesitaba desconectarse del mundo. Le dije que me usara todo lo que quisiera, lo estaba haciendo. Se sentía horrible, pero sus besos y su atención se sentían muy bien. Demasiado bien.
Dos semanas después...
Laura no contestaba mis llamadas hace una semana, no sabía qué había pasado con ella y estaba muy preocupado. Por suerte en dos días ya estaría volviendo a California.
— ¿No contesta? — pregunta Lucie nerviosa y yo niego con la cabeza.
Nadie sabía nada de ella, o eso decían... Todos sonaban nerviosos cuando hablaban de ella. ¿Qué mierda pasaba con Laura? Me estaba desesperando.
— ¿Por qué no contesta? ¿Hice algo mal? No entiendo que... — comienzo a decir pero unos sollozos desde el otro lado de la linea me frenan. — ¿Laura?
— La maté... Ross, la maté... — susurra llorando.
— ¿De qué estás hablando?
— ¿Lucie está en la habitación o donde quiera que estés? Aléjate de ahí un poco.
Salgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mi.
— Laura, me estás preocupando.
Ella rompe a llorar y eso me destroza. Odiaba que llorara.
— No aguanto más... Intenté soportarlo sola toda esta semana pero ya no aguanto. Te necesito, Ross... Realmente te necesito. Por favor... — pide.
— ¿Qué ha pasado? Iré en seguida, estaré allí en unas horas.
A la mierda la junta. Laura estaba destrozada y me necesitaba. Jamás la había escuchado tan herida.
— Maté a mi madre... Fue mi culpa... No debí haberla enviado a ese lugar. La maté, Ross. ¡Cometí un error y ahora he terminado con una vida! — exclama llorando. — Tenía razón, yo arruiné su vida y cuando quise recuperarsela se la arrebaté. Fue mi culpa que se haya suicidado. Ross, la culpa me está matando... Ayúdame. Te necesito. Ross, ven por favor.
Dios, quería que dejara de llorar de esa manera porque cada sollozo que salía de ella era una punzada en el corazón.
— Laura, cariño, cálmate... No fue tu culpa. Por supuesto que no lo fue. Ella no fue lo suficientemente fuerte y fue su decisión. Tu lo intentaste, hiciste lo correcto. No has podido salvar a Ellen pero si a Lucie. Piensa en ella. Has salvado la infancia, adolescencia y adultez de tu hermana menor. Quiero que dejes de llorar ahora mismo y sonrías, estaré ahí en unas horas y te consolaré. Quiero que llores en mi hombro, no a solas. Por favor, haz eso por mi. Lucie no sabrá nada hasta que tú se lo quieras decir.
No se cuanto tiempo pasa hasta que su llanto cesa por completo pero yo espero pacientemente.
— Gracias, Ross... Realmente gracias. Te quiero tanto. Jamás me he sentido así... Estoy destrozada por completo. Me enteré una semana después de que te fuiste, Adam justo estaba conmigo pero es a ti a quien quiero a mi lado para consolarme.
— Y ahí estaré. — le prometo.
En ese momento lo supe, el momento que muchos habían estado esperando al fin había llegado: Laura se había derrumbado por sus problemas.
Laura se había derrumbado y probablemente yo lo provoqué con las palabras que le dije a Ellen.
Laura se había derrumbado y yo no estaba allí para ella.
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Lies | Raura TERMINADA
RandomUna pequeña mentira que podría llegar a ser verdad. Laura Marano y Ross Lynch, dos mejores amigos que en secreto se han amado durante años. Laura es dejada por su novio y ella le pide a Ross que la ayude a recuperarlo. Cuando ella le pida a su me...