Lies | Raura TERMINADA

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Laura

— ¡Laura! — gritan todos mis compañeros de trabajo antes de tenerlos abrazandome.

— Yo también los he extrañado... — murmuro sonriendo.

— Es bueno verte por aquí. — dice mi jefe cuando todos vuelven a sus puestos y yo le sonrío tímidamente. — ¿Ya te encuentras mejor?

— Si, puedo empezar a trabajar cuando usted quiera. Ross me ha ayudado mucho y en cuestión de días ya volvi a ser yo.

— Tómate todo el mes, Laura. Disfruta a tu novio, estoy seguro de que se ha llevado un gran susto. Todos lo hicimos. Realmente me alegro de que estés bien.

— Gracias... — digo y lo abrazo fuerte. — Por cierto, ¡tributo a Queen! Joder, era imposible no venir.

Él me guiña el ojo y vuelve a su oficina.

— ¿Dónde está tu caliente novio? — pregunta Adele, buscando a Ross con la mirada.

— Fue al baño. Ya debe estar por venir.

 — Estás hermosa, Laura. — dice una voz masculina detrás de mi y me doy la vuelta.

— Gracias, Adam. Por todo, en realidad... Muchas gracias. — respondo mientras lo abrazo. Al principio se sorprende, pero luego siento sus brazos al rededor de mi cintura.

— No es nada... Quiero cuidarte. Me gusta hacerlo.

Río. — ¿A pesar de que tome sidra para niños?

— Nunca he visto a una mujer tomar tanto alcohol... — dice sonriendo y yo ruedo los ojos.

— ¡No me había dado cuenta!

— Laura, ¿vamos? — pregunta Ross y yo asiento. — Hola, Adam. Un gusto verte.

— Un gusto a mierda, ¿verdad? Tranquilo Ross, tendrás que acostumbrarte a verme muy seguido. Ya sabes, ahora que Laura y yo vamos a volver...

— ¡Nunca he dicho que si!

— Lo harás, nena. — responde y me guiña el ojo antes de irse.

— Imbecil. — murmura Ross arrastrándome hacia nuestra mesa.

— Mmm... Nena... — murmuro yo mordiéndome el labio solo para provocarlo y lo logro ya que bufa y rueda los ojos.

— Es un idiota.

— ¿Por qué te pones así? — pregunto sonriendo divertida mientras me siento en frente de él.

— ¿Cómo?

— Celoso. Eres mi mejor amigo, eso no va a cambiar.

— No estoy celoso.

— Bien... Iré a hablar con Raini, ya vuelvo.

— No tardes mucho, nena.

Suelto una carcajada y me levanto para después dirigirme hacia la barra donde estaba atendiendo Raini. Me siento en frente de ella y le sonrío.

— Me di cuenta que no he dejado de amarlo. Ahora estoy bien jodida porque él no siente lo mismo que yo.

— Oh, no... No otra vez... — murmura ella causando mi risa.

— Descuida, no estaré sufriendo ni nada por el estilo. Volveré con Adam dentro de poco.

— ¡Laura!

— ¿Qué? Es lo mejor...

— ¿Y si Ross encuentra a alguien?  ¿Te sentirías feliz?

— Por supuesto que si. — digo.