VIII

1.4K 114 36
                                    

Maratón 1/3

Laura

Desde que había hablado con Ross mis lágrimas cesaron y yo me encontraba sentada en el sillón mirando a la nada misma.

— ¡Mierda, otra vez no! — grita Adam desde la cocina y yo niego con la cabeza riendo levemente. Otra vez quemó su comida.

Siento unos pasos y me giro hacia la puerta de la cocina.

— ¿Delivery? — pregunto sonriendo un poco.

— Definitivamente.

— Algún día te cocinaré y te enseñaré, lo prometo.

— Laura...

Niego con la cabeza. — No voy a hablar sobre ello.

— Llevas en ese sillón durante días. Solo te has levantado para bañarte y porque yo te obligué, no has comido nada, no has dormido y estás hecha un desastre.

— Y tampoco seas psicólogo. — murmuro dandole otro trago a mi botella. — Joder, ¿cuando hará efecto esto? Lo llevo tomando hace horas y nada.

— Laura, es sidra para niños.

— Oh... Bueno, ¿Ross no tiene algo? No toma por mi pero quizás tiene algo.

Lo dudaba mucho. Seguro sabía que yo tenía mi lado alcohólico. Era hija de Ellen Marano.

— Háblame. Dime qué pasó, por favor... Odio verte así.

— Mi mamá era una alcohólica, se suicidó hace más de una semana y mi padré nos abandonó hace siete años. Damiano me golpeaba cuando era niña, Ellen nunca dijo nada y se quedó callada. Jamás he recibido algo de amor y protección, hasta que conocí a Ross. Ross me ha salvado y me ha dado una vida mucho mejor, una familia maravillosa y una persona que me ame. También ha salvado a mi hermana... cuando me pidió que nos mudáramos juntos, él pensó en ella y buscó una casa con cuatro habitaciones para Rose, Lucie, él y yo aunque siempre hemos dormido juntos. Desde que lo he conocido ha sido así, recuerdo que el primer día que lo conocí me encontró a la noche en su cocina y dijo que admiraba lo fuerte que era y me ofreció dormir con él ya que no podía dormirme, le conté mis pesadillas y él me abrazó fuerte mientras yo descansaba mi cabeza en su pecho y lloraba... En ese momento supe que iba a mejorar mi vida con él a mi lado, que iba a necesitarlo y que el día que lo perdiera yo estaría perdida.

Sin darme cuenta, estoy sonriendo. La primera sonrisa de verdad en toda la semana y fue a causa de mi recuerdo de Ross.

— Vaya... No sabía nada de eso. Ross está muy enamorado de ti, se nota por como se comporta y como te mira. Te mira como si fueras la única mujer a la que ve realmente. De todas formas, quiero recuperarte pero no es momento para eso. Gracias por habermelo contado, entiendo por qué siempre te has negado a alejarte de él a pesar de que eso significara perderme. No era amor, era cariño. Ahora lo entiendo. Siento haberme puesto celoso de él, ya he aprendido mi lección. — dice él.

En estos momentos, él estaba equivocado. No era solo cariño, era amor. Yo amaba a Ross a pesar de todos mis intentos de olvidarlo. Nunca lo había superado y me había dado cuenta hace unos días, por eso necesitaba desesperadamente volver con Adam pero a la vez no quería dejar de tener a Ross. Esperaría a que Adam me dijera lo que quería puntualmente y volvería con él, esperaría por Adam y disfrutaría lo poco que me quedaba con Ross. De todas formas, en unas semanas el plazo terminaba.

— Vete a dormir, Laura. Por favor. Necesitas descansar, no querrás que tu novio te vea hecha un desastre. Si viene Ross te despierto.

Bufo pero de todas formas me levanto. Mi cuerpo me pedía un descanso y la idea de que Ross volviera me hacía sentir mejor.

Lies | Raura TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora